La mujer de Negan .

Un hombre peligroso.

Abrió los ojos con la leve luz que apenas se alcanzaba a filtrar hasta su habitación, sobre la mesa de noche una charola con su almuerzo, jugo, pan tostado, quizá una taza de café tibio, nada le apetecía, solo quería ver a Daryl, escuchar su voz.

—Volvieron ayer, están vivos —escucho una voz a sus espaldas.

Carol levantó el rostro de la almohada, no recordaba a qué hora se había quedado dormida, no recordaba nada de las últimas horas.

—Dónde está él...—pregunto llevándose las manos a los ojos.

—Deberías especificar a quien te refieres —torció la boca en una sonrisa

—Daryl...dónde está Daryl que sucedió.

—Lo de siempre —Sherry se sentó a su lado —hubo un par de pérdidas, nadie especial sabes que los remplazan rápido, tú hombre está bien, al parecer cumplió con su cometido. —La mente de Carol divago un momento, el cometido de Daryl, prender fuego a todos en Hilltop, ayudarlos a escapar. —Negan está orgulloso de su trabajo...pero al parecer sigue molesto contigo, que le hiciste.

—Me negué —tomo el zumo y bebió un poco. —Estoy harta de ser su mujer, solo pienso en el momento en que se canse de mí y me deseche.

—Como a nosotras.

—Sabes que no lo digo con mala intensión, solo quiero irme.

—Conoces las reglas no podrás irte nunca, y si quieres seguir con vida deberías entenderlo, tú y también Daryl crees que no lo notarán algún día, se dará cuenta y terminarán tan mal como «D» y yo o quizá peor.

—Tengo que verlo de nuevo —se levantó

—Tengo órdenes de no dejarte salir, hasta que Negan lo quiera.

—Por favor Sherry no me puedes hacer esto, no tu, sabes bien lo que estoy pasando deberías...

—No —la interrumpió con un fuerte grito —no voy a seguir desafiándolo, todo lo que hago lo pago con Dwight, por favor entiéndeme, sino quieres que le diga nada.

—No lo harías —sintió desesperación — por qué lo harías.

La puerta se abrió rápidamente, Negan apareció con las cejas aún fruncidas, apretaba los labios, las mujeres se miraron entre sí, las dos rogaban por discreción con los ojos.

—Vete Sherry — pronunció y en el acto la vieron salir.

—Estas mejor hoy —intento tomarle el rostro pero Carol retrocedió —parece que no, es una pena pensaba dejarte salir, sabes ayer tuvimos un día realmente bueno, Hilltop cayó al fin, el hombre al que le salvaste la vida no es ahora más que cenizas —acercó a ella un fotografía en donde se veía parte de la comunidad y sus daños, personas siendo comidas por caminantes, cuerpos que se arrastraban a medio morir. — No luce estupendo el lugar ahora, no te alegras por nosotros —se sentó en la cama y la tomo por la cintura, debía jugar un rato para poder escapar, ser un trozo de paja en el ojo de Negan no lograba más que alejarla de Daryl, debía seguir su psicótico juego, relajo la figura y se acomodó apenas tocando su pierna.

—Me alegro por ti —dijo sin mucho entusiasmo debía intentarlo mejor —me alegro por todos aquí, por mí también tenemos más para nosotros.

—Esa es mi mujer —le sonrió y tomo su barbilla —fuiste muy traviesa ayer cariño, pero sé que ya no lo serás más no es así.

Carol negó con la cabeza, él cerró los ojos, ella sabía lo que tenía que hacer, se acercó despacio y rozó sus labios levemente, Negan reaccionó al contacto y la beso con intensidad, sus manos la tocaban con fuerza, de la cadera hasta los senos, Carol solo quería volver el estomago pero lo contenía.

—Daré una fiesta esta noche, celebraremos nuestro triunfo, no escatimare con el alcohol —susurraba mientras le acariciaba las piernas —y esta noche quiero que me complazcas como solo tú sabes hacerlo cariño, quiero todo de ti, dime que lo harás —le mordisqueaba el cuello con delicadeza —quiero hacerte mía — la actitud de Negan le sorprendió un momento, no solía ser tan apasionado, no como lo estaba siendo en ese instante, por lo general solo la penetraba, eyaculaba y después la dejaba tirada en la cama, pero aquella ocasión le parecía diferente, recordó sus palabras «por eso la amo» no podía ser, Negan no amaba a nadie, ni siquiera a ella o podría hacerlo después de todo ese tiempo juntos, sintió un escalofrío recorrerla de tan solo pensarlo, le asustaba aún más ahora, nada le parecía más peligroso que un hombre que realmente amaba a su mujer.