Capítulo 3: Ojos Misteriosos

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No puedo creer que sea el lobo que vi anoche

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No puedo creer que sea el lobo que vi anoche. No puede ser, simplemente no. Si es él, ¿cómo demonios entró a la manada?

Más importante, ¿quién es?

El sonido de la bocina de un auto me hace volver en sí. Aclaro mi garganta y busco a Jeremy con la mirada, necesito salir de aquí.

Encuentro a mi rubio primo hablando con una chica en la entrada del edificio y decido subir al auto a esperarlo. Es tan tímido que casi nunca habla con nadie, así que tener una amiga es un gran avance.

En cuanto estoy encerrada, lanzo mi mochila a los asientos traseros y me coloco el cinturón de seguridad. Ya Peyton y el chico se han ido. No reconozco su olor más que de anoche en el bosque, pero si sé que hay algún rastro de sangre real en él, ¿será el hijo de un Alfa?

Devuelvo mi mirada a Jeremy y lo veo despedirse de la chica con un beso en la mejilla, haciéndome sonreír. Mi primo no tarda en venir en mi dirección y me mira con el ceño fruncido cuando sube al auto.

—¡Mi niño está creciendo! —exclamo abrazándolo por los hombros y revuelvo su cabello tan rubio como el mío.

—Abby no —se queja, palmeando mi rostro para que me aleje de él—. Sabes que odio que me abracen.

—No me importa —repongo aún sonriendo—, estas conociendo chicas y haciendo amigos. Te tomó casi un año, pero la intención es lo que cuenta.

—Y lo dice la que no ha salido con un chico nunca —dice y yo finjo indignación, llevando mi mano a mi pecho.

—Gajes del oficio —río—. Sabes que papá nunca dejaría que se me acerque un chico que no sea Tristán a menos de diez metros.

—Claro, échale la culpa al viejo Erick Moore.

La burla en su voz me hace reír.

—Eres un idiota —río dándole un golpe en el hombro y Jeremy solo se ríe mientras comienzo a conducir.

Antes de salir del estacionamiento, me aseguro de ver a los gorilas en sus autos por el espejo retrovisor. En toda mi vida nunca los he necesitado más que por protocolo, pero es mejor prevenir que lamentar.

El camino a casa es silencioso, Jeremy no es un buen candidato para una conversación larga. A no ser que esta trate de arte o música clásica, en las cuales no tengo mucho interés.

Jeremy es el hijo de la hermana de mi madre y el hermano menor de Scarlett. A diferencia de mi atolondrada prima, Jeremy comparte mi mismo cabello rubio y los ojos azules de su padre. Scarlett es igual a la tía Christina, con cabello rojo y ojos verdes.

Llegamos a casa siendo recibidos por Mark y Oliver, quienes nos sonríen desde sus puestos a los lados de la verja eléctrica. Conduzco hasta mi lugar habitual en el estacionamiento de casa y bajo, mirando con desaprobación mi auto. Tendré que decirle a alguien que lo limpie pronto.

Viviendo Con Los Alfas (Saga Alfas #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora