Capítulo 23

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En cuanto estaciono el auto en la puerta de la entrada, Daniel sale de la casa sin el cabestrillo, la mirada que tiene nunca se la había visto, creo que por primera vez estoy en problemas.
Me toma del brazo y me arrastra hasta la habitación, no se como le hace para caminar tan rápido, y ni se queja del dolor.
Azota la puerta cuando pasamos, me avienta a la cama, y el comienza a caminar de un lado al otro, se sujeta el puente de la nariz, resopla varias veces y parece que medita las palabras que quiere decir.

-¿cual fue el acuerdo que hiciste para que Milo Giralt firmará el contrato?- se detiene justo enfrente de mi.

-sólo una comida- contesto con claridad.

-¿sólo eso?- asiento -¿porque siempre haces algo para cabrearme?-

-no lo hice con esa intención- me levanto de la cama y me acerco a él -prometo no volver a intervenir en nada, en nada que tu no me pidas-

-no es eso- toma ire -no se porque me altero de esta manera- cierra los ojos -pero no quiero que vuelvas a faltar a tus clases- se da media vuelta para irse.

-Daniel- se detiene -tu nuevo socio es un completo idiota- juraría que sonrie y se va...

Despierto super tempano gracias a un cólico ¡Dios! ¡hoy no por favor! ¡¿porque a mi?! En estos días odio ser mujer.
Son contadas las veces que sufro cólico, pero cuando me van a dar, es por que me van a dar.

Me returso en la cama del dolor, masajeo mi vientre para mitigar el dolor, pero simplemente me duele.

-bien día- Cecilia entra con su jovial sonrisa.

-ni tan buenos- me quejo.

-¿y ahora porque tan amargadita?- se sienta al borde de la cama.

-cólico- murmuro.

-¡horror de la vida!- se levanta y se aleja de mi como si tuviera lepra -Cruz, Cruz, que se halla el diablo y venga jesus- hace unas una cruz con sus dedos índices hacia mi.

-no seas tonta- sonrio -no tengo un demonio dentro de mi, como si pudiras hacer un exorcismo-

-no creo que tu tengas un demonio- Daniel entra a la habitación -creo que tu eres el mismo demonio en persona- lo fulmino con la mirada.

-idiotas- murmuro.

-¿que tienes?- se sienta al borde de la cama como lo hizo Cecilia.

-cólico- se levanta de la misma manera que su hermana, pero éste se va.

Me levanto y voy al baño, necesito bañarme con agua caliente para relajarme, no se porque me afecta tanto el ciclo menstrual. Oficialmente ¡odio mi vida! Al salir me pongo una pijama de franela, desenredo mi cabello y me vuelvo a acostar, Cecilia regresa con un vaso con agua y una pastilla.

-son las que yo tomo cuando estoy en mis días, espero que te sirva- tomó la pastilla de su mano y me la pasó sin agua.

-gracias-

-me tengo que ir- dice apenada -tengo que ir a ver lo de mis calificaciones y hacer lo trámites para mi viaje- chilla feliz.

-que te valla bien- me acurruco.

Al parecer la pastilla ni efecto me hizo, mi vientre duele igual o más.
Daniel entra con una bandeja y un par de toallas, se va pero de inmediato regresa con una taza humeante, pero esta vez ya no trae su traje, si no ropa deportiva.

-levanta la pijama- ordena.

-¿que?- se acerca y lenta un poco la blusa de mi pijama y baja un poco el pantalón para mostrar mi vientre.

Siempre LibreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora