Miedo en las venas

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CAPÍTULO 24

Helena no quería regresar, quería seguir cuidando de Alanna pero...su todo dulce jefecito la llamo y ella tenía que cumplir sus orden o sufrir una hola de dolor como castigo.

Pinche Klaus y su carácter amargo, frígido no, porque siempre tenía una nueva amante en su cama, maldito Playboy alado, ¿porqué todos en la familia real eran unos malditamente guapos y mujeriegos? ¿¡Porqué!?

Se hizo una cola de cabello para apresar su rebelde cabello, suspiro cansada, podía adivinar que su jefecito no estaba de humor por como los sirvientes se movían como temieran desatar la furia de Klaus.

— ¿Maka porque todos actúan así? —le pregunto a la nueva encargada de la servidumbre–

La demonio Satír se encogió de hombros, sus ojos de reptil no transmitían nada, frío como el hielo.

— Parece que la concubina del cuarto rojo a irritado al amo —la voz suave de Maka se filtró en sus oídos– a estado muy diferente el amo, muchos piensa en huir cuando explote su ira.

Trago en seco, santa madre del infierno, ya ni tenía ganas de ir al despacho de su jefe con el humor que se cargaba.

— Suerte Helena –Maka le dio una palmadita en la espalda– no desearía ser tu en estos momentos.

Llorando interiormente, ella misma se decía eso. Rezando por todo el camino hasta el despacho se decía que no le iba a pasar nada, tenía fe en que saldría enterita de la plática con su jefe.

Parada enfrente de la puerta doble de cedro color negra con manijas en forma de cráneo con ojos de rubí, rojo como la misma sangre.

Se limpió el sudor de las manos con el pantalón y respiro ondo, un demonio serpiente pasó zigzagueando.

— Suerteee....Heleeenaa –le dijo Hoor–

— Gracias, pero no te dará mi juego de cartas –le dijo y Hoor río mientras se iba alejando– bien, es hora...

Extendió la mano para girar la manija pero la puerta doble se abrió por si sola, en el proceso el ruido chirriante de casas de terror. Vaya augurio, la piel se le puso chinita, tenía unas ganas de salir corriendo.

Tambaleadose entro, tenía miedo, y no poquito. Su pulso iba a más de cien por segundo y sentía la boca seca.

— Amo....–susurro con voz ahogada por el miedo–

Se lamió los labios nerviosamente, su jefecito estaba sentado en el sillón que estaba a lado de la ventana, su expresión fría nunca la volteo a ver y tenía una copa entre la mano izquierda.

— llegas tarde.

¡Oh.... Mierda! A Klaus no le gustaba esperar a nadie.

— Lo siento amo, os pido una disculpa por mi torpeza y mi impuntualidad.

— Necesito que vayas al bosque congelado —tan directo al punto, siempre ignoraba sus disculpas–

Se mordió el labio nerviosamente, el bosque congelado era una parte de infierno que muy pocos demonios frecuentaban por sus bajas temperaturas de menos treinta grados y que existían demonios caníbales, mierda se haría un cubito de hielo ahí.

— ¿Al...bosque congelado? ¿El..que está a las costas del límite del infierno? —tartamudeo–

— ¿hay otro bosque congelado? –Klaus la volteo a ver desde que llevo, sus ojos estaban por completo de color rojo – ¿tengo que repetirte las cosas?

Definitivamente estaba de mal humor, su miedo aumentó más y un nudo en la garganta se le formó.

— No, Mi señor. Perdone mi ignorancia –inclino la cabeza hacia abajo–

3. LA NOVIA REBELDE DEL DEMONIO. (Evil 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora