Capítulo 12

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Narrador

En esa correccional, Ariel salió de su asombro y caminó lentamente hasta el centro del patio donde enfrente César hacía lo mismo. 

Quedaron a una pequeña distancia. César no parecía sorprendido pero Ariel si lo estaba, aunque para él no era una sorpresa ver a César preso también, si lo era el estar en la misma prisión. 

–¿Que demonios haces acá? –le preguntó Ariel fríamente 

César sonrió de lado y contestó– No estoy acá por gusto propio amigo. 

–No me digas amigo –contradijo duramente– Y ya se que no estás aquí porque quieras idiota, pero pensé que estabas en uno fuera del país. Al menos eso me dijeron a mi.

–Y lo estuve. Pero al parecer al igual que tu me han trasladado –mencionó 

Ariel miró alrededor. Había muchas personas mirando lo que pasaba. Y Ariel estaba casi seguro que todos eran amigos de César, por eso su ex compañero estaba tan tranquilo. 

Ariel llevó nuevamente su vista hasta él y César hablo:

–¿Tu porque estas acá? Yo tenia entendido que Pedro y tu se escaparon

–Pedro está muerto –soltó Ariel con amargura.

Él ni se inmuto.

–¿Y porque estas acá tu entonces? ¿Volviste al negocio? 

–No –respondió contundente.

–¿Que paso con el niño rico? –preguntó irónicamente– ¿Acaso no funcionó? –Ariel desvío la mirada molesto y después lo volvió a mirar cuando escucho una pequeña risa de su parte– ¡No me digas que el niño rico te ha dejado! Solo falta que él te haya delatado...

Él silencio de Ariel le confirmó a César como eran las cosas. Él sin dejar de reírse siguió burlándose– Te dije amigo que ese niño rico solo traería problemas. Pedro tenía razón, ese tarde o temprano te iba a entregar 

–¡Cállate la puta boca de una vez! –le gritó Ariel enojado. 

César se callo y le miró atentamente dando unos pasos hacia Ariel que no dio ni un paso atrás– Acá el nuevo eres tú...así que todos están de mi parte –dijo mirando alrededor y luego a Ariel– Acá me debes respeto. 

–Primero muerto –gruñó Ariel duramente mirándolo fijo. 

César sonrío de lado y se apartó un poco– Ya lo veremos…yo estoy acá por tu culpa. Asique no esperes que tu estadía acá sea algo bonito –dicho eso se alejó y fue seguido por tres prisioneros. 

Ariel ignoro al resto que lo miraba y soltó un suspiro. No le tenía miedo a César ni a ninguno. Nunca lo tuvo. Pero si estaba seguro que no sería nada fácil estar acá...y aún le quedaba mucho tiempo.






Enzo

Tres Días Después... 

–Gracias Carmela puedes retirarte –le dije a la secretaria de mi padre que me trajo unos informes a mi nueva oficina. 

Si. He comenzado ayer a trabajar en la empresa de mi padre. Ahora que mi madre ya no está acá, debo encargarme de algunas cosas mientras mi padre se presenta en juntas, reuniones o tiene que viajar por algún asunto. No entiendo mucho el manejo por lo cual recibo ayuda de varios empleados y no me ocupo de cosas muy importantes, solo cosas básicas.

Cuando quedé a solas en la oficina que ocupaba mi madre, no podía evitar recordarla a pesar que muy pocas veces había estado aquí antes. Siempre me mantuve alejado de el negocio de esta empresa, pero al crecer con los dueños desde que era un bebé, he aprendido sin querer varias cosas que antes intentaba esquivar. Pero ahora ya no era para lo mismo. Tengo 23 años. Ya no soy un niño ni un adolescente.

Vuelvo A Vivir 2: Corazón Que Miente  (Gay) [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora