Ser la hija de la pareja alfa puede sonar como un sueño para cualquier chica, ¿para mí? Solo el constante recordatorio de que todos piensan que soy una inútil y que para lo único que siempre seré buena es para ser la hija de mi padre.
Mi vida es nor...
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Al llegar a casa después de mi salida, decido acabar con esto de una vez y decirles a mis padres mis planes con Tyler entorno a la maldición. Llego al despacho y agradezco encontrarlos a ambos, así no tendré que repetirle lo mismo a ambos.
—Tyler y yo iremos al territorio negro —les digo a mamá y papá cuando me siento frente al escritorio de papá—. Violet encontró…
—¡De ninguna manera! —Se altera papá, levantándose de su trono y golpeando el escritorio—. ¿Te estás escuchando Abigail? ¿En dónde quedaron tus neuronas para siquiera pensar en hacer una estupidez como esa? Para ser un futuro Alfa, el chico Price tiene los peores planes.
—Ni siquiera me dejaste terminar —me quejo mirando el rostro de papá rojo de la furia y la vena de su cuello se hincha un poco más y explotará.
—Erick, todo debe tener una buena razón —le dice mamá colocando una mano en su hombro, intentando tranquilizarlo un poco.
—¡Una buena razón, una mierda, Isabelle! ¿Escuchaste cuando dijo la parte de que iría al territorio negro a hablar con una supuesta hechicera? ¡Hechiceras mis bolas!
—Bueno, no tengo hermanos, así que…
—Estoy hablando en serio, Abigail —me corta—. No irás a ninguna parte.
—¿Podrías confiar en mí solo por una vez? —me quejo, odiando su comportamiento. Actúa como si tuviera cinco años y no tuviera idea de lo que estoy haciendo con mi vida.
—Oh, confío en ti. No en él.
Bufo como un burro y cubro mi rostro con mis manos. Termino soltando un suspiro, calmándome un poco. No ganaré nada perdiendo los estribos.
—Papá, sé que Tyler no te agrada y también sé que ir al territorio negro no es la mejor idea, pero es lo único que tenemos por el momento. ¿No quieres que la maldición acabe y no pensar en eso nunca más? Porque yo sí.
—Erick, Abby tiene razón.
Las palabras de mamá parecen hacer efecto en él y termina soltando un suspiro.
—Irás, pero con una condición.
—Te escucho.
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