-Cap. 7.

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Estábamos los dos en ropa interior, yo estaba encima de él, y Rubén me hacia pequeños y suaves masajitos en la cabeza, y me peinaba el cabello con sus dedos. Yo, recorría con la yema de mis dedos, las hermosas facciones de su cara. Él interrumpió mi ensoñación con una pregunta:

-Antes me dijiste que te habías mudado a Madrid por algo muy personal, ¿me lo querrías contar?

-No lo sé, de todos modos, a nadie le importo, asi que creo que da igual. 

-¿De verdad piensas que no me importas? Si no me importaras, ¿crees que estaría aqui, contigo? ¿Y estaría contigo a pesar de las patadas en los redondos que me das?

No pude evitar que se me escapara una risita.

-Tu también me importas mucho -le dije- más de lo que imaginas, Rubén. 

-Bueno, vayamos al grano. Cuentamelo, por favor.

-¡Es que no te lo cuento por que no quiera, si no por que solo querrás estar conmigo por pena! Y yo no quiero eso, quiero que si acaso estás conmigo, que sea por que tu quieres, no por que te doy lastima.

-Es algo malo, ¿verdad? Algo realmente malo... Pelirroja, por favor...

-Vale... Yo en mi antiguo instituto no tenía amigos, es más, nunca he tenido amigos ni he ido a una fiesta de pijamas con tu mejor amiga... nada. Entonces, recuerdo que ese día me encontraba realmente mal... Muy desgraciada, quería acabar con todo -pude notar como Rubén se estremecía- y de repente, un chico alto y rubio dice que le gusto. Todo me iba bien, o lo que yo podía entender por bién. Un día, Edu me dijo que le enviara una foto mia desnuda para siempre estar en su mente, y yo, tan ingenua a mis 16 años lo hice. No le dí importancia, pero pasados los días ¿adivinas que foto empapelaba todos los pasillos del instituto? Ese día lo recordaré siempre. Cometí dos estupideces, una la de enviarle esa maldita foto, y la otra, esta-le enseñé la parte inferior de la muñeca, donde aun tenía las marcas de las cortadas con la navaja-. No quiero que esto cambie la forma en la que me tratas, por favor...-empecé a sollozar, recordar todo eso había sido muy duro-.

Rubén, al verme llorar, me abrazó más fuerte:

-Inten... ¿intantaste suicidarte? 

-S-sí-.

-Y... ¡¿POR CULPA DE ESE HIJO DE PUTA INTENTASTE SUICIDARTE?!-gritó-.

-Sí.

Solo cuando te ví (Rubius&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora