Día #30 si él

Ya ha pasado un mes desde la última vez que oí su voz, desde la última vez que nos dijimos te amo, de la última vez que le dije a alguien te amo, en ese contexto. Ha pasado un mes, en el trayecto creo que lloré al rededor de 5 veces. Ha pasado un mes y ahora estoy aún más segura que no quiero volver a verlo en mi vida. Ha pasado un mes y no me arrepiento, ni de la relación destruida ni de la destrucción y reconstrucción (aún en progreso) de mi misma.

Las cosas con Franco quedaron en eso que les conté, nada más. Volvió con su novia. Volví a estar sola. Bueno, sola no. De hecho, pude conocer a un chico igual a mi, nos gustan las mismas cosas e incluso para algunas cosas tenemos las mismas reacciones. Es menor que yo. Es de mi estatura. Es lindo. Es dulce. Desgraciadamente, tiene razón, llegó en un mal momento. Me estoy reconstruyendo y él está a mi al rededor, expectante. Esperando. Está para mi. Él dice amarme, pero yo me pregunto ¿cómo puede amarme si nos conocimos hace tres semanas? ¿cómo puede decir algo tan fuerte? no obtengo respuesta, pero tampoco pregunto. Me gusta. Es bueno. Yo voy sin compromiso alguno. Supongo que en eso me parezco a mi papá, estoy al estilo 'nos vemos cuando nos veamos'.

En este momento, sinceramente, no quiero saber nada de él, no me arrepiento, lo amé muchísimo, aunque él no supo valorarlo y eso me mantiene en esta postura que he adoptado. Tuve que bloquearlo de WhatsApp y de Messenger para que no me hable. Cuando llegó a Instagram, estaba cansada de bloquearlo, lo dejé ahí para que vea que soy feliz, para que vea que sin él yo soy feliz, estoy bien.

En ocasiones pienso que es injusto que me sienta tan bien, entonces lo pienso, y trato de ponerme triste aunque en realidad no lo estoy, simplemente me parece mal que yo no esté mal, se supone que debería llorar en los rincones. Hasta yo misma he dudado de si en realidad lo amaba al verme en esta situación de auge en la cual me encuentro, me veo más linda, me puse a hacer ejercicio, estoy trabajando y sonrío cada día, a cada momento. Me parece cruel para con él, luego no, luego si, luego me vale verga porque le valí verga, entonces sigo feliz, pero es algo  que no puedo controlar.

Hubo una noche en la que si lloré, lloré por él, lloré por mí, rogué de todo corazón no volver a encontrarlo nunca más en mis días. Él tuvo razón. Él no me merecía. Su alma no merecía la mía. Yo merezco más. Merezco amor. Merezco felicidad. Merezco tranquilidad. Merezco mucho más de lo que él habría podido darme dentro de las reglas de su familia.

Sola.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora