CAPITULO 17

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Lo tome con ambas manos y bese sus labios rápidamente, me observo por un rato con una sonrisa, luego comenzó a tomarme más fuerte por la cintura, acercándome a él, nuestras respiraciones se mesclaban y el esperaba que yo le de lo que me pidió.

-¿Qué esperas?- dijo sin sacar la mirada de mis labios.

-Yo absolutamente nada, ¿tu?- respondí sonriendo

-Espero un verdadero beso.

Se acercó rápidamente a mis labios y los apretó contra los suyos, en un modo de reflejo cerré los ojos mientras los labios de Harry rozaban suavemente los míos, provocándome escalofríos. Un repentino anhelo de ser abrazada y besada de un modo que me hiciera olvidar de todo se apodero de mí. Alcé los brazos, entrelazándolos alrededor del cuello de Harry, acariciando sus rulos con mis manos. Nos separamos un momento en busca de aire, él se paró rápidamente y me tendió la mano para levantarme, yo la tome. En cuanto me pare me tomo de la mano y me miro unos segundos.

-Vamos, antes de que vengan a tomarte fotografías- dije en un tono de burla, el rio.

Comenzamos a caminar por las calles desiertas tomados de la mano, por el momento no había nadie, íbamos tranquilos, ya no me importaba si alguien nos veía, no iba a poder estar con el de esta forma toda mi vida.

Se detuvo en la puerta de la heladería para soltarme la mano y entrar al local.

-Ve a sentarte, yo voy en un momento.- dijo mirando la tabla con los sabores de helado.

Le hice caso y me fui a sentar en uno de los lugares vacíos, el lugar era tranquilo, no había mucha gente a esas horas por lo que fue un alivio, pero nos tendríamos que ir pronto para no causar problemas.

Volvió después de unos minutos sosteniendo lo que supuse que eran los helados, le sonreí abiertamente y me entrego el mío. Harry sabia como cuidar a una chica, era tierno y sabía lo que me gustaba, supongo que lo sabe por experiencia, aunque aún no habíamos hablado de los rumores que dicen por ahí, que él era un mujeriego.

-¿Por qué me miras?- Dijo riendo mientras se concentraba en su congelado postre. Me había quedado mirándolo mientras pensaba estupideces seguramente.

-Lo siento- respondí con una sonrisa y un rubor en mi rostro, baje rápidamente la cabeza.

-Da igual, estoy acostumbrado- volvió a hablar dejando el pote de helado vacío a su lado, mirándome con una sonrisa encantadora. Yo apenas había tocado lo que Harry me había comprado, por lo que me sorprendí con la rapidez con la que podía comer.

-¿Acostumbrado a que te miren o a que piensen en ti?- Dije, de repente me sentí estúpida al decir aquello, acababa de admitir que pensaba en él. Borre inmediatamente mi sonrisa y me aleje un poco de él.

-Así que...- respondió al darse cuenta de mi incomodidad, iba a molestarme el resto de mi vida por lo que acababa de decir- Piensas en mí. Aunque ya lo sabía, está bien que lo admitas.

-Deja tu ego de lado ¿quieres?- dije golpeándole el hombro nuevamente.

-Yo también pienso en ti- respondió volviendo a sonreír. Harry parecía esas personas especiales que siempre te alegran el día con una sonrisa, aunque nunca la borraba, eso era lindo y un poco aterrador.

-Lo sé- le respondí guiñándole el ojo e intentando hacer una mueca, a la cual falle y él se rio por ello.

Luego de un rato paro de reír de mi estupidez, lo cual agradecí ya que me sentía un poco avergonzada, aunque era gracioso. Para ese momento ya había terminado mi helado por lo que estuvimos hablando un rato, le pregunte por Louis y por los chicos, según el estaban bien.

Skinny loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora