13; ❝ ¿CARL? ❞

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CAPÍTULO TRECE;
❝ ¿CARL? ❞

CAPÍTULO TRECE;❝ ¿CARL? ❞

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El plan salía a la perfección.
Ninguno de los muertos se percataba de la presencia de los vivos. Se mezclaban, se perdían entre ellos. Entre aquel aroma fétido, inmundo, con el corazón en la garganta, y el triunfo en la punta de los dedos, hasta qué...
⏤Sam… Cariño.⏤ la oración de Jessie apenas si fue un suspiro vago deslizándose por su boca reseca de todo el rastro de aire que le había quitado la situación, y ahora, el más pequeño de la hilera se había dejado estático en medio de la calle poblada en muerte. Desarmando no sólo la cadena, si no también la misión que llevaban a cabo. Poniendo en un riesgo mortal a todos los presentes que se alarmaron de estar quietos en un sólo lugar. Pronto comenzarían a llamar la atención.

⏤Sam, tú puedes.⏤ Rick trató de intervenir en la escena, pero los caminantes pasando justo en frente de su mirada oceánica, que en ese momento parecía vivir un tsunami, lo retuvieron en su lugar.

⏤Vamos. Sólo mira a mamá.⏤ Ron aportó mientras los ojos no se despegaban de su hermano menor, dividizando aquel breve tamaño que poseía su torso, dar unos temblores del miedo que lo inundaba, provocando que sus diminutos pies se clavaran en la tierra, e imposibilitaran su huida. Conforme las palabras de Carol se reiteraban en su memoria tal como un disco rayado, atormentando su existencia. Pero cómo un rayo de luz veraniego, de esos que te ciegan la vista, Rachel deleitó su conducto auditivo con su frágil tono de voz, que lo liberó del percance por al menos unos minutos.

⏤Sam, mírame. Estoy aquí.⏤ del mismo modo, Rachel deshizo la cadena que formaban con sus manos unidas, y muy poco le importaba ello. En ese momento, sólo quería enfocar la atención plena en su hermano que la necesitaba más que nunca, y la consiguió apenas habló, pues esa vaga mirada verdosa como esmeralda se clavó en ella cual daga hasta hundirse en su corazón. ⏤Eres mi héroe, ¿Recuerdas? Tenemos que salvar el mundo de los montruos. Ven conmigo, por favor.⏤

⏤Lo intento.⏤ la voz aguda, suave, y rota se mostró desde su garganta por primera vez. Los pies queriendo trasladarse hacía adelante, dónde su familia lo esperaba con los brazos bien abiertos, se empezaron a deslizar por la hierva vagamente, y estaba cerca, a vagos pasos de cercanía que en cuanto se unieran todo volvería a la causa natural, y podrían continuar hasta hacer las palabras de Rachel Anderson, reales. Pero todo fue una proyección del desenlace ideal en la cabeza de la rubia, así como en los libros dónde todo acaba feliz para siempre. Aquella era la realidad, y se lo hizo saber de la peor forma. No tardó demasiado en que los caminantes percataran lo ocurrido, y se abalanzarán dónde el menor se mantenía en busca de la carne. ⏤¡RACHEL!⏤

»⏤Quisiera ser valiente.⏤«

Los gritos desgarradores se abrían paso entre los oídos de la rubia, quién analizaba lo que ocurría. Parecía pérdida, como si no entendería de lo que pasaba.
Hasta que tuvo el impacto casi como si hubiera caido desde cinco metros de altura. Su Sammy, su héroe, su pequeño hermano, se encontraba siendo devorado con desesperación por aquellos seres a los que tanto les había temido alrededor de los años. La vista se tornó en blanco, mientras sus pies retrocedían por sí solos. Y era incapaz de gritar de dolor, apesar de estar bien físicamente. Nada salía de sus labios, sólo aquellos suspiros vagos, lentos, que le rompían la garganta.

