☆Veintiséis☆

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Completamente desconcertada salió del auto, no podía creer lo que le decía. Agustín la siguió, ya había comenzado y no se detendría, aunque no tenía muy en claro lo que iba a decirle.

-Caro... Carolina..- la detuvo.

-No me toques- se soltó de su agarre- No tenes derecho a decirme nada, no te metas en mis cosas- estaba furiosa.

-Se que no tengo derecho, pero tengo que decir lo que siento y...-

-¡¿Lo que sentís?!- retruco indignada- No quiero saber lo que sentís, ni lo que pensas, ni nada-

-Pero yo necesito decírtelo, no quiero que te vayas- el volvió a tomarla del brazo.

-No quisiste decírmelo cuando quería escucharlo, ahora ya no hace falta Agustín- estaba dolida, un poco más y lloraba.

-No te lo dije por estúpido, pero no quiero repetirlo..- ella no lo miraba- Cuando supe que te ibas corri a buscarte pero...-

-¡¿Pero que?!- soltó una lágrima, la situación la lastimaba.

-Pero no tenía motivos para que te quedaras- quiso soltarse pero ésta vez el no la dejaría.

-Ahora tampoco los tenés- dijo firme con lágrimas en sus ojos- Seguí con tu vida que yo voy bien con la mía- por fin la soltó- Fuiste vos el que me dio miles de motivos para irme y ni siquiera te importó lo que sentía  ¡¿Por qué a mi me tiene que importar lo que vos sentís?!- para ese entonces lloraba a mares, no podía parecer fuerte frente a el, la conocía.

-Te pedí perdón muchas veces y lo voy a seguir haciendo- lo destrozaba verla de esa forma- Sabes que me mata verte así, me siento horrible por lastimarte y... perdón Caro, pero no puedo ver que te vas...-

-¡¿Y yo?! Agustín ... Me sobraron ganas de pedirte que te quedes, que no me dejes, pero no lo hice ni lo voy a hacer nunca- una pequeña cajita se abrió en su corazón dejando salir todo aquello que no le dijo y que pensó que nunca le diría- Hay cosas que tiene que nacer de una persona, como permanecer, el querer permanecer y eso no era lo que vos sentías ¿Por qué tiene que cambiar ahora?- las lágrimas caían por su mejilla rosada y el corazón de Agustín se estrujaba.

-No cambiaron Carolina, siempre fueron así... pero no me dí cuenta- nada de lo dijiera serviría, tenía todas las de perder.

-Ya es tarde Agustín- no quería quebrarse frente a ella, pero aquel vacío que sintió cuando la dejo ir volvía, porque sentía perderla de nuevo- No quiero que...-

-Caro- Gastón interrumpió y ella secó bruscamente sus lágrimas-... ¿todo bien?- miró primero a Agustín y al ver el rostro de la chica comprendió que pasó lo que tenía que pasar, ellos estaban saldando sus cuentas pendientes.

-Si.. No te preocupes, Agustín ya se iba- trataba de evitar que notará lo afectada que estaba. Sin opción Agustín se marchó.

Se sentó nuevamente en su auto y se fue con una presión en el pecho terrible. Cuando la vio volver su mundo de revolucionó y tan sólo pasó un día. Ahora mismo, hace algunos instantes la confusión que lo atormentaba de disipo, y comprendió que lo que su interior le anunciaba a gritos era que amaba a Carolina, que nunca dejó de hacerlo. Se sentía estúpido, se sentía vencido, es que había perdido lo mejor que logró en su vida, perdió a la única persona que podía hacerlo feliz siendo el mismo. Será que si alguien lo fue todo ¿se lo deja de amar por completo alguna vez?

Que tarde es para pedir perdón

Sanar tu corazón

Hacer todo mejor

Mi corazón no te merece.

Porque no supe amarte
cuando estabas conmigo.

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Carolina lo vio marcharse con unas ganas inmensas de pedirle que se quedara con ella toda la vida, pero como ya dijo, no lo haría ¿Por qué le pedía que se quedara? Si el tenía su vida, si no cambiaría ni dejaría nada por ella eso estaba seguro.

Tenía la posibilidad de resurgir de las cenizas como el ave Fénix. Gastón demostró quererla de verdad y estar dispuesto a jugarse por ella, cosa que Agustín no hizo y no haría, porque el no era su salvación.

Batallaba fuertemente con la razón y el corazón, una parte de ella le decía que así estaría bien, que podría enamorarse de Gastón, ser feliz con el; pero otra parte le gritaba incesante que no tenía otro camino a la felicidad, que el amor es primordial y que ella tenía un sólo nombre en su corazón, en sus emociones, y era Agustín. Por más tiempo que pase, quedará por siempre su mirada en sus ojos... aunque un día la tierra deje de girar.

Secó el resto de lágrimas que rondaban su mejilla y sintió unos brazos ajenos sobre ella. Dirían que un abrazo era lo que necesitaba para alivianar lo que sentía pero, no quería principalmente ese abrazo.

-Ya pasó, era necesario- la voz de Gastón centro su mente.

-No quiero hablar de eso- se volteó e ingresó a la casa seguida por el.

-Caro...- la detuvo en la puerta-...Entiendo que necesitas tu tiempo y lo respeto...- ella sólo lo miraba- Mejor nos vemos mañana ¿Dale?- Carolina asintió y agradeció.

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Llegó hasta su casa con el alma rendida. La había perdido de nuevo. Sin pensarlo se dirigió a la cocina, necesitaba pasar la angustia y el alcohol lo ayudaría, o eso creía.

El primer trago quemo su garganta pero merecía sufrir más. Volvió a lastimarla, volvió a hacerla llorar. Bebió el segundo trago, el dolor disminuía y deseo que lo mismo ocurriera con el, pero en ese caso era al revés.

Al terminar la segunda botella sintió la necesidad de llorar, y lo hizo sin restricción alguna. Necesitaba limpiar su interior, quizás así se sentía un poco mejor.

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Es el principio.. como prometí y ustedes lo pidieron vamos a ver sufrir al hermoso de Agustín .

Perdón por estar desaparecida, prometo no borrarme tanto. Gracias por leer, besitos 😗😙😘😚

Eres Lo Que Necesito Ahora Y Siempre (Aguslina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora