Aquél almuerzo en la casa de la madre de mi novio fue mejor de lo que esperaba, nos recibió una señora muy amable y la hermana de Charlie también se comportó de una mejor manera a como lo había hecho antes. Hace unos tres meses y tantos días que eso sucedió; ahora, la familia de Charlie y yo, mantenemos una relación más estrecha, nos llevamos bastante bien.
He terminado el instituto y pude graduarme el pasado mes. Ahora estoy preparando mi cerebro para todo lo que se viene en una universidad, aunque vaya a entrar el próximo año, necesito estar lista. Sin embargo, también quise aprovechar este tiempo sin instituto, para buscar empleo y he conseguido poder trabajar en una librería cerca del centro.
Mi vida, en lo personal, ha mejorado bastante, me he superado a mí misma y me he convertido en una mejor persona, de la mano de Dios. En lo familiar, está bastante complicada ya que no todo es perfecto y mi familia está teniendo bastantes altibajos, pese a eso, tengo mucha fe en que todo tendrá un buen resultado para todos.
Hoy me levanté gracias al sonido del despertador, el cual anunciaba el inicio de un nuevo día. Me encanta levantarme temprano para hacer lo que me gusta; ir a la librería, ayudar a las personas en lo que me puedan necesitar, y ver a mi novio después de la jornada.
Con Charlie cumplimos hoy cuatro meses como pareja, y me imagino que tendrá una sorpresa para mí. No tengo ni idea de que pueda ser, cada mes supera mis expectativas con sus hermosos obsequios.
Entro en la librería. Hoy me ha tocado abrir a mí. Enciendo luces, pongo las llaves en el recibidor, y camino hasta el deposito para sacar las nuevas cajas de libros que llegaron ayer y ponerme a organizar. Sin embargo, encuentro las luces del deposito encendidas. Frunzo el ceño, debieron olvidar apagarlas ayer, pero mi jefa es muy ahorradora, no pudo haberlo olvidado. Que raro.
Abro la puerta de par en par, y mis ojos se abren de igual manera. Encuentro a un cómodo Zac sentado en el suelo con un libro en sus manos. Levanta la vista, y sonríe.
—Lindo lugar de trabajo.—siento mi pulso acelerarse al escuchar su voz y tenerlo a pocos pasos de mí, después de tanto.
—¿Q-qué haces tú aquí?—la pregunta brota de mis labios con nerviosismo.
—Debes mantener la calma, Julie. Hazlo. Respira tranquila.—me ordeno mentalmente.
—¿Ésa es tu forma de saludar a un viejo amigo? Vaya, éste libro está muy bueno.—apremia, sin despegar sus ojos de los míos.
—¿A un viejo "amigo" que se olvidó de mi hace ya unos cinco meses?—hago comillas con mis dedos en la palabra amigos. Él sonríe, parece tan tranquilo en comparación conmigo que siento que desmayaré en cualquier momento.
—Veo que no pierdes la cuenta. Volviendo al tema del libro, me gusta, creo que es el único que ha logrado atraparme. Me gusta, sí.—evade el tema y le dedico una mirada fulminante. Debería estar haciendo mi trabajo ahora mismo, pero Zac -quien por cierto no sé como llegó- se empeña en molestar.
—No sé como llegaste a aquí, ni con qué intenciones. Pero te pido que me dejes trabajar tranquilamente.—requiero de todo mi dominio propio para no lanzarme a sus brazos y preguntarle cómo ha estado todo este tiempo.
—Vine a saber de ti.—responde, simple.
—Fácil. Puedes venir más tarde cuando mi turno termine. Ahora tengo cosas que hacer.
—Oh, no. Cuando termines no puedo.
—Entonces otro día se...—me interrumpe.
—No puedo por que tu novio vendrá por ti. Como todos los días.—asegura, sonriente.
Mi rostro palidece ¿cómo sabe él todo esto? ¿por qué tengo la sensación de querer decirle a Charlie que no venga? ¿por qué viene justo hoy?
—Te dejo para que puedas trabajar. Nos veremos otro día entonces...—se levanta.
—Mi novio no viene hoy.—suelto rápidamente. Me sorprendo al escucharme decir aquello, y al parecer Zac también.
—Ah, ¿segura?—asiento. ¿Qué rayos estoy haciendo?—. De acuerdo. Hasta más tarde, entonces.—sale sin más, llevándose el libro consigo.
Sé que salió cuando escucho el sonido de la campanilla de la puerta. Me recuesto sobre la puerta del deposito. ¿Qué fue todo esto? ¿Qué haré con Charlie?
El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos. Es el tono especial para Charlie. Me tenso enseguida.
—Eh, hola, Juls.—su voz es nerviosa. Tenía tiempo sin llamarme así. Suele decirme: amor, cielo, princesa, hermosa. Todo menos Juls o Julie.
—¿Está todo bien?
—Mm, sí. Oye, tenemos que hablar. Pero no podré ir hoy a la librería por ti.—lejos de toda la tensión, siento un alivio al escucharlo decir aquello.
—Oh, está bien, amor, será mañana entonces.
—Sí, claro. Avisa cualquier cosa que pase. Te quiero, adiós.
—También yo. Feliz mes, amor...—susurro a mi celular. Me cortó, cortó la llamada y no se acordó de nuestro nuevo mes.
La decepción, preocupación y tristeza que dejó la llamada de Charlie, me persigue todo el resto de mi día. Lo que empezó como una feliz mañana de viernes, pasa siendo una aburrida y triste tarde. Me despido de mi jefa y de mis compañeros de trabajo. Salgo y me topo con un cuerpo.
—Disculpe, lo sien...—me detuve al ver a Zac frente a mí. Lo había olvidado por completo.
La rara y preocupante llamada de Charlie dejó en segundo plano a la visita de Zac esta mañana.
—¿Me olvidaste?—pregunta, alzando una ceja.
—Lo cierto es que sí, estuve muy ocupada.—respondo, sincera.
—Entiendo, claro.
—Hay una plaza a dos cuadras. Podemos hablar ahí.—propongo.
—Vale, entonces ahí será.
Caminamos en silencio y pronto llegamos a la plaza. Nos sentamos en una banca vacía y ninguno dice palabra alguna. Él rompe el silencio.
—Es bueno verte. ¿Qué hay de nuevo?—juego con mis manos, nerviosa.
—Pues, me gradué y, mi novio y yo llevamos cuatro meses, nada fuera de lo normal.—cuento, sin mirarlo a los ojos.
—Oh, felicitaciones, por lo de tu graduación, digo.—ríe, y no tardo en acompañarlo.
—Eh...¿gracias?—digo entre risas—¿Y tú, qué haz hecho?
—Bueno... Rompí la pantalla de mi celular.—saca el aparato de su bolsillo y muestra la pantalla. Destrozada, es una palabra que se queda corta a comparación de la pantalla.
—¿Cómo fue eso?—pregunto, sorprendida.
—Es una larga historia.
—Tenemos tiempo, Zac. Tenemos mucho tiempo...
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Me Enamoré De Un Aspirador.
Teen FictionHay dos cosas de las que ahora estoy totalmente segura. La primera: Zac Miller, es un aspirador. La Segunda: Estoy loca y perdidamente enamorada de él.