Capítulo 31

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Viernes por la mañana, hoy no debo ir al instituto, puesto que hay reunión de profesores y nos dieron el día libre. Son eso de las diez de la mañana y estoy hablando con Charlie por videollamada.

-Qué bueno que tengas día libre hoy.-dice, sonriente.

-Sí, no tengo mucho que hacer, sólo dormir.-comento.

-Oh, bueno. Yo tampoco tengo que ir a trabajar hoy.-dice, feliz, y hace manos de jazz. Es increíble lo nítida que se ve su imagen desde mi celular.

-Genial. ¿Nos vemos? Ya te extraño.-hago un puchero, él sonríe.

-¡Claro! Paso por ti cuando quieras.

-De acuerdo, hablaré con mi madre y te aviso, ¿de acuerdo?

-Seguro, amor.

-Bueno, hasta entonces. Adiós, gordo.-digo, burlona, y le lanzo un beso.

-Te amo, mía.-sonríe, lo imito.

-También yo, mío.-y, después de eso, corto la llamada.

Me levanto de mi cama y bajo las escaleras en busca de mi madre.. La encuentro en el sofá y me siento a su lado.

-¿Cómo estás, mami?-pregunto, amable.

-Bien, cariño, ¿tú como estás?

-Algo aburrida. ¿Tienes algo para hacer hoy?-pregunto, interesada.

-No mucho. Tu padre me invito a almorzar y los niños estarán en la escuela. Así que, no hay mucho que hacer. ¿Tú te quedaras?

-Bueno, eso quería saber. Para ver si podía salir con Charlie.-digo, sonriente.

-Oh, tú llevas mucho saliendo con ese chico...¿Son novios?-interroga, curiosa.

-Eh...-rasco mi nuca-, sí.-confieso, nerviosa. No le había dicho a mi madre, y espero que no se disguste por ello.

-¡Oh, lo sabía! Me alegro mucho, mi niña. Claro que puedes ir con él, me parece un buen chico. Dile que te lleve a almorzar y así no te quedas sola aquí.-ofrece y sonrío. Eso quería escuchar.

-Claro, mami. Le diré ahora mismo. Te amo.-luego de eso, me levanto corriendo y, voy a mi habitación.

Tomo mi celular y busco a Charlie en mis contactos. Le llamo.

-Hola, princesa. Que bueno que llamas, tengo algo para decirte.

-Hola, gordo. Yo igual. Mamá ha dicho que saldrá con mi padre a almorzar. ¿Puedes venir por mi a esa hora? Podemos ir a algún lugar y comer juntos.

-Sí, de eso quería hablar. ¿Recuerdas a Charlotte, mi gemela?

-Claro, ¿qué pasa?

-Ha llamado, y me han invitado a almorzar. Y bueno, quiero que vayas conmigo.

-Oh, sí. Ya lo habíamos cuadrado, claro que voy.

-Perfecto, te busco a eso de las doce, mi amor.

-De acuerdo. Haré lo posible, para estar decente y linda.-digo y lo escucho reír.

-Siempre lo estás. Eres hermosa. Nos vemos al rato, debo hacer unas cosas aquí en el apartamento.

-Bueno, gordo, está bien. Te amo, bye.

-Yo más.-corto la llamada.

Paso mi armario y busco, desesperadamente, algo decente para mi primer día con la madre de Charlie. Espero no hacer una embarrada.

Luego de bañarme, opté por usar un vestido azul cielo, con mangas y hasta la rodilla, y unas zapatillas de tacón, color beige. Alise mi cabello y maquille mi rostro. Sí, lo conseguí, me veo decente.

Miro la hora, 11.45, estoy lista y, a tiempo. Voy hacia la habitación de mamá, y la encuentro arreglándose.

-¡Que linda!-exclamo, sonriente. Mi madre lleva un vestido negro con escote y unas zapatillas de tacón color blanco, al igual que su cartera.

-Tú no te quedas atrás. Estás hermosa, cariño. ¿Adonde irán?-pregunta, interesada.

-Bueno..., digamos que a casa de mi suegra.

-Oh, mucha suerte, querida.-aconseja.

-Me sorprende que vayan a salir juntos, me alegra mucho.-digo, sincera. La tensión entre mis padres, ha disminuido un poco, pero estoy segura de que siguen con sus conflictos. Sin embargo, me alegro de que quieran salir solos.

-Sí, es algo que estamos intentando.-sonríe.

Escucho el sonido de un claxon-Ése debe ser Charlie, me voy mamá. Que les vaya bien. Te amo.-me despido, dándole un beso en la mejilla.

-Yo más. Cuidate mucho.-pide y asiento.

-Sí, bendición.

-¡Dios te bendiga, princesa!-le escucho gritar y sonrío. Busco mi bolso con mi celular y salgo rápido.

Me encuentro con Charlie en la entrada y sonríe.

-¿Ya te he dicho cuanto me encantas?-susurra en mi oído, acercándose a mi con un agarre en mi cintura.

-Sí, unas miles de veces.-respondo, sonriente.

-Pues, no creo que sean suficientes. Eres perfecta. Gracias por querer venir conmigo hoy.-agradece, sincero.

-No es nada, con tal de estar junto a ti.-pongo mis manos al rededor de su cuello y lo acerco a mí.

-¿Vas a besarme ò seguirás tentándome?-pregunta, juguetón.

-¿Qué quisieras tú?-pregunto, sonriente.

-Oh, besarte, mil y un veces.-responde, y une nuestros labios, mezclando sabores y creando sensaciones magníficas. No hay diente que choque, ni nada que interrumpa, es como si nuestros labios fuesen perfectamente encajados.

-Te amo.-dice, luego de un respiro.

-También yo. Pero ahora debo parecer una loca.-limpio mi labial corrido.

-Pareces un ángel.-sonríe.

-Tonto. Vamos a el auto, no quiero que mi padre llegue y nos encuentre en la entrada de la casa besándonos.-ruedo los ojos.

-De acuerdo, como usted diga.-hace una reverencia, y sonrío.

-Necesito un espejo.-digo, en cuanto entramos en el auto.

-Adelante de ti, hay uno. Puedes bajarlo.-dice, y hago justo lo que dice.

Mi labial se corrió y mis labios están hinchados, por no hablar de mi cabello, el cual quedó despeinado por completo.

Aplico polvo compacto a mis labios y sus alrededores, para perfeccionar cualquier defecto no deseado, luego aplico labial, y cepillo mi cabello. Durante todo el tiempo, sentí la mirada de Charlie sobre mí.

-Lista, como nueva. Ahora sí estoy como un "ángel".-digo, girando mi cuerpo, para verlo mejor.

-Creo que, aún si estuvieras recién levantada, seguirías siendo hermosa ante mis ojos.-comenta y sonrío.

-Andas muy halagador hoy. ¿Tan cruel será tu madre conmigo?-bromeo, y él sonríe.

-No lo creo. Es imposible no amarte. Pero, ahora sí, en marcha.-pone el auto a andar, y emprendemos rumbo a casa de la madre de Charlie.

Dios-Hago una oración mentalmente-, yo solo pido que me ayudes en todo momento, y que evites toda tontería que quiera salir de mi boca. Amén.

Me Enamoré De Un Aspirador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora