☆Treinta y tres☆

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Anhelar encontrar a nuestra otra mitad es algo que muchos buscan. Según dicen, ambas mitades están destinadas a buscarse. Buscar su alma gemela, aquellas que tienen un nivel vibracional similar que las mueve a querer unirse.

Pasadas las once de la noche cada uno llegó a su casa. Habían pasado un día increíble con amigos, pero como todo, tuvo que terminar. Ambos estaban pensativos con el mismo tema, su relación.

Se las reconoce, quizás, por el brillo en los ojos, por su paz o emoción al conocer a una persona determinada, el sentir de estas almas.

Carolina fue por un vaso de agua pero al final terminó mordiendo una manzana. Se recargo en la mesada y revivió todo lo le habían aconsejado en la tarde. No voy a decirles que no consideró la idea de dejar todo por correr a los brazos de Agustín, porque si lo pensó, si lo deseó. Pero todavía le quedaba dolor, todavía tenía orgullo.

Encontrar un alma gemela significa un amor incondicional tan grande que quien lo vive no manifiesta sentimientos erróneos sino más bien se alegra y emociona inmensamente al tener la posibilidad de encontrar a ese ser. Es alguien que llena cada espacio del ser.

Agustín se acomodó en el sillón de la sala con la vista clavada en la puerta de entrada. Quizás todavía tenía esperanzas de que ella entrará decidida a luchar por lo suyo. Pero del sueño a la realidad hay una dimensión inmensa. Y del dolor al amor también hay un abismo grande, aunque a veces duela tanto por amar demasiado.

Pero algunos no están preparados para conocer a su alma gemela, otros pueden conocerla y vivir ciertas experiencias juntos para luego separarse y otros simplemente jamás se encuentran o no se reconocen.

Con la pijama puesta y después de haber lavado sus dientes, miraba su reflejo. Su pelo revuelto, las ojeras típicas y al natural, el color pálido de sus labios, una Carolina que casi nadie conocía pero que el había amado a la perfección ¿Aún esperas algo que no sucederá? Se preguntó a si misma. Lo vivido se resumio a un simple recuerdo que no saldra de donde ahora vive, tu mente. Decide ser feliz Carolina, pero por ti, sólo por ti. Al fin debes entender que nadie se quedará para siempre, sin importar las promesas que hagan.

Conocer a tu alma gemela y ambos vibrar en la misma frecuencia solo provocaría una cosa “el amor en toda su expresión”

Todavía mojado por la ducha que acababa de tomar, miraba como caían las gotas en su reflejo. Se ha ido Agustín, no esperes su regreso, prometiste respetar su decisión. Deja de ser egoísta y pensar sólo en cómo te lástima su elección, porque creiste que te elegiría a ti por sobre todo. Piensa en ella, en cómo le fallaste. No podrá volver a amarte mientras no sanen sus heridas.

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Maldiciendo el despertador tuvo que levantarse. Con la mayor pereza tomó un rápido baño y bajo a desayunar en compañía de su bella tía.

A las ocho de la mañana ya se encontraba caminando por las calles de la ciudad, con el objetivo de llegar a su futuro lugar de trabajo. Debía inspeccionar el trabajo de los pintores que había contratado y después repartir los volantes de publicidad.

Después de una agitada mañana, y con su estómago completamente vacío, decidió pasar por el local de su amigo a comer algo y de paso visitarlo.

-De verdad te felicito, serás una súper maestra- Mike dejó  la caja en manos de su personal y se sentó con ella en una mesa junto a la ventana.

-Muchas gracias, estoy ansiosa por empezar- le sonrió eufórica.

-¿Y qué me cuentas? Hace mucho no vienes por aquí chula- amaba su forma de llamarla.

-Bueno... no tengo mucho que contar, ya sabes- tomó aire- Estoy replanteandome la posibilidad de volver a Juilliard- Mike se sorprendió.

-¿Vas a irte?- ella no supo que responder- Hijole, pues... neta no me agrada oírlo, te vamos a extrañar pero, pues es tu sueño y tu destino-

-Todavía no lo decidí- mejor no entrar en ese tema- Por lo pronto voy a quedarme y prometo venir a visitarte- la moza les sirvió el pedido que Mike invitó a su clienta preferida,  obviamente ella se negó, pero eso lo discutirán luego.

-Ya que estás aquí te doy la invitación a mi cumpleaños- le alcanzó una tarjeta- Tienes que llevarla para pasar... y como lees, es de disfraces así que quiero ver tu ingenio- Carolina sonrió. Los cumpleaños de Mike siempre eran de lo mejor- No puedes ir de bailarina, así que quita esa idea ds tu mente- adivinó lo que estaba pensando.

-¡¿Por qué no?!- se quejó- Sos muy cruel- rieron juntos- Igual voy a sorprender-

-Puedes llevar a tu amigo si quieres- la sonrisa de Carolina disminuyó.

-Claro... Voy a decirle para ir juntos- el asintió.

-Sabes que te prefiero con Agustín, pero no pasa nada... tu amigo parece bueno-

-Y lo es... es increíble- Mike asintió.

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Consideró la propuesta, no quería tener que cruzarse a Agustín, pero como ya sabía eso era inevitable. Un ahijado los unía y eso no iba a cambiar.

-Hola Gas- le dijo contenta cuando el atendió- También me alegro de escucharte, no lo hago desde hace... ¿un día?- ambos rieron- Nos llegó una invitación a una súper fiesta de cumpleaños- caminaba de camino a su casa- El sábado y v.... ¿¡Por que no podes!?-

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No puedo etiquetar no se porque.

Vale, linda, te dedico éste capítulo ya que sugeriste la idea. Gracias por apoyarme siempre y estar tan pendiente linda, te quiero 😙

Se viene una fiesta importante... ¿De que creen que deberían disfrazarse nuestros personajes?

1/4

Eres Lo Que Necesito Ahora Y Siempre (Aguslina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora