Eres Lo Que Necesito Ahora Y Siempre (Aguslina)

☆Trece☆

Julieta sirvió la comida contenta con su trabajo, pero lo que no sabía era que Karol era demasiado exigente.

-¿Qué es esto?- preguntó trantando de ser amable.

-Es salmón linda- Julieta se acomodó en su lugar. Karol asintió y probó el primer bocado.

-¡Ahg!- escupió la comida en una servilleta- ¡Qué espanto!-

-Karol...- Agustín habló entre dientes.

-¿Pasa algo?- preguntó Julieta asombrada por el gesto de la chica.

-Esto está muy salado- se quejó Karol- No se si sabes pero las embarazadas debemos cuidarnos de la presión- Julieta negó.

-Perdón... pero, creo que tiene la cantidad justa- lo probó ella y asintió.

-Podes ponerle un poco de limón- Agustín la miraba desafiante.

-¡Ay no! No se preocupen por mi, ustedes coman esa comida...- se detuvo- deliciosa y elaborada- sonrió falsamente- Yo me preparo algo rápido y estoy- se levantó de su lugar.

-Puedo servirte otra porción con menos sal- se ofreció Julieta.

-Tranquila querida, el pez no es lo mío, tu sólo... siéntate y yo ya regreso- se fue a la cocina.

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Gastón y Carolina daban un paseo por la ciudad, el se ubicaba muchísimo mejor que ella y se ofreció a darle un recorrido turístico.

-Y... ¿Tenés novio?- le preguntó.

-Eh...- En todo éste tiempo nadie le preguntó eso por lo que nunca tuvo que decir no, ahora estaba paralizada porque no podía acostumbrarse a decir que Agustín y ella ya no tenían nada que ver-... No, no tengo- se sintió muy mal por eso.

-¿Estás segura? Lo dudaste un poco- rió el.

-Eh.. si estoy segura es que... fue un poco reciente- le confesó.

-Perdón, no tenía que preguntar- Gastón sentía culpa.

-No te preocupes, creo que ya casi lo supero- Caro le ponía un poco de humor. Se sentaron en un banquito.

-¿En serio?- preguntó incrédulo- Creo que yo puedo ayudarte-

-¿Si? ¿Cómo?- le preguntó y noto que el estaba mirándola a los ojos, cosa que la ponía muy nerviosa. Cuándo Gastón fue acortando distancia entre ellos quiso salir corriendo, pero no podía.  El estaba sólo a centimentros, pudo sentir su respiración, vio como cerraba sus ojos y lo sintió. Sus labios impactaron con los suyos, estaba estática, sorprendida, en medio de un ataque de pánico. De a poco fue moviendo sus labios, pero claramente no por placer, se sentía extraño, en mucho tiempo no había probado otros labios más que los de Agustín.

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Karol volvió al comedor con un plato de fideos inmenso.

-La pasta de noche podría caerte pesada cariño- Julieta la observaba.

-Mi bebé quiere pasta y pasta le daré- comenzó a comer  con desespero.

-Come despacio- Agustín la miraba gracioso, mientras que Julieta con desagrado- Pareces una vaca loca- soltó una carcajada que dé inmediato se le pegó a Karol. Ambos recordaron momentos de su adolescencia.

-Y tú pareces un...- intentó defenderse pero con la risa no podía.

-Ya no sabes que decir- el continuaba riendo pero se detuvo cuando vio la cara de Julieta. Intentaba sonreír pero era muy forzado. Karol a dio cuenta de el porque su primo dejaba de reírse.