Capítulo 10

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          Despierto sobresaltada, el ruido infernal de un despertador hace que despierte como loca despavorida y caiga de la cama.

Me levanto enseguida deceando que Daniel no me haya visto, gracias a Dios su lado de la cama está vacío. Veo que el despertador está en la mesita de noche, lo tomo una nota de desprende.

En la sala, hay un paquete para ti, espero que te guste, todo lo escogí personalmente.

Encima del paquete hay un folder con el nuevo horario de clases. Me tomé el atrevimiento de inscribirtea una nueva Universidad, espero que no te moleste. Si aceptas estudiar de nuevo y no perder el semestre, te sugiero que te metas a bañar ahora mismo.

Miguel te llevará a la Universidad apresurate si no quieres llegar tarde.

Daniel McNail.

Entro a baño más rápido que Flash y me aseo en tiempo récord, me visto con lo primero que encuentro en las gavetas.

Entro a baño más rápido que Flash y me aseo en tiempo récord, me visto con lo primero que encuentro en las gavetas

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Corro hasta la sala y tomo una mochila negra que tiene un papel encima que dice Liv. La recojo sin abrirla, corro al asensor.

—¡detenlo!— grita Adrián viniendo hacia el asensor.

Pienso en hacerlo, pero no quiero llegar tarde a mi "primer día de clases" así que no hago nada para impedir que las puertas se cierren.

Llegó hasta el último piso y Miguel está esperándome en la entrada del edificio.

—buenos días— digo subiendome al auto.

—bien dia Liv— sonrie amablemente.

Nos ponemos en marcha por la ciudad, por mientras reviso la mochila que me dejó Daniel, desde libros hasta lapiceros, pero una caja blanca llama mi atención, la saco y la abro.

Notebook
Tablet
Celular
IPod

Y otras cosas más de la marca Apple. Guardo todo, exepto el celular, lo enciendo y de inmediato llega un mensaje.

*la última pregunta que me hiciste anoche, la respuesta es NO.

No fue una orden, no se que me paso y te ofrezco una disculpa. Eres libre de hacer lo que quieras*

Me siento agradecida, anoche lloré en silencio por sentirme como sólo un trozo de carne, al que le pueden decir lo que tiene que hacer.
Decido no contestar, no se que le pondría decir, no encontro las palabras correctas para expresarme, la rabia que tengo hacia él por haber aceptado en la apuesta es mucho más grande que yo, pero las palabras en el acantilado y las de este mensaje hacen que sienta gratitud.

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