Y fueron felices para siempre

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La alcaldesa nunca le prestó mucha atención a la existencia de la criatura blanca o a lo que ella podría hacer con sus poderes, quizás por no creer que ningún ser pudiera alcanzar la perfección y tamaño equilibrio o quizás por sencillamente no creer que los dos polos significativamente opuestos fuesen capaz de nutrir un amor tan fuerte y verdadero capaz de engendrar a la "Criatura Blanca".

Regina solía pensar que los poderes más inquebrantables que pudieran existir eran los sórdidos poderes del Dark One, procedentes de la magia negra. Ciertamente, estaba equivocada.

Regina regresó al hospital cargando a la bebé apretada contra su cuerpo, la morena sentía las lágrimas arder presas en sus ojos, el dolor de tener que reconocer que el pirata era el amor verdadero de Emma era devastador. Aquella criatura solo podría ser la criatura de la Leyenda Blanca si fuese el fruto de un amor verdadero y para ella tenía sentido que Hook y Emma fueran realmente los polos opuestos destinados a complementarse el uno al otro, pues, el mundo de los cuentos de hadas no solía reservar finales felices para las reinas malvadas. Regina sintió miedo al creer que siempre sería la segunda opción de alguien, pero ser la segunda opción de Emma era un dolor que rozaba lo insoportable. Pensó que si Hook tuviera alguna oportunidad de quedarse en Storybrooke, más tarde o más temprano, la rubia volvería con él, a final de cuentas, esas eran las dos almas opuestas de la leyenda y siempre deberán estar conectadas y juntas, mientras el maldito destino estaba otra vez riéndose en su cara.

La morena temía la reacción de Emma cuando la rubia supiese la verdad sobre la hija y sobre todo, sobre la leyenda envolviendo al amor verdadero. Felizmente, Henry no había llamado, y eso significaba que, probablemente, Emma todavía estaría durmiendo.

La morena surgió en medio de su nube violeta dentro del cuarto y encontró a Henry, esperándola ansiosamente, al lado de su otra madre, como Regina le había pedido. Regina respiró profundamente y tomó valor para entregarle a la niña, que ella sentía ya como suya, a la mujer que la trajo al mundo un rato antes.

Emma se movió en la cama y tras un largo y tranquilo estiramiento, abrió los ojos viendo a Regina, a Henry y a su bebé.

«He tenido la impresión de haber dormido por horas» dijo Emma

Regina optó por no contarle nada del secuestro de la niña de momento, no quería dejar a Emma nerviosa antes de que le diera de mamar por primera vez y tampoco quería lidiar con el hecho de tener que ser ella la que informara a Emma de que su hija era la criatura de una leyenda que nadie creía real y lo peor, lidiar con el hecho de que Hook era o sería su amor verdadero.

La morena miró a Henry e intercambió con él una mirada de complicidad, señalándole que no debía decir nada sobre su ausencia.

«Creo que esta ricura tiene hambre, Emma» dijo Regina con la intensión de distraer a la rubia.

«Amelia»

«¿Amelia?» preguntó Regina sorprendida por la elección

«Aja. Tiene cara de Amelia, ¿no crees?»

«¡Amelia es perfecto!» respondió Regina mirando tristemente a la bebé.

Regina le pasó la pequeña a la rubia y Emma no tuvo problema para hacer que Amelia mamase por primera vez y, tampoco tuvo que hacer uso de la parafernalia que la morena le había comprado para ayudarla en ese momento, la pequeña mamó hasta sentirse saciada y se durmió en los brazos de su madre, para orgullo de toda la familia.

Henry estaba encantado con su hermana pequeña y no veía la hora de volver a casa con ella para disfrutar aún más su tiempo con ella mientras que Regina dudaba de que Emma, al enterarse de la verdad sobre Amelia, quisiese quedarse con ella.

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