(En multimedia Jacob)Capítulo 4. Fiesta de bienvenida
Busco entre mi armario otra cosa que ponerme pero para mi suerte, no encuentro nada que me guste del todo.
Me dirijo hacia el espejo de mi habitación y me miro como por quinta vez. Esta camisa blanca de mangas largas y el pantalón vaquero largo con el cinturón marrón y las botas marrones siguen sin convencerme del todo.
El sonido de la puerta abriéndose hace que me voltee para ver de quién se trata, encontrándome así con el rostro de mi madre.
—Me alegra que poco a poco te estés integrando —comenta acercándose a mí y colocándose detrás mía frente al espejo.
—Solo voy a esa fiesta porque Megan y Sydney quieren ir —respondo sin ganas.
Desde que llegué al instituto hace una semana ellas dos han sido las únicas que han estado ahí apoyándome y no dejándome sola. Incluso a pesar de que Sydney tenga una personalidad demasiado distinta a la mía ha estado ahí para mí estos días.
—Pero es bueno que tengas amigas y que salgas con ellas Hailey, estoy orgullosa de ti —Mi madre acaricia una de mis mejillas para luego darme un beso en ella.
Para ella que yo me relacione con otras personas debe de ser un milagro ya que desde que papá se fue he sido una chica bastante solitaria que prefería pasar el día encerrada en su habitación a estar fuera con sus amigos.
—Lo sé mamá, lo sé.
—Espero que hoy te lo pases bien y ya sabes que no puedes llegar más tarde de las dos a casa, ¿vale?
—Vale mamá —contesto con una sonrisa.
—Te quiero hija.
—Y yo a ti —respondo para luego darle un abrazo.
Ambas nos separamos cuando oímos el sonido de timbre de la puerta.
—Creo que son tus amigas así que supongo que esto es una despedida.
—Adiós mamá —me despido de ella con un beso en la mejilla para luego salir corriendo hasta llegar a la planta principal y abrir la puerta.
—¡Mira quienes estamos aquí! —exclama Sydney con euforia.
Las tres nos fundimos en un abrazo y comenzamos a saltar con alegría agarradas de la mano.
—Este sin duda será nuestro día —sentencia Megan.
Esperemos que tenga razón.
(...)
El primo de Sydney ha sido quien nos ha llevado a la fiesta. Después de quince de minutos, por fin hemos llegado al lugar tan esperado por mis amigas.
—Si sobrevivimos a esta fiesta podremos con todo —anuncia Megan.
Sydney se queda boquiabierta observando la casa en donde se celebra la fiesta. De seguro que está así por lo grande que es.
Hasta a mi me ha impresionado. No pensé que una casa pudiera ser tan enorme.
De pronto mi móvil suena y me doy cuenta de que es un mensaje de mi madre, quien me dice que le han surgido unos planes importantes y esta noche no estará en casa, por lo que si quiero puedo quedarme a dormir en casa de Megan o Sydney.
—Oye Megan, ¿hoy puedo quedarme en tu casa a dormir? —pregunto y la pelirroja asiente.
—Claro que sí y trae que yo te agarro tus cosas —responde mientras me quita mi bolso en donde he dejado mi móvil y las llaves de mi nueva casa.
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Paradise Five
Teen FictionHailey Donnovan pensaba que era una adolescente como otra cualquiera hasta que llegó a Uptown Way. ¿Y quién no sabe que es Uptown Way? Cuando todos los jóvenes hijos de empresarios, políticos, famosos, multimillonarios y todos aquellos de clase soci...