No lo quice decir...

11.6K 1K 68
                                    

CAPITULO 33

Al abrir los ojos lo primero que vio fue su estatuilla de bronce bañada en polvo de oro, la figura de una hembra descendiente de una especie dragón.

Cerró los ojos, controló el latir de su órgano llamado corazón hasta tranquilizar a un ritmo normal y no acelerado. Palpo la herida de su costada, Jess le había perforado con una daga bañada en sangre de caído, no lo su suficiente hondo para matarlo ¿porqué? Había tenido muchas oportunidades y en ninguna lo había hecho.

¿Qué tramas Jess?

Giró la cabeza a otro lado y vio una melena rojiza toda alborotada a un costado de él, la mayor parte de cuerpo de helena se reclinaba hacia el colchón y la otra parte se encontraba sentada en la silla.

¿Qué hacia ahí? ¿Porqué estaba ahí?

— no se a querido mover de tu lado, estos últimos tres días –escucho la voz de su padre–

Lo observo salir del cuarto de baño, parecía despeinado y algo ojeroso. ¿Qué había pasado en esos tres días que estuvo inconsciente? No era como si él hubiera querido.

— ¿qué a pasado? –la respuesta que tendría no sería buena, lo sabía–

— ya sabes de Bataista, así que no tiene sentido ocultar nada –dijo su padre– ella está llorando la perdida de su hija.

Frunció el ceño, y ¿desde cuando le importaba a esa perra lo que pasara con sus hijos e hijas?

— perdóname si no me compadezco de ella –hizo una mueca–

Su padre asintió, y vio que el tenía la piedra rojiza que una ves le había dado a Kai, Kai su dulce fénix, ella había aguantado su malos humores durante todo su vida. Entonces entendió...

— No...–el nudo se le formó en mitad de la garganta– esto es una puta broma...

— Kai está muerta Hex, y no quiero verte cerca de Klaus en estos momentos.

Oh santa mierda, Klaus no estaría contentó en lo absoluto.
La puerta de su habitación se abrió dejando ver a una karonte con el uniforme de sirvienta manchado de sangre.

— ya sacamos todo los cuerpos mi señor, el amo Klaus esta en su habitación.

— ¿cuerpos? –recalco, no entendía–

— si mi príncipe, el amo Klaus mato a todos en el castillo. El rey logró estabilizarlo a puro esfuerzo –la karonte miro a su padre– ¿cómo sigue su herida mi señor?

— bien, Zalak. Ahora trae algo para mi hijo –ordeno Khaled–.

La karonte asintió y antes de que saliera Hex la detuvo.

— Zalak, trae a Lea,necesito que ella algo por mi.

— como usted desee amo.

Su mirada volvió a helena que estaba dormida y no parecía que fuera a despertar, helena era su consorte, la idea no le agrado y tenía que verlo por el mismo.

— quiero el cuerpo de Kai.

— Halk se a mantenido oculto. Y Klaus no está para ser el árbitro sin tener que matar a todos, estamos en un punto cerrado hasta que él haga su ataque.

Gruño, maldito bastardo lo mataría y disfrutaría desmembrandolo parte por parte.

Su padre se sentó en la silla a lado de la cabecera donde estaba él, sintió la mano de Khaled revolverle el cabello y eso le recordó años atrás cuando era un niño de seis años, su padre había agarrado la costumbre de hacerlo después de la perdida de Kamelia.

3. LA NOVIA REBELDE DEL DEMONIO. (Evil 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora