Siempre Libre

Final Alternativo.

Me despierto sobresaltada por un estraño sueño, me siento en la cama mirando mi habitación, sonrio al recordar que sólo fue un sueño.

-¡Liv! Hija, despierta, levantate- entra mi madre a mi habitación.

-estoy- gruño señalando lo evidente.

-anda levantate- me quita las cobijas
-¡por favor! ¡Liv!- me toma de la mano.

-ya voy- digo mientras intento desperecerme -pero si son las 3:00 A.M.- me quejo.

Caminamos por el pasillo para bajar las escaleras. Se escucha el murmullo de las personas en la estancia.

Esto ya lo he visto antes.

Todos las personas rodean una mesa, veo a mi padre frente a un hombre, ambos se miran fijamente, y ni parpadean.

-mami ando en pijama- susurro en su oído.

¡Dios! ¡yo conozco a ese hombre!

-hecho- dice el hombre que está enfrente a mi padre.

-Liv, pon una mano en la mesa- ordena mi padre.

-papá vas a perder- mi padre frunce el ceño.

-Haz lo que te digo- ordena.

-este hombre es dueños de varios casinos, sabe lo que hace- me cruzo de brazos.

-¡LIV PON LA MALDITA MANO EN LA MESA!- me grita delante de todos. El otro hombre solo sonríe.

Ambos dejan ver las cartas que tienen en la mano. La suma de mi padre es de 20, miro hacía el otro lado y hay un "as" y un diez, no se cuanto valga el "as" pero la cara de mi padre lo dice todo.

-Edgard- dice mi madre tapándose la boca y con los ojos llorosos.

-mama no llores yo se lo adverti pero no me hizo caso- sonrio

-hija lo lamento- intenta abrazarme.

-¡hija!-

-me iré de con usted- frunce el ceño

-sólo así- asiento.

-bien- me mira y después a mi padre -te dare una oportunidad mas- me sonrie - escoge, el dinero y tus empresas o tu hija- me ve hablando pausado.

-no te esfuerces padre, ambos sabemos que te importan más tus empresas- me cruzo de brazos. Y mi padre toma los papeles como ya lo veía venir.

Se acerca con enojo y levanta la mano para golpearme.

-ya no tienes derecho sobre ella, si la tocas te cortaré la mano- dice el ganador.

Voy por mis cosas, tomo una pequeña maleta y pongo un par de cambios, tomo mi mochila con mis libros y mi laptop. Y una foto de mi pequeña hermana.
Bajo con mis cosas y me pongo a un lado del hombre, se abrocha los botones a su saco y le da la mano a mi padre.

-puedes despedirte si así lo deceas-

Me acerco a mi hermana y la abrazo como nunca lo hice, le doy un enorme beso en la mejilla y la dejo en los brazos a mi madre.
Me doy media vuelta y me pongo a un lado del hombre.

Juro por Dios que esto ya lo veía venir.

-es hora de irnos- me ve -fue un placer hacer negocios Edgard- sonrie.

Lo sigo hasta la puerta de donde hasta hoy fue mi hogar.
Me abren la puerta de una enorme camioneta negra, miro por última vez lo que fue mi casa y me subo al auto.

-se que estos autos tienen una ventanilla ¿podrías subirla?- me acomodo para verlo mejor.

-seguro- presiona un botón.