Por otro lado, Jessie no resistió, y soltó un grito gutural, que los caminantes no dejaron pasar por alto. ⏤Jessie, continuemos. Tenemos que seguir.⏤ Insistió Carl, mientras miraba a la mujer desesperado por el pánico de que un caminante más se notará de su presencia. Pero la voz del adolescente se convertía en una lejana, como si estuvieran varios kilómetros lejos, o con los oídos tapados cuando te hundes en lo profundo del mar. Y así estaba, ahogándose entre sus lágrimas. Ni siquiera pudo procesar como despedirse, o darle una última mirada a los gemelos que cuidó en su vientre por nueve meses, cuando de repente, los errantes llegaron a ella, abalanzándola hacía atrás para facilitar su trabajo de comer de su cuerpo.

»⏤Te amo, Rachel.⏤«

⏤Mami…⏤ Musitó, finalmente, Rachel, con tristeza. Los gritos que soltaba la mujer chocaban en su cabeza, hasta subir y bajar por su canal auditivo. La cordura que se sostenía por un hilo se le iba de las manos con todo lo que se hallaba presenciando en aquel instante. Pronto, la suela de sus botas se humedeció con el líquido rojo que no tardó en pintar el asfalto, pero a pesar de que Rachel intentaba evitar ello, la sangre parecía buscarla hasta que consiguió alcanzar el puesto que tenía. Después de un rato de tortura, los bramidos acabaron, dando a entender que Jessie había fallecido. Tanto como el espíritu de Rachel Anderson.

Carl Grimes llamó múltiples veces la atención de la rubia, pero todas eran en vano. Ella parecía tan ausente, moribunda y muerta como los caminantes que los rodeaban. Ella estaba viva, pero su alma no, y cuál era el sentido de continuar viviendo sin una, sin ganas, sin esperanza y básicamente, sin salvación.

Se estaba perdiendo la mayoría de las cosas que pasaban a su alrededor. Deseaba, anhelaba, rogaba porque todo fuera sólo un sueño del cual despertaría en poco tiempo. Incluso, aguantaría miles de golpes, humillaciones, y demás por parte de su padre, a cambio de su familia de regreso. Pero eso no pasaría, esa era la realidad.

No fue hasta qué, el sonido que causaba el seguro del arma al ser retirado, llamó la atención de todos los presentes en medio del caos. Con la mirada vacía, Rachel apreció en frente de sus ojos, dónde Ron estaba de pie. Su gemelo, su mejor amigo, su protector, su única familia viva, ahora era él quién apuntaba el revolver. No sabría identificar si era hacía Carl, Rick o a ella.

⏤Tú.⏤ Pronunció con tristeza. ⏤Tú.⏤ reiteró, pero con el tono de la voz reemplazado a uno grueso, grave. Demostrando su seguridad a lo que iría a hacer a continuación.

»⏤Tú, y yo, contra lo que pase.⏤«

Supo a quién apuntaba.

»⏤Son monstruos.⏤«

Sin pensarlo dos veces, apartó a Carl hacía un costado, tirándolo al suelo, así evitando cualquier accidente. En eso, se percató de Michonne, quién levantaba su katana, para clavarla en el pecho del rubio sin ningún escrúpulo.
Los ojos se tornaron llorosos, nuevamente, y su voz volvió a su lugar. Quiso gritar, fuerte y con ganas. Mirando débilmente como los errantes se acercaban al cuerpo semi muerto para empezar su único objetivo en el planeta. Sin embargo, una sensación la calló en menos de un instante.

De repente, estuvo confundida y cohibida. Se sentía débil, con su respiración debilitada. Como pudo, se giró sobre sus talones, sintiendo el líquido deslizarse por gran parte de su rostro.

⏤¿Carl?⏤
Y luego, todo fue oscuridad.

𝗦𝗔𝗟𝗩𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡┃CARL GRIMES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora