CAPITULO 20

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Luego de unos minutos la mesera volvió con la comida pedida, obviamente sin borrar su sonrisa dirigida para él. Harry simplemente la miraba curioso sin hacer ningún gesto esta vez, la mesera le guiño el ojo antes de irse, lo cual hizo que la última gota rebalsara el vaso.

-Zorra- susurre mientras ella caminaba detrás de la barra lejos del lugar.

-¿Por qué?- pregunto Harry divertido

-¿Acaso no vez como te miraba?- respondí molesta- Es ridícula.

-¿Celos?- La voz de Amy no podía faltar en esa mini discusión- Dicen que es una respuesta emocional compleja y perturbadora, generalmente en la mujer y créeme "Harry", no es fácil soportarlo- separo en silabas el nombre de el en tono de burla.

-Metete en tus cosas pequeña sucia- dije con la misma voz con la que hable con Harry, el reía por lo bajo intentando no incomodar a nadie.

-¿Te recuerdo que tu novio me invito aquí? O me puedo ir caminando sola con mama- su voz era amenazadora, intentaba hacerme quedar terrible frente a Harry.

-¡Ya basta Amy! ¿Cuántas veces alguien nos invita a cenar a todas juntas? ¿Hace cuánto no salimos a comer algo? Deja de ser tan arrogante, por favor- Mi madre parecía alterada, tenía la vista clavada en la mesa y tenía las manos en la cabeza. Amy la miro sorprendida, yo también, mi madre nunca gritaba, por lo menos no en esos últimos meses, y parecía dolida.

-Bien, hablemos de otra cosa- Harry había dejado de reír, y miraba preocupado a Jocelyn- ¿Qué tal si me acompañan a un lugar mañana por la tarde? Estoy seguro que se divertirán.

-¿Acompañar a una cantante internacional a un lugar por la tarde? Sí, creo que no es una oportunidad que se presente diariamente- respondió Amy con su sarcasmo infaltable en su tono de voz. Reímos, intentando suavizar la tensión y continuamos comiendo. Hablábamos de cualquier cosa, hasta mi madre se pudo meter en la extraña conversación, cosa que a ella le costó siempre, a no ser que sea algún amigo familiar con el cual tengamos confianza a la hora de sociabilizar.

-

Desperté en el sofá, con el cuello chillando de dolor y mi espalda completamente torcida, jamás había dormido tan incómoda. Quizá me había dormido mirando la pantalla del celular, esperando que Harry avisara algo de lo que sucedería esa tarde, quería anticiparme al desastre que podía ocurrir, o por lo menos que usar.

Me tome una ducha rápida, el jabón se me resbalaba de las manos y más de una vez se me metió al ojo, casi caigo al salir de la bañera y pegue un grito increíblemente fuerte al ver a la pequeña araña que compartía la casa con nosotras, realmente no había dormido bien.

-¿____? ¿Te encuentras bien?- Una voz ronca al otro lado de la puerta me hizo pegar un brinco.

-¿Harry? ¿Qué diablos haces aquí?- Lloriquee al ver como el pequeño insecto se acercaba lentamente hacia mí.

-Son las cuatro de la tarde ____, dije que vendría para salir ¿Lo recuerdas?- respondió dulcemente- ¿Te sientes bien?

-¡Harry se acerca, ayúdame!- Grite saltando lejos del insecto intentando envolverme lo más rápido con la toalla.

El abrió la puerta inmediatamente al notar mi tono desesperado de voz; su expresión era preocupada y me miraba esperando respuestas.

-¡¿Qué sucede?!- Chillo rápidamente.

-¡Ah por Dios Harry! ¡Hay una araña del tamaño de un helicóptero y tú me preguntas que me sucede!- Grite apuntando a el pequeño insecto peludo de ocho patas.

Skinny loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora