𝗦𝗔𝗟𝗩𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡 | ❛ LOS SALVAS A TODOS, PERO... ¿QUIÉN TE SALVARÁ A TI, RACHEL ANDERSON? ❜
( THE WALKING DEAD FANFIC. )
( CARL GRIMES X OC. )
( SEASON 5 - 6. )
━♡ Cover by; @vicioustwd
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Horas después, fue Olivia la que alcanzó a escuchar esos golpes vagos en la madera del armario, y tras abrirla con el terror en las venas porque fuera algún peligro adentro, se encontró con la niña de cabellos de oro tendida en el suelo, con las manos teñidas en sangre de la cantidad de veces que había forzado la puerta en un intento fallido por escapar de aquel encierro. Pero de cualquier modo ya era tarde para cuando la ayuda arribó. La gente había partido, y con ellos, Carl Grimes.
Rachel balanceó la cuna de la cría a unos lados en cuanto la misma estuvo durmiendo con toda la tranquilidad del mundo, como si el exterior no existiera. Pero era tan pequeña, no tenía ni una mínima idea. El llamado en la puerta principal sacó a la adolescente de aquella distracción en la que se había sumido. Supo que se trataba de su reemplazante para el cuidado de Judith. En la misma en la que abandonó un beso sobre su piel, antes de marcharse a atender a Enid. ⏤Hey.⏤ saludó la misma, conforme daba los pasos que la dejaron dentro de la casa de los Grimes.
⏤Acabo de dormir a Judith, así que no tendrás que preocuparte por un buen tiempo. Pero, voy a estar en el puesto de vigilancia por si necesitas algún favor con ella.⏤ acabó asintiendo con la cabeza, dando por acabada su información. Giró en sus talones con intenciones de salir a hacer el deber que le habían dado, pero Enid llamó una vez más.
⏤¡Un momento, Rae!⏤ suspiró en cuánto tuvo su atención, a lo que tragó saliva con nervios por la manera en la que su garganta se secaba cual desierto. Dio una perspectiva mirada hacía ella, y prosiguió envolviendo su cabello en su dedo anular. Había pasado ese instante tanto tiempo en su cabeza, que ahora que tenía la oportunidad, parecía complicado hasta el punto de hacerla poner en ese estado de ser un manojo entero de nervios. ⏤Quería que sepas, cuánto lamento todo.⏤
Rachel frunció el ceño, dejando su figura cruzada de brazos en el marco de la puerta con una expresión neutra que detonaba su indiferencia. Eso permitió a la castaña proseguir. ⏤Lamento todo lo que te he hecho durante este tiempo. He sido una imbécil de primera. Quise decírtelo hace ya mucho, pero nunca había una oportunidad, y tenía miedo de tu reacción, en todos los sentidos. Es decir, cualquiera querría golpearme por mi actitud, pero tú no lo estás haciendo así que... Gracias.⏤ una carcajada se dio por parte de ambas por aquel comentario. ⏤Y lo lamento.⏤
⏤Está bien, Enid.⏤ Rachel no abandonó la sonrisa de su boca jamás. ⏤Yo también he sido una borde contigo, te he tratado pésimo y lo siento... Tal vez no podamos ser amigas por ahora, pero, ¿qué tal conocidas?⏤
⏤Conocidas.⏤ ambas tomaron su mano en un acuerdo que se selló de aquella manera. Como una promesa de amigas que iba a ser cumplida a su debido rato. Mientras tanto, iban a gozar del proceso que llevaba la amistad.
⏤Debo irme, pero tal vez pueda volver para que acompañarte un poco.⏤ entonces se despidió. Así salir de la casa hacía afuera, aún con la sonrisa trazando en sus labios finos. La idea de tener una amiga de sus años se hacía emocionante, y excitante. Por un momento, el pensamiento de pijamadas, y secretos se le pasó por la cabeza. Incluso tener con quién cuchichear sobre Carl.
Carl... De momento, la sonrisa se fue de su rostro, y el pánico volvió a oprimirle el pecho con pesadez al respirar. Sintió el terror en los huesos de imaginar a su amado en peligro. Pero eso no pasaría, no iba a permitir que algo malo pasase.
Caminó con disimulo por las angostas calles de Alexandría, y se escabulló por la ventana del arsenal. Ya adentro, dio pasos largos pero silenciosos para no ser descubierta por la mujer que cuidaba el lugar. Sostuvo una de las mochilas, así meter cantidad de armas, tanto de fuego como blancas. Acompañado de agua, además de comida. Se marchó por donde llegó, y caminó más tranquila por detrás de la hilera de casas, pero manteniendo su sigilo, puesto que seguro ya la estarían buscando para cubrir su turno en el puesto. Llegó así por dónde solía escabullirse con ese portador de ojos tan celestes como el cielo de la madrugada. Buscó entre los arbustos, hasta hallar la mochila usaba para sus huidas. Tanteó en los bolsillos los objetos en forma cilíndrica que atravesaban por el orificio a la hora de escalar. Pero además de ello, su yema hizo contacto con un objeto más fino, suave, y parecía rectangular. Entonces, la acercó hacía sus ojos, dónde su sonrisa demostró cuán contenta se puso en cuanto dividizó una fotografía suya, con Carl alado. Apreció la misma un rato más, para acabar guardando aquella en su bolsillo trasero, sin haberla doblado antes.
Cruzó los muros, tan altos como los árboles a su alrededor una vez que la planta de los zapatos estuvo pisando el césped, lleno de hojas que crujieron debajo de sus pies. Inhaló conforme veía al cielo sobre su cabeza, dónde el mismo empezaba a tornarse de un tono oscuro, anunciando la pronta llegada de la noche. Un nervio le recorrió las venas con velocidad, provocando todo un escalofrío por su columna, que le llegó hasta el último de sus dedos del pie. Pero no se dejó intimidar. Sólo tragó saliva, iniciando un camino por el bosque, e ignorando la ruta a su costado. La misma que daba camino hacía Hilltop.