Capítulo 32

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La ira invade cada célula de mi cuerpo.
Estoy dejando la habitación cuando siento la mano de Noah tomarme del brazo. Me vuelvo, dispuesta a golpearlo de nuevo pero las lágrimas contenidas nublan mi vista.
- Jasmine, vamos hablar- me pide
Quiero gritar. Quiero golpear su cabeza con cualquier cosa.
- Ni siquiera puedo verte ahora mismo- digo con voz rota
- Jasmine- vuelve a pedir.
- BASTA- grito- Basta ya con eso de  Jasmine- digo imitando su voz.
- No puedo creerlo. ¿Estuviste aquí todo este tiempo?- la expresión de su rostro me dice todo lo que tengo que saber.
¿Es que no se ha puesto a pensar en lo que su ausencia me ha hecho? ¿Lo que le hizo a su familia?
Vuelvo alejarme cuando el intenta tomarme del brazo de nuevo.
- Suéltame- digo levantando la voz de nuevo- No intentes tocarme Noah.
- Bajen la voz- sisea de pronto Julia que se ha levantado de su lugar en el sofá. Se acerca hasta mí, toda intimidante y altanera. Puedo oler su perfume barato desde aquí y el olor me da naúseas.
- Escúchame niña- dice ella mirándome fijamente- Noah ha hecho todo lo que está en sus manos para que tú y tu niño estén a salvo y estás a punto de mandarlo todo a la mierda con este berrinche de niña.
Al instante me enfurezco y estoy dispuesta a darle a esta pelagatos unas tantas. Pero cuando voy a levantar la voz de nuevo ella me corta con la mano.
- Así que vas a colocarte tus pantalones de niña grande. Vas a hablar con tu esposo y lo vas a hacer en puto silencio ¿Entiendes?- espeta
De pronto, una de las habitaciones se abre y Marcus sale de ella sin camisa, con el pelo revuelto y los ojos cansados.
- Creí que era mi turno de dormir- dice rascándose la cabeza- ¿Por qué están haciendo tanto ruido?
Dios. ¿El también está aquí?
Marcus levanta la cabeza y me parada junto a Noah. Todo su cuerpo se tensa como si hubiese sido un látigo.
- Mierda- dice él.
El otro tipo que no conozco y el que me ha abierto la puerta, ríe de pronto. Todos lo vemos con el ceño fruncido.
- Eso es justo lo que he estado pensando todo es tiempo- dice él.
Noah vuelve a tomarme del brazo y por alguna razón esta vez no protesto. Sus dedos envueltos en mi brazo me producen una extraña calidez en el corazón. ¿Cómo se puede extrañar tanto el contacto de alguien?
Pero lo hice. Dios. Me tomo un segundo para observarlo mientras el me dirige por el pasillo. Está delgado, eso es obvio. Pero también tiene el rostro cansado, como si hubiera estado durmiendo poco durante mucho tiempo. Las estúpidas ganas de querer envolverlo en un abrazo son casi irrefrenables, pero me contengo.
Noah abre una de las puertas y me mete dentro, cerrando la puerta rápidamente tras nosotros.
No digo absolutamente nada, esperando que sea el primero en hablar. Pero los segundos pasan y el está simplemente encorvado con la cabeza entre las manos.
Suspira frustrado y levanta la vista hasta clavar la vista en mí.
- Déjame hacer algo primero- dice con voz ronca- Déjame hacer esto y te juro que después te digo todo.
Lo miro confundida mientras el se acerca a mí, dejando clara la intención de tocarme.
No debería.
No debería dejarle porque estoy tan molesta que casi no queda espacio para otro sentimiento.
Pero extrañé tanto a mi marido. Ni siquiera protesto cuando sus manos suben hasta mi cuello atrayéndome para un beso.
Es más, gimo encantada cuando sus labios rozan el primer contacto con los míos.
Es una presa de agua siendo liberada. Todo dentro de mí desborda.
Como si estuviera siendo alimentada después de mucho tiempo.
Tomo su cara entre mis manos, subiéndolas hasta llegar a su cuello, haciendo el beso más profundo, más arrollador.
Ni siquiera me da tregua, invade mi boca bruscamente. Aprieta mi cintura en un intento de acercarnos más, pero es imposible, no cabría un alfiler en medio de nosotros.
Lamo el recorrido de sus labios, para luego morder el inferior, con fuerza. El suspira extasiado en mis labios y yo vuelvo a lamer ese lugar para tratar de aliviar su dolor.
El corazón me late a mil, siento el latido en mis oídos. Pero no puedo hacer nada para calmarlo, no cuando lo siento tan cerca después de tanto tiempo.
No cuando pensé que lo había perdido para siempre.
- Te necesité tanto- dice contra mis labios. Mis ojos finalmente desbordan y un sollozo descontrolado se me escapa.
Noah acuna mi rostro contra su pecho mientras las incontrolables lágrimas hacen su camino fuera de mi sistema.
- Pensé que te tenían- digo contra su pecho- pensé que estabas muerto.
-Shhh nena- dice acariciando mi cabello- Estoy bien.
- Quiero que me expliques- digo lamiendo lo salado de mis labios- Quiero saber qué demonios haces aquí y con esa mujer.
- Ella está ayudando, Jasmine- dice defendiéndola de un modo que me hace querer golpearlo.
- Mal inicio, Stone- digo alejándome de su contacto- Es mejor que empieces hablar, y será mejor que tu excusa sea buena. Estuviste dos putos meses fuera y necesito saber por qué.
- Me fui porque necesitaba protegerte- dice frustrado.
- ¿No podías protegerme estando conmigo?- mi voz se rompe al final de la frase. Noah se pasa una mano por la cara, frustrado.
- Ellos quieren acabar conmigo Jasmine- dice
- ¿Quién?- pregunto- ¿Quién está tan desesperado por hacerte daño?
- ¡Mi padre!- grita
¿Qué?
- ¿Tu padre?- pregunto confundida
-Está en la quiebra- dice sin inflexión en la voz- Roger iba a pagarle 5 millones de dólares por dejarme fuera de la compañía. Pero las cosas se le salieron de las manos.

