Me Enamoré De Un Aspirador.

Capítulo 27

Domingo por la tarde, y me encuentro sentada, en la entrada de mi casa, esperando a Charlie; quedamos en vernos a ésta hora, por que tiene algo que decirme. Lo cierto es que, desde que me dijo eso ésta mañana en la iglesia, no he dejado de pensarlo, ¿que tiene para decirme?
¿por qué no lo dijo ésta mañana?, me considero una chica, bastante curiosa, no puedes decirme que me espere a que me cuentes algo, porque yo voy a querer saberlo en seguida. Odio esperar, la intriga me carcome.

El sonido de un claxon, me hace salir de mis pensamientos. Charlie llegó. Me levanto y camino hasta su auto. Charlie baja la ventana del copiloto y me mira desde adentro.

-¿Subes?-pregunta sonriente.

-Claro.-respondo del mismo modo.

Al subir, abrocho el cinturón de seguridad, y me volteo para saludar a Charlie, plantando un beso en su mejilla.

-¿Cómo estás?-pregunta en cuanto pone el auto en marcha.

-Intrigada.-respondo al instante.

-¿Y eso, por qué?-se hace el desentendido y lo fulmino con la mirada.

-Sabes muy bien, que es porque quiero saber que es lo que tienes para decir.-respondo obvia.

-Oh, quieres saber...-lo veo sonreír de lado y ruedo los ojos.

-Sí, quiero saber. Pero ahora, ¿adonde vamos?-pregunto.

-Es una sorpresa -aparece en su rostro, aquella sonrisa conquistadora.

-Eres un tonto -declaro.

-¿Que soy hermoso? Sí, lo he escuchado antes...-su voz es juguetona.

-Eh, creo que estúpido te queda mejor - corrijo divertida.

-Así me quieren -responde encogiéndose de hombros.

-¿Quien te va a estar queriendo a ti?-bromeo y su rostro finge tristeza.

-Eres cruel. Pensé que era alguien tu vida, Juls. Pero veo que no. No sabes cuanto me hieren tus palabras.-su voz fue de fingida agonía.

-¡Dios mío! ¿No quieres un premio Nobel por semejante actuación?-exclamo y luego suelto una carcajada.

-¿Que te puedo decir? Soy el mejor en todo.-su voz juguetona volvió.

-Ay, no. Volvió el estúpido-llevé una mano a mi rostro. Charlie soltó una carcajada.

-Así me adoras, Juls.

-Mentir es malo, Charlie.-niego con la cabeza repetidas veces.

-Negar las cosas, también-responde y lo miro fulminante-. Hemos llegado.

-Oh, ¿qué hacemos aquí?-pregunto mirando ceñuda mi alrededor. CENTRO DE PATINAJE.

-¡Vamos a divertirnos!-exclama alegre, baja del carro, me bajo y lo sigo hasta la entrada. Charlie paga nuestros patines.

-Se supone que tendrías contarme algo, no traerme a patinar.-digo ya cansada de esperar.

-Vaya, que impaciente eres-
Chasquea la lengua en desaprobación y ruedo los ojos-. Eso puede esperar, no es importante.-toma mi mano y nos levantamos.

Al principio tambaleo un poco, así que hago presión en la mano de Charlie para no caer. Luego empiezo a desplazarme agarrada de la baranda. Esto no es lo mío. Nunca lo ha sido.

-¿Por qué tan tensa? Relajate un poco, Juls.-su cálida sonrisa y sus manos sobre las mías, me hacen relajarme. Asiento y me dejo llevar por él.

Luego de un rato, salimos del centro de patinaje y nos sentamos a tomar malteadas en un puesto de al lado. Charlie, sentado frente a mí, parece nervioso.

-¿Estás bien?-pregunto, luego de un sorbo.

-Claro, de lo mejor -me dedica una sonrisa nerviosa y ruedo los ojos, divertida -. Bueno, creo que ya lo he aplazado bastante. Sé que te dije que no era importante lo que necesitaba decirte, pero sí lo es, y más de lo crees. Tenía miedo de tu respuesta y por ello, te he hecho esperar tanto...-lo interrumpo.

-Charlie, puedes decirme lo que quieras. Habla ya, sin rodeos.

-Bueno, es que... Yo, me preguntaba si tú...¿me darías la oportunidad de hacerte feliz?-decir que no me sorprendió, sería mentir, y mucho. Le miro con los bien abiertos, pero con una sonrisa en mi rostro. ¿tanto se había tardado? Quiere hacer de lo nuestro algo formal y, ¿pensaba que yo le diría que no?

Tomo sus manos sobre la mesa, y preparo mis palabras mentalmente.

-Bueno, Charlie, ¿qué te puedo decir? Ah sí, te costará mucha comida, mimos, paciencia y cariño, lograr eso. Pero si tú quieres correr el riesgo, adelante.-digo con una sonrisa.

-Oh, aceptaría eso y más, por ti.-la felicidad en su rostro era notoria, en comparación con los nervios que habían estado antes. Soy feliz al causar felicidad en él.

Tome su rostro entre mis manos y planté un corto beso en sus labios, dejándolo con ganas de más. Entonces, me miro juguetón, y me acercó más a él, y unió sus labios con los mios, dando paso a su lengua a jugar con la mía, permitiéndome sentir su sabor.

(...)

-No puede ser.-una feliz y alborotada Kylie, me miraba con su mayor expresión de asombro, luego de haberle contado sobre mi tarde, y con ello, mi relación con Charlie, ella simplemente quedó impactada.

-Sí, Kylie, ya te he dicho que sí puede ser, ¡está siendo!-suelto una carcajada y luego ella se une.
-Dios, esta bien, comprendo, ya. Eso es...más que genial, ¡maravilloso!-grita entusiasmada.

-Sí, lo es.-sonrío y ella también lo hace.

-No puedo creer que le hayas dicho que necesitabas comida para ser feliz.-se echó a reír nuevamente y, no pude evitar hacerlo también.

-Es que, ¡es cierto! Tú sabes muy bien que es, Julie + comida=Felicidad. Lo sabes tú, debe saberlo él.-rueda los ojos, divertida, y sonrío.

-Vas a terminar obesa, si sigues con esa lógica.-niega en desaprobación.

-Corrección: vamos. Tú eres igual.-se encoge de hombros.

-Cierto. Voy por más Doritos, ¿quieres más Coca Cola?-asiento, divertida, y la veo salir de su habitación.

<<Kylie -pienso- si que está loca, me regaña y ella es igual>>

Niego con la cabeza y sonrío. Siento mi celular vibrar en mi bolsillo y, lo saco rápidamente.

-¿Sí?-contesto sin haber visto quien es.

La línea queda en silencio.

-¿Aló? ¿Hay alguien ahí?-pregunto desconcertada.

Mientras espero, y nadie contontesta, miro mi celular para ver quien es. Siento un nudo en la garganta y mi corazón parece alterarse. Su nombre está ahí, de nuevo, después de tanto tiempo.

-¿Zac?

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Besos, May💖📖