La rubia, al igual que Regina, quería poder entregarse y vivir el amor que, por tanto tiempo, pensó que no sobrepasaría los límites de su imaginación. Al aceptar la invitación de vivir con Regina, Emma nunca imaginó que la morena iba a enamorarse de ella, y no es que ella no hubiera invertido en ello casi diariamente, sino que la idea de que aquella deslumbrante mujer le diera una oportunidad a alguien como ella era completamente surreal.
La alcaldesa siempre respondía de forma tan seca y formal que Emma pensaba que la mujer apenas toleraba su presencia, y, por eso, la rubia solía provocarla a propósito, siempre que tenía oportunidad. A Emma le gustaba ver cómo la morena perdía el control, además de considerar que Regina se ponía mucho más sexy cuando se enfadaba. La rubia se divertía viendo a Regina intentando librarse de sus acometidas, quería saber hasta dónde aguantaba la morena sus bromas. Después de que en un acto impetuoso y descabellado hubo besado a la alcaldesa en los labios sin venir a cuento, la rubia tuvo la certeza de que Regina pasaría a odiarla. Se arrepintió durante muchos días de lo que había hecho, pero con el transcurrir de los días, el deseo de repetir aquello solo aumentó y la rubia notó que sus bromas ya no eran tan inocentes, le estaba gustando Regina tal y como ella era. Emma solía echarle la culpa a las hormonas del embarazo, diciendo que no tenía mucho control de la situación, cosa que no era del todo mentira, pero la verdad exclusiva era que ya no aguantaba estar lejos de los labios que había saboreado. A partir de ese momento, admitió para sí misma que ya no había más vuelta de hoja, su cuerpo reclamaba a Regina.
Emma todavía podía repetirse en la cabeza las reglas que la alcaldesa creó cuando, Dios sabe cómo, la convenció para tener sexo casual; la morena no quería intimidad, no quería reclamaciones y encima de todo, pidió sigilo. Emma, por su parte, dijo en broma que Regina no podría enamorarse de ella, sin pensar que aquello podría volverse una posibilidad real. Pero una vez más, Emma la estaba provocando. Vivir con esas condiciones al lado de Regina era nada más y nada menos que una bella tortura diaria para la rubia.
Con tantas reglas impuestas no quedaba otra salida para Emma que respetar cada una de ellas. Solo ella sabe lo terrible que fue ver a Regina en los brazos de Ruby y fingir que en nada le había afectado, no solo una, sino dos veces. Emma comenzó a detestar cualquier cosa que se relacionase con Ruby, incluida la comida servida en su antigua cafetería favorita. Era escuchar el nombre de la camarera y perdía las ganas de hacer lo que estuviera haciendo en ese momento, era inevitable no acordarse de aquella maldita morena con la lengua metida en la boca de su alcaldesa. A veces, no podía controlar los celos, y pensaba que Regina podría haber notado que algo iba mal, pero aun así, no lograba actuar diferente.
La rubia estaba segura de que, si Regina fuera a escoger a alguien para empezar una relación, ciertamente escogería a la camarera, a fin de cuentas, Emma nunca podría ser tocada fuera de los límites de la mansión y con Ruby las reglas eran bastante diferentes y mucho más liberales, si es que había alguna regla en lo que Emma había visto. La rubia prefirió no sábelo porque la morena siempre acababa la noche en brazos de Ruby, quedando para ella solo las consecuencias de la borrachera. Se preguntó varias veces por qué ella nunca era suficiente para que Regina quisiese aceptar una relación y se convenció que sería pedirle demasiado a la morena, que ya había hecho mucho por ella y por el bebé. Emma nunca se atrevió a pedirle algún tipo de explicación a la morena, a fin de cuentas, las reclamaciones no formaban parte del acuerdo y, definitivamente, Emma no estaba dispuesta a arriesgar los momentos de lujuria con Regina, así que optó por seguir exactamente igual, solo bromeando con la morena y dejando sus sentimientos de lado.
Un mes antes
«¡Debería estar agradeciéndome por esto, su vida en el mundo real era miserable, capitán!»
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Imagine
FanficTRADUCCIÓN del fic portugués Imagine de LillyQueen. Regina se siente traicionada por Robin, Emma está frágil y embarazada. REgina decide invitar a la rubia a vivir en su casa durante el embarazo, para cuidarla y olvidarse de Robin. Pero poco a poco...