𝗦𝗔𝗟𝗩𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡┃CARL GRIMES.

15; ❝ WELCOME. ❞

• Ese punto, indica que lo que ocurre es en el mismo momento, pero en otro lugar. •
° Y este, indica otro momento, pero el mismo lugar. °

CAPÍTULO QUINCE;
❝ BIENVENIDA. ❞

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Cuándo ya no hubo más caminantes cruzando en la vista del castaño, éste arrojó el machete al césped. Mientras sus piernas corrían por si solas, en dirección a la enfermería. Estaba exhausto, pero eso no le impidió acelerar el paso hacía dónde había dejado a la muchacha. No iba a tomarse un tiempo para descansar, no ahora. Llegó a su objetivo, y abriendo la puerta, encontró a la doctora. Quién tenía las manos ensangrentadas, al igual que su atuendo, y no dejaba de temblar.

⏤Está en aquella habitación.⏤ indicó al adolescente, al ver su expresión de desespero no fueron necesarias las frases. ⏤He hecho lo que pude.⏤ Esas palabras no ayudaron mucho a Carl, así que sin decir nada, pasó alado de la mujer encerrándose en el cuarto mencionado.

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⏤Rick…⏤ La mujer llamó la atención del hombre, una vez que todos ya estaban más calmados. Esperando por una buena noticia afuera de la enfermería. El rizado se acercó a la pareja, cruzado de brazos; ⏤Cuando ella despierte…⏤ Volvió a hablar, una vez que estuvieron frente a frente. ⏤Porque lo hará. Queremos hacernos cargo de su bien estar.⏤

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La primera imagen que Carl tuvo una vez que se encontró entre las paredes de aquel cuarto tan blanco como su piel de nieve en aquellos instantes. Se hallaba tendida en la cama, con una vía en su brazo izquierdo, y lo que más llamó la atención, el parche cubriendo dónde debería estar su ojo derecho. Como pudo, se aproximó dónde ella, tomando una silla para mayor cercanía a su persona, más no comentó nada. No podía. Sabía que si lo intentaba, un sollozo sería más rápido e interrumpiría su voz. Se mantuvo allí un largo tiempo, admirándola. Estaba indefensa, celestial. Cómo un ángel.

⏤Hershel solía decir qué… Si querías sobrevivir, tenías que tener esperanzas para hacerlo. Él murió. Beth decía qué, si de verdad querías algo y luchabas por ello, tarde o temprano, lo conseguirás. Ella también murió. Dale decía qué, aunque el mundo se fuera al carajo, nuestra humanidad debía permanecer con nosotros. Él también murió. Amy decía qué, siempre tendrías a alguien, admirándote desde el cielo. Ella murió. Sophia decía qué, siempre tendríamos una razón por luchar. También murió.⏤ Le habló con nostalgia, dejando libres a los sollozos. ⏤Todos ellos fueron buenas personas, y murieron. Pero ahora, me niego a creer que las buenas personas no sobreviven. Tú, debes hacerlo. Por mi, por nosotros, Rachel.⏤

Carl soltó una maldición, en lo que sentía como una lágrima descendía desde su lagrimal a su pómulo, hasta perderse en su labio y sentir el salado que la misma poseía. Hasta qué, como una señal, los dedos de Rachel estuvieron rozando los suyos. El castaño no tardó en entrelazar sus manos, propinando un apretón a aquel agarre tan cómodo que había formado, y a pesar de que estuviera congelada como el hielo, él no podía sentirse más como en casa. ⏤Me importa poco dónde estemos, mientras estemos juntos. Ahora lo sé. Te mostraré un nuevo mundo, si te quedas.⏤ su cabeza no tardó en chocar en el colchón, que fue manchado, y mojado por sus lágrimas que escapaban como marea alta desde sus ojos de océano. ⏤Tú eres mi hogar, Rachel. Quédate.⏤

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Rosita soltó la mano de Daryl, mientras se adentraba al cuarto blanco, dónde descansaba Rae.
El arquero había preferido esperar fuera, no era muy bueno con las despedidas. Si es que, aquello se trataba de una.

⏤Hey…⏤ Saludó la castaña, conforme tomaba asiento, dónde Carl había estado, minutos atrás. ⏤Cariño, sé que me escuchas. También sé que puedes salir de este aprieto en el que te metiste. Eres fuerte, lo supe en el momento en el que te conocí, discutiendo con Daryl por haberte insinuado de torpe.⏤ alivianó el sepulcral silencio con una carcajada emitida desde su dulce voz. ⏤Si vives, o mueres, depende de ti.⏤
finalizó, como sellando sus palabras, con un sonoro beso sobre su frente, y en su dulce espera, tomó un libro para pasar el rato. Aunque, no pudo hojear mucho entre las páginas, cuándo a los escasos minutos de empezar su lectura, una inhalación profunda le provocó levantar la cabeza del libro. Encontrándose con Rachel, despierta. Observando todo a su alrededor, confusa.

—Bienvenida…— Pronunció Rosita, mientras le regalaba una sonrisa.