Viernes 16 de diciembre de 2016
El día inició normal, él llegó a la casa, hice un par de bromas y todos reímos, teníamos que armar el árbol de navidad, había que sacar la caja de éste, él fue, ella en la cocina, yo a seguir con lo mío, él gritó que buscara la caja, esos segundos que tarde en recorrer la casa hasta el patio los recuerdo bien, ambos gritaban que me apresurara, yo caminaba, al llegar quise tomar la caja de una manera cómoda para mi, él me gritó que no lo haga así, yo lo miré para decirle que así era más cómodo, él me gritó de nuevo, su voz ensordecedora entró hasta mis huesos, abarcaba cada rincón del patio el eco, quise mirarlo y decirle que así era más cómodo para mi, vi esa mirada que cuando era pequeña me hacía temblar, luego recordé que ambos siempre me decían que no me deje rebajar por nadie, que no debía someterme a malos tratos, por dios... ¡Qué tonta fui! Al parecer ese "nadie" no aplicaba para los hombres de la familia, un momento esa mirada, en un segundo... Oscuridad, el sonido de su mano golpeando mi cara, el horrible sabor agrio y metálico de la sangre, no sé si grité, al parecer no, estaba por hablar cuando me golpeó, sentí el dolor recorrer mi mandíbula y el pómulo derecho, sentí un agujero en pecho, sentí que él tomó mi corazón y arrancó el último pedazo de amor que había para él, de pronto, un cosquilleo en la nariz me hace abrir los ojos y agachar la cabeza, era una lágrima prófuga recorriendo la esquina de mi nariz, a ella la siguió otra, y luego otra, tomé la caja, como pude, entré en mi casa, oí gritos sobre mi "mirada desafiante", recuerdos de ambos diciendo que no me dejara llevar por delante vinieron a mi, dolía, aunque no sé si dolía el golpe, el que él me dijo muchísimas veces que no me dejara golpear, el que ella que siempre decía " vos defendete con lo que puedas" o que ambos siempre me hayan dicho que no me harían daño, que ellos me cuidarían, todo dolió aún más cuando ella me gritó que era mi culpa, en ese momento, sorbiendo mi nariz, aguantando lágrimas, quise explicar, más gritos, entonces lloré fuerte, muy fuerte, dejé la caja a un lado y subí, desde abajo más gritos sobre mi atrevimiento, no logro entender cómo las personas son así, te dicen "no dejes que nadie te haga daño" y cuando quieres defenderte, te gritan, te golpean, te rebajan a lo más profundo, luego pretenden que una sea más dulce que el azúcar... ¡Qué ineptos! ¿O yo soy la inepta? No lo sé, me han dicho tantas cosas que ya creo que son verdad.
Ya es miércoles y aún me duele la mandíbula, sí, me lastimó, en un lugar que ni mordiendo podría haber llegado, no puedo masticar, no quiero comer, no quiero estar cerca pero encima tiene el descaro de exigir un recibimiento digno de un padre amoroso, encima quieren exigirme levantarme a saludarlo con beso y abrazo... Descarados.
Lo peor de todo es que siempre han dicho "nosotros nunca les hemos golpeado" y siempre en frente de los demás preguntan "¿o alguna vez te hemos golpeado?" yo no digo nada, ni siquiera respondo, ni sí, ni no, muda, sé que si digo "si" me golpearan al finalizar la visita, pero sé que si digo "no" estaré mintiendo, prefiero callar, cortar por lo sano, por lo sano que aún está mi cuerpo...
No sé si esto le ha pasado a alguien más, tal vez no, tal vez soy la única a la que golpean por alzar un árbol de navidad, ese símbolo de familia unida, de amor, de paz, por él me golpearon... Ni siquiera lo armaron conmigo, bah, hace años que él no lo arma, lo hacíamos mi mamá, mi hermano y yo, hace un par de años mi hermano o mi mamá dejaron de ser frecuentes con el árbol, este año vino mi novio, lo armamos juntos y otra vez ese árbol vio amor al ser armado, pero él vio el tipo de "amor" que me había dado mi papá horas antes.
El hombre que toda mi vida me dijo que no me dejara golpear es el único que lo ha hecho en estos 17 años de vida que tengo y la mujer que me dijo que no sea sumisa, que enfrente las cosas, que me defienda, ella, me gritó que era mi culpa, que me lo merecía, hace un par de días se lo dije a mi novio, él me veía mal, a penas llegó ese día, lloré, otra vez, en sus brazos, al fin me sentí segura, al fin sentí amor de nuevo.
Ahora sé que no puedo confiar ni en mis padres. No se sabe si quien dice que te ama y protegerá, lo dice de verdad o no.
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