Estoy tan confundida que siento mareos. Conozco al padre de Noah, parece un buen hombre aunque nunca tuve mucho trato con el, parece ser una persona callada y reservada. ¿Pero esto?
Cómo es posible que el papá Noah sea capaz de esto.
- No logro entender- digo en voz baja- ¿Todo esto por dinero?
- No conoces a mi padre como yo. Es capaz de lo que sea por dinero. Pero no creo que el fuera capaz de herirme realmente, solo quería asustarme. Sabía que si dejaba la empresa me llevaría una importante suma de dinero, que podría iniciar en cualquier lugar. Pero Roger no está feliz. Me quiere lejos de la empresa.
- ¿Cómo lo supiste?- pregunto
- Marcus. Ha estado siguiendo mis cuentas y las de el. No concordaban con nada, pero la cosa fue a peor cuando descubrió que Roger está usando la empresa para lavar dinero. Los dos estamos en la mira ahora.
- ¿Julia?- necesito saber qué hace ella aquí-  ¿Qué tiene que ver en todo esto?
- Ella es mi amiga- dice simplemente- Y empezó a salir con Roger, y fue como descubrió que yo era el siguiente. El maldito planeaba matarme en Edimburgo.
- Noah, no puedo entender a tu papá. Por favor explícame, porque esto es tan asquerosamente retorcido.
- Quiero creer que no quería hacerme daño- dice el afligido- Pero el dinero siempre ha sido un problema para el. Lo conozco, es un cobarde, no sabrá manejarse estando sin el, sin poder.
- Pero, eres su hijo.
- Supongo que no le importa mucho.- dice con tristeza.
- ¿Todo este tiempo estuviste aquí?- pregunto con dolor.
- No-dice pasándose una mano por el pelo- Estaba en lugar peor. El sitio era una mierda, estaba minado de ratas y tenía miedo que el techo caiga sobre nuestras cabezas, además de que tengo un resfriado que no se me quita. Pero luego el chico que viste nos prestó su lugar. Está enamorado como loco de Julia, aunque ella no parece estar interesada.
- ¿Por qué te ocultas?- pregunto mientras me acerco. Me ubico entre sus piernas y masajeo su cabeza, que se siente caliente al tacto.
- Porque si no lo hago tu eres un blanco fácil- dice acomodándose mejor, apoyando su cabeza en mi pecho- Incluso Tommy es un blanco fácil.
- Hablas con el- digo casi sonriendo- ¿Desde cuando?
- Me las arregle para darle ese walkie talkie. Ese niño está hecho de oro, Jasmine- dice con orgullo- Guardó el secreto como un campeón y me prometió que te cuidaría. Hablaba con el todos los días. Era lo único que me calmaba.
- Lo quieres- digo al borde de volver a llorar.
- Por supuesto- dice el rápidamente- Es mi hijo, es un gran chico. Hay veces que olvido lo pequeño que es, pero todo el tiempo fue tan valiente. Era el quien me consolaba a mí.
- No quiero que te vuelvas a ir Noah- digo apoyando la frente contra la suya.
- Solo dame tiempo Jasmine- dice apenado- Estamos por conseguir las pruebas para mandarlo a la cárcel, solo dame tiempo.
Asiento. Y le doy un suave beso en los labios.
- Pero te quiero ver- digo apretando su rostro con mis manos- No voy a ceder con eso.
- Está bien, Osita- dice el.

Vuelvo a bajar hasta la planta baja para volver a subir a mi piso. Estoy tan cansada que podría dormir durante días para recomponerme. Pero me siento tan feliz que casi no cabe en mi pecho. Mi amor, mi esposo. El está bien, está a salvo. Vamos a estar bien. Los tres vamos a ser una familia, pienso.
Aunque todo se esfuma.
Voy al cuarto de Tommy para darle un beso cuando lo veo.
La maldita caja de nuevo.
La cama está vacía y extrañamente arrugada.
Mi mano tiembla cuando abro la caja y saco el contenido.
Es un reloj que va en cuenta regresiva.
23 horas 47 minutos.
Y la nota.

Tenemos al niño y también te queremos a ti. Tienes veinticuatro horas para encontrarnos, perra.

El nombre de Tommy desgarra mi garganta mientras grito por él.

Junto a ti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora