Capítulo 9 ☺
Odiaba el invierno.
Me hacía extrañar la ciudad de Miami más de lo que ya lo hacía. Y encima de todo, había sido obligada a acompañar a Marielle y a Alice a patinar en la pista de hielo del centro de Eastbourne.
—Te renté unos patines— dijo Marielle sonriente.
Fruncí el ceño.
—¿Estás loca? No sé patinar. Crecí en Miami ¡no hay mucho hielo por ahí!
Irónicamente, sí había varias pistas de hielo en Miami, pero nunca había ido ahí. Mis padres siempre estaban trabajando, mi hermana Haley se la pasaba estudiando para la universidad y yo no tenía con quién ir.
—Ni yo, pero relájate— se encogió de hombros mientras se sentaba en la banca junto a Alice para ponerse los patines.
Suspiré resignada.
—De acuerdo.
Me senté junto a las chicas y comencé a quitarme los Converse. Observé los patines.
—¿Enserio éstas cosas son seguras?
Alice asintió.
—Sí, tú sólo abróchatelos.
Tomando aire, le hice caso.
Había mucha gente de la universidad patinando en el hielo con sus amigos o en pareja. Guacala. Me preguntaba en qué mierda estaba pensando cuando accedí a venir acá. Justo ahora podría estar en mi dormitorio calientita en pijama bebiendo chocolate caliente.
Abroché las cintas de los patines y me paré.
Si no hubiera sido por Marielle que me sostuvo por los hombros, hubiera azotado en el piso como vaca.
—Relájate.
Mierda.
Era difícil caminar sobre dos navajas. Los pies se iban de lado y sentía que de un momento a otro se iban a torcer peligrosamente. Como pude, caminé rígidamente hacia la entrada a la pista de hielo cerrando los puños con tanta fuerza que me encajaba las uñas en las palmas de las manos.
Alice y Marielle entraron al hielo con toda confianza como hubieran nacido para ello. Muchas gracias, ahora estaba sola y debía arreglármelas por mí misma. Me aferré con las uñas al barandal de la orilla y comencé a mover los pies como robot.
Voy a azotar, yo lo sé, pensé preocupada.
Cuando intenté levantar un pie del hielo, me fui para adelante y caí de rodillas sobre el hielo. Mis jeans se mojaron un poco. Un chico de asistencia más o menos de mi edad, quizá un poco mayor se acercó a mí con una sonrisa y me tomó de los brazos.
—Aguarda, ya te levanto.
Lo miré peligrosamente.
—Gracias, puedo sola— rezongué, soltándome de sus manos pegajosas.
Quizás era mentira, pero no quería aceptar que necesitaba ayuda para poder conservar cada uno de mis dientes. Luego de espantar al sonriente chico de asistencia, con ayuda del tubo de la orilla, logré levantarme.
—Bien, bien, aquí vamos— me dije a mí misma.
Un niño de unos seis años que iba pasando por ahí patinando, me vio con cara de «Vieja rara».
—¡¿TÚ QUE VES, NIÑO?!— le grité, haciendo que el escuincle baboso avanzara más rápido.
Suspiré.
A lo lejos, logré visualizar a Agatha Fitzgerald ¡Sorpresa! Hoy tenía puesta una falda aún más corta que la del campo de fútbol hacía ya unas semanas.
¡Joder! ¿Que no tenía frío? O quizá su nivel de zorra superaba el frío que probablemente sentía. Le iba a dar un aire si no se ponía un poco más de tela ¡ya!
A su lado estaba Logan Marx, el mejor amigo de Nicholas y también estaban otros dos chicos a los que no conocía, pero todos parecían rodear a Agatha como si fuera una reina.
De pronto todos se volvieron hacia mí.
Rodeé los ojos y seguí con lo mío.
Tristemente, no salió como lo planeaba. Unos segundos después volví a tambalearme hacia delante. Antes de que mi cara tocara el frío hielo, sentí que alguien me sujetó por la cintura.
Quedé colgada de los brazos de Nicholas. Ni mis pies ni mis manos tocaban el suelo y eso me frustraba. Odiaba que me cargaran y prácticamente, eso era lo que este bastardo estaba haciendo.
Comencé a patalear y a mover los brazos para que me soltara como una niña pequeña. Me sentí un poco estúpida.
—Tranquila, tranquila, ya te bajo— rió Nicholas por lo alto.
Ahí estaba él, burlándose de mí una vez más.
—Idiota.
—Te salvé de trapear el hielo con tu cara y ¿tú me dices idiota a mí?
Me quedé callada.
Buen punto.
—Cómo sea.
—Ya estás de mal humor otra vez—suspiró sin quitar esa sonrisa—, es algo muy común en ti, ¿no?
Lo miré recelosa.
—Tú empezaste— comencé a caminar literalmente sobre el hielo—. Le tengo miedo a las alturas.
—¿A las alturas?— se burló— ¡Pero si yo sólo te cargué a unos centímetros del piso!
Negué con la cabeza y agarrada del tubo, seguí marchando sobre el hielo.
Él echó una carcajada.
—Oye, estoy seguro de que no se hace así. Sólo lograrás picar el hielo y nos cagarás a todos— él patinaba hacia atrás de frente a mí.
—Cierra la boca… tú creciste en Londres pero yo en Miami, ¿cómo demonios iba a aprender?— estuve a punto de caer hacia atrás pero me detuve con el bendito tubo.
—¿Cómo sabes que crecí en Londres?— enarcó una ceja.
—Eh…— dudé— Todo mundo lo sabe, eres un rompecorazones y todos te conocen— balbuceé.
Volvió a reír.
—¿Rompecorazones?— me miró a los ojos— ¿Ya rompí tu corazón, Marine?
Enrojecí severamente.
—¡ESO QUISIERAS!— grité nerviosa.
Seguía viéndome con sus enormes ojos verdes, ¡Dios! ¿Qué no podía ver hacia otra parte? No me gustaba que me vieran a los ojos, ni él ni nadie. Era algo así como mi debilidad y me ponía nerviosa.
Eso y que no sabía patinar, me convertían en un desastre con patas en una pista de hielo.
—Ay, Marine, Marine, Marine— sacudió la cabeza mientras se pasaba los dedos por su ondulado cabello.
Lo miré con el ceño fruncido.
—¿Qué?
—No me vayas a golpear (dudo que lo hagas ahora porque no puedes ni mantenerte en pie sin tocar el tubo) pero das un poco de lástima— apreté los puños en el tubo, tenía razón—. Vamos, te enseñaré como patinar.
Se acercó a mí y me pasó una mano por la cintura mientras que con la otra, sujeto mi mano. Muy a mi pesar, me solté del tubo.
MIERDA MASIVA.
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3/3 DEL MARATON ☺ Mañana subiré el capitulo 10 :) ojala les guste! :D que piensan de la novela?? comenten y voten porfis ♥ sino quieren comentar no importa pero si les gusta regálenme una estrellita para saber que están ahí :) o pueden comentar... si quieren... bueno bueno me voy :D FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!♦♣♠♥ mis mejores deseos a todos, les mando un abrazo y un besuki :* ♥ Sofia's out
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Let it Go
RomanceMarine Hollander es una boxeadora temida en la universidad Gilmore. Se caracteriza por tener un muy mal genio, reaccionar impulsivamente y golpear a quien se le ponga al frente. Nicholas Drummond es un chico recién transferido de la universidad de L...