Viernes por la mañana, hoy no debo ir al instituto, puesto que hay reunión de profesores y nos dieron el día libre. Son eso de las diez de la mañana y estoy hablando con Charlie por videollamada.
-Qué bueno que tengas día libre hoy.-dice, sonriente.
-Sí, no tengo mucho que hacer, sólo dormir.-comento.
-Oh, bueno. Yo tampoco tengo que ir a trabajar hoy.-dice, feliz, y hace manos de jazz. Es increíble lo nítida que se ve su imagen desde mi celular.
-Genial. ¿Nos vemos? Ya te extraño.-hago un puchero, él sonríe.
-¡Claro! Paso por ti cuando quieras.
-De acuerdo, hablaré con mi madre y te aviso, ¿de acuerdo?
-Seguro, amor.
-Bueno, hasta entonces. Adiós, gordo.-digo, burlona, y le lanzo un beso.
-Te amo, mía.-sonríe, lo imito.
-También yo, mío.-y, después de eso, corto la llamada.
Me levanto de mi cama y bajo las escaleras en busca de mi madre.. La encuentro en el sofá y me siento a su lado.
-¿Cómo estás, mami?-pregunto, amable.
-Bien, cariño, ¿tú como estás?
-Algo aburrida. ¿Tienes algo para hacer hoy?-pregunto, interesada.
-No mucho. Tu padre me invito a almorzar y los niños estarán en la escuela. Así que, no hay mucho que hacer. ¿Tú te quedaras?
-Bueno, eso quería saber. Para ver si podía salir con Charlie.-digo, sonriente.
-Oh, tú llevas mucho saliendo con ese chico...¿Son novios?-interroga, curiosa.
-Eh...-rasco mi nuca-, sí.-confieso, nerviosa. No le había dicho a mi madre, y espero que no se disguste por ello.
-¡Oh, lo sabía! Me alegro mucho, mi niña. Claro que puedes ir con él, me parece un buen chico. Dile que te lleve a almorzar y así no te quedas sola aquí.-ofrece y sonrío. Eso quería escuchar.
-Claro, mami. Le diré ahora mismo. Te amo.-luego de eso, me levanto corriendo y, voy a mi habitación.
Tomo mi celular y busco a Charlie en mis contactos. Le llamo.
-Hola, princesa. Que bueno que llamas, tengo algo para decirte.
-Hola, gordo. Yo igual. Mamá ha dicho que saldrá con mi padre a almorzar. ¿Puedes venir por mi a esa hora? Podemos ir a algún lugar y comer juntos.
-Sí, de eso quería hablar. ¿Recuerdas a Charlotte, mi gemela?
-Claro, ¿qué pasa?
-Ha llamado, y me han invitado a almorzar. Y bueno, quiero que vayas conmigo.
-Oh, sí. Ya lo habíamos cuadrado, claro que voy.
-Perfecto, te busco a eso de las doce, mi amor.
-De acuerdo. Haré lo posible, para estar decente y linda.-digo y lo escucho reír.
-Siempre lo estás. Eres hermosa. Nos vemos al rato, debo hacer unas cosas aquí en el apartamento.
-Bueno, gordo, está bien. Te amo, bye.
-Yo más.-corto la llamada.
Paso mi armario y busco, desesperadamente, algo decente para mi primer día con la madre de Charlie. Espero no hacer una embarrada.
Luego de bañarme, opté por usar un vestido azul cielo, con mangas y hasta la rodilla, y unas zapatillas de tacón, color beige. Alise mi cabello y maquille mi rostro. Sí, lo conseguí, me veo decente.
Miro la hora, 11.45, estoy lista y, a tiempo. Voy hacia la habitación de mamá, y la encuentro arreglándose.
-¡Que linda!-exclamo, sonriente. Mi madre lleva un vestido negro con escote y unas zapatillas de tacón color blanco, al igual que su cartera.
-Tú no te quedas atrás. Estás hermosa, cariño. ¿Adonde irán?-pregunta, interesada.
-Bueno..., digamos que a casa de mi suegra.
-Oh, mucha suerte, querida.-aconseja.
-Me sorprende que vayan a salir juntos, me alegra mucho.-digo, sincera. La tensión entre mis padres, ha disminuido un poco, pero estoy segura de que siguen con sus conflictos. Sin embargo, me alegro de que quieran salir solos.
-Sí, es algo que estamos intentando.-sonríe.
Escucho el sonido de un claxon-Ése debe ser Charlie, me voy mamá. Que les vaya bien. Te amo.-me despido, dándole un beso en la mejilla.
-Yo más. Cuidate mucho.-pide y asiento.
-Sí, bendición.
-¡Dios te bendiga, princesa!-le escucho gritar y sonrío. Busco mi bolso con mi celular y salgo rápido.
Me encuentro con Charlie en la entrada y sonríe.
-¿Ya te he dicho cuanto me encantas?-susurra en mi oído, acercándose a mi con un agarre en mi cintura.
-Sí, unas miles de veces.-respondo, sonriente.
-Pues, no creo que sean suficientes. Eres perfecta. Gracias por querer venir conmigo hoy.-agradece, sincero.
-No es nada, con tal de estar junto a ti.-pongo mis manos al rededor de su cuello y lo acerco a mí.
-¿Vas a besarme ò seguirás tentándome?-pregunta, juguetón.
-¿Qué quisieras tú?-pregunto, sonriente.
-Oh, besarte, mil y un veces.-responde, y une nuestros labios, mezclando sabores y creando sensaciones magníficas. No hay diente que choque, ni nada que interrumpa, es como si nuestros labios fuesen perfectamente encajados.
-Te amo.-dice, luego de un respiro.
-También yo. Pero ahora debo parecer una loca.-limpio mi labial corrido.
-Pareces un ángel.-sonríe.
-Tonto. Vamos a el auto, no quiero que mi padre llegue y nos encuentre en la entrada de la casa besándonos.-ruedo los ojos.
-De acuerdo, como usted diga.-hace una reverencia, y sonrío.
-Necesito un espejo.-digo, en cuanto entramos en el auto.
-Adelante de ti, hay uno. Puedes bajarlo.-dice, y hago justo lo que dice.
Mi labial se corrió y mis labios están hinchados, por no hablar de mi cabello, el cual quedó despeinado por completo.
Aplico polvo compacto a mis labios y sus alrededores, para perfeccionar cualquier defecto no deseado, luego aplico labial, y cepillo mi cabello. Durante todo el tiempo, sentí la mirada de Charlie sobre mí.
-Lista, como nueva. Ahora sí estoy como un "ángel".-digo, girando mi cuerpo, para verlo mejor.
-Creo que, aún si estuvieras recién levantada, seguirías siendo hermosa ante mis ojos.-comenta y sonrío.
-Andas muy halagador hoy. ¿Tan cruel será tu madre conmigo?-bromeo, y él sonríe.
-No lo creo. Es imposible no amarte. Pero, ahora sí, en marcha.-pone el auto a andar, y emprendemos rumbo a casa de la madre de Charlie.
Dios-Hago una oración mentalmente-, yo solo pido que me ayudes en todo momento, y que evites toda tontería que quiera salir de mi boca. Amén.
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Me Enamoré De Un Aspirador.
Teen FictionHay dos cosas de las que ahora estoy totalmente segura. La primera: Zac Miller, es un aspirador. La Segunda: Estoy loca y perdidamente enamorada de él.