Capítulo 1

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Domingo; 9:00 am.

—¡Juliana Mary Crane Rousseau! ¡Es hora de levantarse!— la voz de mi madre detrás de la puerta, me hace sobresaltarme y abrir los ojos como platos.

Ya era la tercera vez que llamaba y el hecho de que estuviese tras mi puerta, no ayudaba mucho. Mamá suele llamarme desde planta baja y cuando no obedezco se enfurece y viene por mi.

—¡Ya estoy!—mi voz suena un poco adormilada e intento levantarme y las sabanas se enrollan entre mis piernas y caigo al piso de inmediato. —¡Estoy bien!— me levanto rápidamente y voy al baño.

Es domingo y según mi reloj, tengo solo media hora para arreglarme para ir a la iglesia.

¡Rayos, debí obedecer al primer llamado de mamá! Reclamo para mi interior mientras cepillo mis dientes.

Paso a la ducha y duro unos minutos en mi aseo diario, luego de eso salgo y me dirijo a mi armario para ver que usare hoy.

Saco un vestido rosa pálido con encaje y unas sandalias blancas de tacón. Aplico un poco de polvo compacto en mi rostro, mascara para pestañas, un poco de rubor y labial. Hago unos rizos en mi cabello con mi mano y bajo a desayunar.

—Buenos días, linda!—sonríe papá desde la sala y le devuelvo el gesto.

—Buenos días a todos!—saludo mientras me acerco al comedor donde están mis hermanos menores—Dylan de 10 años y Marc de 9 años—y mi madre.

—Ya era hora, Juls.—reclama mamá y me encojo de hombros sonriendo.

—Como están, niños?—pregunto a mis hermanos mientras  me siento en la mesa y tomo mi cereal.

—Normal.—responden al unisono y ruedo mis ojos.

Termino mi cereal y lavo mi plato.

—Hora de irnos!— anuncia mamá desde la puerta de entrada.

Tomo mi cartera de mano antes de salir y camino al auto a un paso un poco acelerado ya que papá esta tocando el claxon para que me apresure.

Me siento junto a la ventana, saco mi celular y los auriculares, los coloco en mis oídos y pongo la lista de reproducción.

La música llega a mis oídos de manera refrescante y pierdo mi vista en algún lugar fuera de la ventana.

Llegamos a la iglesia más rápido de lo que pensé, guardo mi celular y los auriculares.

Salgo y Kylie me espera en la entrada junto a Agust. Son mis mejores amigos desde que tengo memoria y son muy importantes para mi.

—Hola, chicos!—Saludo sonriente y Kylie también lo hace.

—Holaa! Me encanta como te ves!—alaga Kylie y hago una rara pose.

—Digo lo mismo de ti, baby.—respondo juguetona y ella rueda los ojos.

—Yo les gano a ustedes dos juntas.—interviene Agust sonriendo y haciendo una pose "sensual" yo niego con la cabeza y chasqueo la lengua en desaprobación.

—No lo creooo...—Canturrea Kylie divertida y con su mano echa su cabello hacía atrás.

—Es hora de entrar, chicos.—informa la mamá de Agust y entramos.

(...)

El pastor comienza con la predica y volteo mi cabeza para mirar a mi alrededor mientras me siento.

Un chico que esta diagonal a mí, llama mi atención y fijo mis ojos en él por unos instantes. Veo a su alrededor y esta en medio de dos mujeres, una parece de su edad y la otra es una señora mayor.

Puedo ver su perfil y su cabello cae cerca de sus cejas, su nariz es casi perfecta, su piel es blanca y su ropa es de tonos oscuros.

¡Volteó! ¡Rayos, me encontró viéndolo!

Nuestras miradas se encontraron por unos segundos y una sonrisa tímida apareció en sus labios, instintivamente hice lo mismo y él se vio un poco incomodo y la vergüenza por haberlo hecho sentir así, me hizo romper nuestro contacto visual.

El pastor seguía hablando y yo trataba de prestar atención, lo que decía era realmente importante y sentía que era para mi. Hablaba sobre las palabras y el modo correcto de usarlas, de cuanto podemos herir a alguien cuando decimos algo indebido en un momento de ira o en juego. Me pareció un tema de bastante interés puesto que aveces no se manejar mi forma de expresarme con las personas, pero sin embargo, mi mente no estaba del todo concentrada en lo que debía, si no que no lograba dejar de pensar en ese chico y  cada vez que podía lo miraba a hurtadillas. Nuestras miradas se encontraron algunas veces, pero yo evitaba sus ojos a toda costa. A mi distancia se veían negros, no sé como son realmente, pero son hipnotizadores y cuando los veía, simplemente no podía apartar mi vista de ellos  y eso no es normal, no en mí.

Y esa noche, me acosté y a mi mente... Solo venia él.

¿Como se llamará? ¿Que lo hace tan interesante?

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Hola mis lindos y hermosos, lectores! Espero que les guste ¡feliz año nuevo!

Voten y comenten!😇

Besos, May💖📖

Me Enamoré De Un Aspirador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora