Capítulo 25

7.9K 537 21
                                    

Estoy más confundida que nunca, amo a Daniel y quiero a Adrian, Daniel se ha portado de una manera que no me esperaba, es lindo y tierno y... y... y... quisiera poder pasar todos los días con él.

Adrián me dejo muy enclaro que no dejará que me aparte él, le deje en claro que amo a Daniel, pero me dijo que no le importaba lo que sintiera por su primo, que el haría todo para ganarse mi amor.

Trabajar para Adrián, es un poco complicado, porque hay días en lo que no hago nada más que estar con el "revisando" que los pasajeros de vuelos internacionales tomen el vuelo indicado. Me llega un mensaje.

*paso por ti a la salida*

Sonrio al saber que el mensaje es de Daniel

*gracias, te estaré esperando en la entrada*

-Liv, hay un pasajero en el área de revisión que necesita traducción- dice Cinthia la Secretaría de Adrián.

-enseguida voy- me levanto y voy por el lugar esquivando personas.

Como se acerca la temporada de vacaciones hay mucha más gente que de costumbre.

-¿que pasa?- miro al guardia.

-es que necesitamos que valla al área de rayo X- dice el Guardia rascandose la cabeza.

-Your papers sir- le pido al señor.

-Excusez-moi manque, je ne comprends pas- dice el señor en francés.

-Cela me permet vos papiers-

-Il existe un problème- pregunta preocupado

-Non, monsieur, il est juste contrôle de routine, s'il vous plaît aller à la zone X-ray S'il n'y a rien hors de l'ordinaire, vous pouvez laisser sans aucun problème- asiente.

Sigue todas las indicaciones sin problemas, cuando termino con ello ya es la hora de mi salida. Corro hasta mi escritorio para recoger mis cosas.

-¿irías a cenar conmigo está noche?- pide Adrián.

-lo lamento pero hoy no puedo- sonrio apenada.

-otro día será- dice sin insistir -que tengas linda noche- me da un beso en la comisura del labio y entra a su oficina.

Me voy hasta la entrada del aeropuerto, Daniel está esperándome, solo de verlo sonrio involuntariamente. No subimos al auto, en el camino no dice nada, solo sonrie.

-¿a donde vamos?- pregunto cuando tomamos una dirección diferente.

-es una sorpresa- entrelaza nuestras manos.

-¿puedo saber?- pregunto

-si te digo ya no será sorpresa- sonrie.

No me dice nada y yo decidí dejar el tema, llegamos a un bonito restaurante, como es costumbre nos vamos a un reservado, Daniel acomoda caballerosamente la silla para mi.

-enseguida vuelvo- me da un beso en la frente y se va.

Me quedo viendo el lugar, pues no tengo otra cosa más que hacer, pero me doy cuenta que la mesa es para tres personas.

Siempre LibreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora