Siempre Libre

Capítulo 41

Mi panza ha crecido lo suficiente como para no dejarme ver los pies. Demian esta muy entusiasmado por conocer a su hermanita, eso es lo que creen Demian y Daniel.
Yo por lo tanto estoy feliz con lo que sea, no me importa que sea niño o niña, soy feliz con que esté sano.

Sólo faltan dos meses para que nazca mi bebé, pero Cecilia está en días, su panza está enorme, el principio pensábamos que sólo tenía uno, pero después nos enteramos que va a tener trillizos. Casi le da el infarto a Daniel cuando se entero de que iba a ser tío por partida triple.
Yo estoy muy emocionada por ellos, pero Cecilia y Miguel no pueden ocultar el miedo que tiene a ser papás. Saben que pueden contar con nosotros para lo que sea, pero aún asi están aterrorizados.

-me siento fatal- se queja Cecilia.

-cuando los tengas en brazos te sentirás mejor- Miguel besa dulcemente sus labios.

-¡como no eres tu quién lo tiene dentro de ti!- chilla molesta -¡estoy gorda y fea, y gorda!-

-estas hermosa- la toma de la barbilla -eres hermosa, no importa como estes, que vistas, o que maquillaje uses- la mira a los ojos -tu, para mi eres más hermosa que cualquier mujer, que cualquier flor, o que cualquier joya en el mundo- Cecilia sonrie.

-me lo juras- pide ella.

-te lo prometo y te lo juro amor- Sella su promesa con un beso.

-¡ahhh!- me quejo

-¿que pasa?- Miguel se acerca a mi.

-¡creo que a me adelanto el parto!- chillo al sentir una leve punzada.

-¡¿que?!- dice Cecilia alterada.

-¡tranquila! es sólo una creencia- me levanto.

Un líquido moja mi entrepierna, miro como comienzo a empaparme, otra punzada se me viene más fuesrte que la anterior, necesito sostenerme de Miguel para mantenerme en pie.

-¡llama a Daniel!- pido.

Cecilia se levanta como puede, mientras Miguel me toma en brazos y me lleva a la camioneta, me deja en el asiento trasero y regresa a la casa. Demian se sube a un lado mío y con el trae una pequeña maleta.
Miguel trae a Cecilia y la sube al asiento delantero, en cuanto Miguel enciende el auto nos ponemos en marcha.

-¡¿llamaste a Daniel?!- pregunto histérica.

-¡en un momento!-

Miguel le llama por el Bluetooth del auto, pero Daniel no contesta, intenta un par de veces más hasta que entra la llamada.

-¡¿PORQUE DIABLOS NO CONTESTAS?!- grito antes de que Miguel hablé.

-¿que sucede?- pregunta calmado desde el otro lado.

-¡¿COMO QUE QUE SUCEDE?!- se me viene una contracción -¡MÁS Y VALE QUE ESTES EN EL HOSPITAL PARA CUANDO YO LLEGUE!-

-¡¿estas en labor?!- pregunta emocionado.

-¡NO IDIOTA!- grito enojada -¡ESTAMOS PRACTICANDO!-

-¡calmate mujer!-

-¡MEJOR CÁLLATE!- amenazo -¡SI NO ESTÁ PARA CUANDO LLEGUE, NO TE DEJARÉ ENTRAR!-

-¡ya estoy en camino!-

-¡¿que tiene mi mami tía?!- me había olvidado de que Demian estaba aquí.

-nada cariño-

-¡MIGUEL, SI NO TE APURAS TUS HIJOS QUERAN HUÉRFANOS!-

-¡no te desquites conmigo, yo no tengo la culpa!- me mira a través del espejo retovisor -¡yo no te embarace, desquitate con Daniel!-