𝗦𝗔𝗟𝗩𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡┃CARL GRIMES.

23; ❝ SHE. ❞

CAPÍTULO VEINTITRÉS;
❝ ELLA. ❞

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Una tarde cálida resplandecía en los rincones de la comunidad de Alexandría. Ese sentimiento, de armonía se acoplaba en lo más profundo de cada habitante, qué como cada mañana, mantenían su rutina normal, con la sonrisa trazando en sus labios. Y es qué, después de haber vencido a los Salvadores, y estar recibiendo un pago constante por La Cumbre, la vida parecía mejorar. Estaban en paz.

Carol Peletier enseñó su figura de complexión delgada en las afueras de su hogar. Inhaló un buen tomo del oxígeno limpio que brindaban los árboles, y se pasó las manos por la calidez de su atuendo recién planchado, en un intento de acomodarlo, como si fuera aún más posible con la delicadeza que su camisa tenía. Quiso dar un paso al exterior del porche, pero antes de ello, una flecha clavada en la madera de la baranda la alarmó, haciéndole pegar un brinco en su lugar. Y así girar al emisor de aquello. ⏤¡Rachel!⏤ regañó a la menor. A su lado, el cazador se burlaba de la reacción de su amiga ante el pánico. Rae sonrió inocente, y se encogió de hombros antes de cargar otra flecha en la ballesta prestada de Daryl Dixon.

La de cabellos blancos se dejó más cerca de aquella dupla, y con cuidado de no recibir otra flecha perdida, se posicionó a un lado del hombre, conforme le dedicaba una mirada llena de desaprobación. Pero en los ojos turquesa del cazador, destellaba un brillo único de tan sólo ver a la adolescente con todo el orgullo del podrido mundo. ⏤No tendría que estar jugando con esa cosa, Daryl.⏤

⏤Vamos. Lo hace bien⏤ animó, cual padre orgulloso. La mirada de océano no se apartaba de la adolescente, percatando esa postura que tomaba para apuntar en dirección al oso de felpa a unos cuántos metros de ella, con ella toda la concentración en su solo objetivo. ⏤Y no ha lastimado a nadie... por ahora.⏤

⏤Daryl...⏤

⏤¡Mírala!⏤ indicó, y enseñó a Rachel como si de arte estarían hablando. Como si ella fuera su pequeña, y él un padre lleno de orgullo hasta los huesos. Todo ello, y mucho más era Rachel en su miserable vida, una llama en el final del túnel oscuro, tétrico y lleno de pesadillas que su vida había sido. ⏤Me recuerda a... ella.⏤ el tono de su voz bajó en seco, pero su memoria repleta de recuerdos no borró la sonrisa de sus labios, hasta incluso se había ensanchado un poco más. Después de todo, si era nostálgica la situación, pero todo se cubría de tan sólo hacer repeticiones de tanto aprecio, cariño y afecto que había tenido hacía alguien tan angelical como Beth Greene.

Y tan fugaz como una estrella, una imagen, de una pequeña rubia, sosteniendo con dificultad su ballesta, le recorrió la cabeza.