Capítulo 2: Déjenme Ser

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Para mi suerte, el tráfico no es una mierda como normalmente tiende a ser a esta hora y estaciono en mi lugar habitual solo unos minutos antes de que sea hora de entrar

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Para mi suerte, el tráfico no es una mierda como normalmente tiende a ser a esta hora y estaciono en mi lugar habitual solo unos minutos antes de que sea hora de entrar. Jeremy se despide de manera escueta cuando se baja del auto y lo veo cubrir su cabello rubio con su sudadera y esconder sus manos dentro de los bolsillos delanteros. Debe ser un horno ahí adentro. Hago una nueva de desagrado.

Suspiro cuando lo veo entrar por las puertas y tomo mi mochila de los asientos traseros luego de deshacerme del cinturón de seguridad. Aún sin bajarme del auto, saben que soy yo y las voces emocionadas que comienzan a murmurar, me sacan de quicio más veces de las que debería.

Al principio me gustaba detenerme a escuchar un poco lo que decían, probablemente soltaban los típicos comentarios que me dejan como la niña mimada de mami y papi. Preferí dejar eso de lado si no quería que papá se enfrentara a las familias de varios adolescentes con algún miembro estropeado o que ya no podía funcionar de la manera adecuada.

Sonrío cuando me encuentro con una sonriente Ashley deteniéndose frente a mi auto y bajo para ir a su encuentro.

—¿Lo del mensaje era en serio? —le pregunto dejando las llaves dentro de mi mochila.

—Por supuesto. Debí haberlos grabado, decían cosas geniales —sonríe y pasa sus brazos por mis hombros para abrazarme con fuerza—. ¡Gracias por la mejor fiesta de cumpleaños del mundo!

—No fue nada.

Sonrío palmeando su brazo y verla tan feliz hace que tener más de un mes de castigo pase a segundo plano. Ashley Ferguson ha sido mi mejor amiga desde que estamos en jardín de niños, me he metido en problemas miles de veces por encubrirla y ella se ha metido en problemas miles de veces por encubrirme a mí.

Sin dudas, si tuviera que hacerlo, daría mi vida por Ashley Ferguson.

Levanto la mirada y miro las cámaras de seguridad que papá ordenó que instalaran hace un par de años para mi seguridad y la de mis primos. Como si ya de por sí tener dos enormes gorilas detrás de mí a cada segundo no fuese seguridad suficiente.

—¿Has hablado con Tiffany?

Le pregunto a mi mejor amiga cuando comenzamos a caminar a nuestros casilleros para tomar nuestros libros para la primera clase. Muchos adolescentes me saludan y, aunque no conozco a la mayoría, sólo devuelvo sus saludos. Sé que lo hacen por cortesía y porque gracias a mi familia, ellos están aquí.

—La llamé, pero no me...

—¡Aquí estoy, perritas!

Tiffany llega medio trotando a nuestro lado y se deja caer frente a la puerta junto a mi casillero jadeando un poco. Su cabello es un desastre y tiene un poco de pasta de dientes manchando su barbilla. Junto a Ashley, Tiffany Smith es otra parte de mí, la parte floja, malhablada y con obsesión por las series de televisión.

Viviendo Con Los Alfas (Saga Alfas #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora