Pensé que Daniel me llevaría a la casa del lago, pero no es así. Llegamos a un enorme edificio. Bajamos y le da las llaves a un muchacho, el portero nos abre la puerta y caminamos hasta el elevador. Oprime el botón hasta el último piso, mientras se escucha un música bastante tediosa.
—ten— me tiende un pañuelo.
—no lo necesito gracias—
—el maquillaje corrido de tus ojos dice lo contrario—sonríe.
Tomó el pañuelo y lo paso por mi mejilla, y una estela negra queda en el pañuelo blanco. Me volteo y miro en el espejo que está en una de las paredes del elevador, parezco emo con las enormes manchas del delineador y del rimel corrido.
—te ves más linda sin las plastas de maquillaje— dice cuando termino de limpiarme.
—gracias... por todo— susurro lo ultimo.
—fue un placer—
Las puertas se abren, y un hermoso Penthouse aparece frente a mi.
Se mira exageradamente limpio, mi madre estaría feliz de estar aquí, ella es una maniática de la limpieza. Él camina agilmente por el lugar, me quedo parada en la sala.
—estas en tu casa— asiento agradecida —veré si Fide esta bien—
Desaparece mientras observo el lugar, voy hacia un enorme ventanal que me muestras una impresionante vista de la ciudad.
Abro una puerta y salgo a la terraza, la vista a la ciudad es impresionante.
Me siento en el filo del Penthouse
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Siempre Libre
RomanceToda apuesta consiste en 50/50 50% de ganar y 50% de perder. Liv es la típica niña de papi, minada, consentida pero no caprichosa. Tiene que vivir con la culpa de otros y pagar las consecuencias de actos ajenos. Daniel McNail, un empresario de casin...