Bloqueo el golpe de Macey que viene directo a mi rostro, pero descuido mi pierna derecha, la cual ella termina golpeando, derribándome.
—¡De nuevo! —grita papá en cuanto me ve caer al piso y yo gruño, tomando la mano que mi entrenadora me extiende.
—¿Cuándo me darás un descanso? —me quejo, sintiéndome pegajosa por todo el sudor que me cubre el cuerpo. Lo único que quiero es una ducha, comer algo y dormir hasta mañana. Macey ha sido mi entrenadora desde que tengo unos ocho o nueve años y ella se ha encargado de enseñarme buenos trucos de lucha y defensa personal durante todo este tiempo.
Ella me entrenó, por orden de papá, para ser una Strong. La mejor Strong de la historia.
—Cuando lo hagas bien —gruñe, haciéndome bufar como un burro.
—Erick Alister Moore, ¿es que piensas matar a mi nieta con esos entrenamientos o qué?
Escuchar la voz de la abuela es como el canto de los ángeles para mí, ya son pasadas las dos y no he tenido un descanso desde esta mañana que llegó Macey.
—Mamá, Abigail necesita estar lista para el Duelo.
—¿Y crees que lo estará si la extralimitas de esa forma? Terminarás matándola tú. Macey, querida, puedes tomarte el resto del día libre.
—Gracias, Teodora —le sonríe mi entrenadora. Papá es su jefe, pero en casa, todos hacemos lo que diga la abuela.
Enviudó hace más de veinte años y con eso, perdió su estatus de Luna, pero eso no significa que haya perdido el porte del cargo que ejerció durante tanto tiempo.
—Iré a tomar una ducha —les digo a ambos, la abuela asiente y yo me apresuro a salir de la sala de entrenamiento antes de que papá se arrepienta y pretenda actuar como mi entrenador. Salgo del gimnasio que hay en una de las habitaciones de la planta baja y hago una mueca, de verdad necesito una ducha.
—Mamá, no puedes desacreditarme de esa manera frente a los empleados —le riñe papá cuando ya voy por la mitad del pasillo y casi puedo imaginarla alzando una ceja.
—Soy tu madre y puedo hacerlo, aún más cuando te comportas como un idiota. Heredaste muchas cosas buenas de tu padre, pero las malas también.
Escucho a papá bufar y no puedo evitar sonreír de lado, le gusta cuando lo comparan con el abuelo, pero la abuela Moore tiene una gran capacidad para darte un cumplido, al mismo tiempo que te insulta.
Subo las escaleras hacia mi habitación y no tardo en entrar al baño. Cuando ya el agua helada está cayendo sobre mí, me siento en el cielo, durante los últimos días papá ha creado una rutina de ejercicios para mí, que más que prepararme para el Duelo, parece que quiere acabar conmigo.
Lo conozco, está preocupado, pero su faceta de macho Alfa nunca le permitirá decirlo en voz alta, mucho menos frente a mí.
Quedan un par de semanas para el Duelo, pero Tyler y yo tenemos opiniones firmes sobre toda la situación: ninguno de los dos cederá a la maldición.
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Viviendo Con Los Alfas (Saga Alfas #1)
LobisomemSer la hija de la pareja alfa puede sonar como un sueño para cualquier chica, ¿para mí? Solo el constante recordatorio de que todos piensan que soy una inútil y que para lo único que siempre seré buena es para ser la hija de mi padre. Mi vida es nor...