𝗦𝗔𝗟𝗩𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡┃CARL GRIMES.

19; ❝ CHANGES. ❞

CAPÍTULO DIECINUEVE;
❝ CAMBIOS. ❞

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En algún momento de la velada, ambos quedaron dormidos en medio de la guardia. Lo que no era de esperarse jamás, mucho menos por parte de Daryl, quién era como un mismísimo búho en plena noche, protegiendo de su presa. Pero, esa armonía que lo atrapó cuándo Rachel acomodó su cabeza sobre su pecho para descansar, pues no estaba para nada dispuesta a irse, fue total, y complemente inevitable. Y ellos acabaron sumidos en un sueño, en plena oscuridad con el fresco viento alrededor suyo, el suelo duro bajo suyo, y la paz tomando su corazón.

Fueron alarmados por el resto de personas, que armados andaban hacía el hogar Grimes, tras haber sido informados del escape del rehén por una alexandriana qué, llena de terror, comentó sobre la aparición que el hombre tuvo en frente de sus ojos. Sorprendía, la manera en la que había salido ilesa ante la presencia de un desconocido. Pero no bajaron su guardia, y llegaron a la casa con el arma de fuego entre los dedos firmes si había que disparar en caso necesario, de eso no iban a dudar ni un segundo.
Daryl lideraba la hilera del grupo. Cubriendo su espalda, marchaba Rachel, que imitaba sus pasos, aprendiendo de sus habilidades. Hasta que se detuvo en medio de las escaleras, casi como una secuencia que se siguió entre todos, seguido de estar llevando su ballesta en dirección hacía el desconocido que se hallaba con tranquilidad sentado en lo alto de los escalones, con una dulce galleta en sus manos, los crujidos haciendo eco en el silencio de la sala. Y de repente, cantidad de cañones apuntaban hacía su cabeza, incluyendo el cuchillo de Rachel, pues su uso de armas de fuego se mantenía denegado.

Carl Grimes no tardó en unirse, haciendo aparición desde atrás de Jesús, con el revólver listo para disparar. Hasta que aquella cabellera dorada se cruzó en su campo de visión, provocando un suspiro aliviado desde los labios que dejaron de temblar cuándo se aseguró del bienestar de la misma. No la había encontrado durmiendo con él, más conocer la presencia de un extraño en la casa, los nervios habían puesto su piel de gallina. Pero, como de costumbre, Rachel había estado primero para salvarlo en caso de ser necesario.

Una reunión improvisada se armó en cuánto Michonne, y Rick estuvieron aptos para hacer su presencia en la misma. Todo el grupo había asistido, incluso Rachel, aunque sin hacer notar su insignificante presencia, pues el silencio la dominaba. Escuchó atenta, pero sin participar. Hasta que la reunión finalizó, y cada quién se devolvió a su hogar a alistarse para la salida hacía la comunidad de Jesús. Y aunque Carl había sido insistente, Rae tuvo que negarse a su invitación sobre quedarse con él durante la mañana, pues un tema estaba pendiente con sus tutores.

⏤Hey, Rae.⏤ la latina saludó, apuntando hacía la silla del lado derecho, dónde yacía su comida en su espera. Se acercó, sin una palabra de por medio en lo que se acomodaba en su asiento, y ese compotamiento llamó la atención de la mujer. ⏤¿Estás bien?⏤ su silencio detonó todo. A pesar de haber sido así en las primeras semanas, el pasar de los meses habían vendado sus heridas, y aunque no estaban del todo cicatrizadas, habían hecho un gran avance para retroceder entonces.