O4; ❝ ...OR NOT. ❞

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CAPÍTULO CUATRO;
❝ ...O NO. ❞

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La puerta siendo azotada con fuerza, resonó en los oídos de la rubia, apaciguando su llanto. Mientras se mostraba del pequeño refugio que había hecho con sus brazos alrededor de ella, dejó escapar todo el aire retenido en sus pulmones cuándo ya no hubo más gritos proviniendo de la sala.

Siempre que su padre se volvía loco, no le quedaba más que esconderse. Ya que si intentaba defenderse de sus golpes, Pete respondería de forma terrorífica. Hacía tiempo, Rachel había intentado salvar a su gemelo, que se encontraba siendo asfixiado en el suelo. Cogió el florero de la sala, y lo estrelló contra la cabeza del mayor. Consiguió salvar a su hermano, pero cuándo Pete recuperó la consciencia, le propinó un brazo roto.

Haciendo desvanecer las malas memorias de su cabeza, se incorporó de la esquina oscura en la que se había resguardado. Para encaminarse hasta la planta baja dónde horas antes se encontraba lavando los trastes con su madre, antes de que Pete arribará en hogar. Exigente en conocer dónde se encontraba su almuerzo, siendo desvanecido el recuerdo que ya lo había ingerido, ante los efectos del alcohol; ⏤¿Qué tan grave fue?⏤ murmuró la menor desde el umbral de la puerta que conducía a la cocina, apreciando cómo su madre bebía de un vaso de agua.

⏤No fue nada, Rae.⏤ Se giró, tras abandonar su bebida para ver a su pequeña con la sonrisa más fingida que pudo formular. Siempre que buscaba suavizar la situación, la sacaba a flote. Más ninguno de sus hijos se tragaba la mentira, cómo mucho Sam.
Desgastando las palabras de su progenitora, Rachel examinó la habitación con su mirada, que de a poco se iba limpiando de lágrimas. Buscó algún espejo, o botella destruida, pero sólo encontró un mechón de cabello rubio. Y de verdad, que a lo que ellos estaban acostumbrados, una jalada de cabello se volvía insignificante.

Asintió en dirección a su madre, tras volver a desaparecer por las escaleras. Ahora hasta el cuarto del menor de los Anderson.
⏤Sammy.⏤, lo llamó mientras sus nudillos golpeaban delicadamente la puerta del closet. ⏤Ya está bien.

El pestillo que el armario tenía por dentro fue removido, mostrando a Sam sentado en el suelo, con su vista verdosa sumida en lágrimas;  ⏤¿El monstruo ya no está?⏤, sollozó entre ligeros tartamudeos que sumieron el alma de su hermana mayor en lástima. Quién negó con la cabeza, antes de coger al menor en brazos.

Se condujeron por los pasillos, deteniéndose en la puerta que conducía dentro del cuarto de Ron;  ⏤¿Saldrás ya?⏤, murmuró la rubia detrás de la madera, con temor a que su gemelo fuera a enfadarse cómo aquella vez anterior. Pero en su lugar, Ron le dio una respuesta negativa que a Rachel le bastó para continuar su camino hacía el comedor en dónde reposo a su hermano, para dirigirse a la cocina y hacer los emparedados que al menor tanto le gustaban. Que junto con un vaso de leche, harían olvidar a ambos el mal rato anteriormente vivido. Sin embargo, su madre exclamó su nombre desde la planta alta. Omitiendo su acción, prometió a Sam más tarde su sándwich, y regresó a subir hasta la habitación de la mayor.

𝗦𝗔𝗟𝗩𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡┃CARL GRIMES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora