Imagine

¡Emma, por favor, casi está!

Era ella, finalmente Regina estaba de regreso.

«¿Qué estás haciendo aquí sola? ¿Dónde está Mary?» cuestionó Regina «¿Y por qué ese bebé no estaba esperando a que yo llegara?» preguntó en tono autoritario, haciendo a Emma sonreír «¡Dame tu mano! Ahora estamos listos, doctor»

El médico, que asistía la escena, sonrió a la alcaldesa y afirmó con la cabeza informando que comenzarían en unos minutos.

«Pensé que no ibas a llegar a tiempo. ¡Ayyy!»

Regina agarró firmemente la mano de Emma que gritó de dolor. La morena acarició la barriga de la rubia y la miró de manera cariñosa.

«Te prometí que aquí estaría, ¿o no lo prometí? ¿Dónde rayos se metió tu madre, Emma?» preguntó mirando alrededor, para ver si veía a la mujer.

«No lo sé. ¡Salió de repente!»

«¿Cómo que salió de repente? ¿Perdí un tiempo crucial al irla a buscar y te deja sola?» Regina estaba enfadada con la falta de compromiso de Mary y asombrada con su actitud.

Emma tampoco tenía idea del motivo que llevó a Mary a marcharse. Recordó que la mujer corrió cuando mencionó el regreso de Hook, asunto del cual todavía no le había hablado a Regina por falta de tiempo. Imaginó que aquel no sería el mejor momento para explicarle a la morena todo lo que estaba pasando.

«¡Ahhhh!» gritó «¡Listo, patito, ya va, Regina ya está aquí, ya puedes salir, si quieres!»

Regina aún buscaba con la mirada a Mary por los alrededores. Tenía que conversar con la mujer y decirle que su marido pidió tomar él su lugar en el pozo, ya que Regina estaba visiblemente destrozada ante el hecho de haber tenido que dejar a Emma sola para resolver los problemas de la ciudad, y el humo negro ya parecía prácticamente contenido, solo quedaba tirarlo al pozo. La situación estaba bajo control y la alcaldesa consintió que David asumiera el encargo de ahí en adelante.

«Emma, no tengo ni idea de por qué Mary te ha dejado aquí sola, pero necesito que, al menos, tú sepas que David asumió mi sitio y está controlando la nube»

«¿Mi padre? ¿Él...él sabe usar la varita negra?»

«Eso es lo que estamos a punto de descubrir» Regina forzó una sonrisa «Pero yo no podía quedarme un minuto más empujando una nube chupadora de energía mientras tú y el patito me necesitabais»

«¡Gracias, Regina! ¡Te amo! ¡Ahhhh!»

«¡Yo también te amo, señorita Swan, ahora concéntrate en hacer que este bebé nazca!»

El médico ya estaba preparado y colocado entre las piernas de la rubia y, gracias al apoyo de Regina, finalmente a su lado, Emma hacía fuerzas para empujar al bebé.

«¿Regina?» una voz los interrumpió

La rubia se giró y vio a Robin parado en la puerta del cuarto en que estaban.

«Discúlpenme por interrumpir el momento. Es que...»

«¡Regina!» gritó Emma enfurecida «¿Qué...ay...está haciendo...él...ahí? ¿Qué está haciendo Robin en la puerta de mi cuarto?» dijo de un tirón sin poder respirar entre palabra y palabra por el dolor

«¡Emma, por favor, casi está! ¡Concéntrese!» pidió el médico

«¡Regina!» la reprendió Emma, trastornada mientras contraía los músculos.

La morena no sabía qué decir, no imaginaba que Robin iba a aparecer en ese momento para hablar de algo, aún con las manos agarradas a las de Emma, intentó hacer que la rubia mantuviese su atención en el nacimiento del bebé, pero lo máximo que consiguió fue despertar aún más la furia de la rubia. Emma estaba descontrolada por culpa del dolor, de la ansiedad, del miedo y encima tenía que escuchar a Robin, el ex de Regina, en ese momento.