Capitulo diecisiete: Lila

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Reece

Cuando esa estúpida pregunta se escapa de mis labios siento un gran cambio de ambiente, me doy cuenta de que es una pregunta fatal, me siento como un patán.  Es solo que su pregunta fue tan personal para mí que supuse que sería normal preguntarle una devuelta. No era mi intención lastimarla. Genial. Este día estaba empezando tan bien, hasta ahora. Me levante a tomar una ducha, sin ayuda de nadie, yo me limpie con mis propias manos. Eso me hizo tan feliz, porque honestamente pensé que nunca iba a poder hacer nada por mi propia cuenta. Al menos se que lo básico aun lo puedo hacer.  Espera, mi día se mejoro todavía más cuando Payton entro a la habitación a divertirme. Después abrí la boca. Si ella quisiera que yo supiera, me lo diría. Pero no lo hizo, y quiero conocerla mejor. Que estúpido.

“¿Reece?” su voz dice suavemente, puedo sentir el peso de su cuerpo moverse.

“¿Quieres caminar un rato con migo?” me pregunta en un tono gentil y dulce. Aun sintiéndome fatal, asiento con mi cabeza, alejo las cobijas de mi cadera y me levanto. Coloco mi mano en el final de la cama para mantener el equilibrio mientras espero a Payton.

Un brazo se entrelaza con el mío, siento una explosión dentro de mí porque sé que es ella.  Su corazón late rápidamente al igual que su respiración. ¿Está realmente nerviosa? “Vámonos” dice guiándome hacia el pasillo. No tengo idea hacia donde nos dirigimos.

“¿A dónde vamos?” le pregunto, escuchando el Ding del elevador indicando que la puerta ya está abierta, ambos entramos y escucho como se deslizan las puertas.

“Vamos hacia la persona que siempre visito” dice concentrada, la puerta se abre nuevamente dejando entrar a más personas, puedo sentir cuando pasan junto de mí.

Ambos nos dirigimos hacia la esquina del elevador hasta que la puerta llega hacia el piso que Payton quiere ir. Con nuestros brazos aun entrelazados me guía hacia una habitación, oigo como cierra la puerta con delicadeza.

“¿En dónde estamos?” pregunto mientras me jala hacia algún sitio.

“Ven, siéntate en el sofá” me dice Payton, suspiro usando mis manos para sentir el material de piel del que está hecho. La habitación está muy silenciosa, yo me recargo para sentirme más cómodo.  La piel del sofá esta fría, al hacer contacto con esta al recárgame produce un ligero escalofrió en mi cuerpo. Payton suspira y se siente junto a mí.

“Estamos en la habitación de mi hermana” me dice en un tono débil. ¿Su hermana? ¿Tiene una hermana? ¿Por qué esta en el hospital? ¿Por qué no está hablando? Estoy realmente confundido.

“¿Está dormida?” le pregunto intentando obtener más información sobre ella.

“Si, ha estado dormida desde hace ya unas semanas” dice su voz agitada silenciosamente. Al escucharla  me acerco hacia donde esta, hasta tomar su mano y presionarla con la mía ligeramente.

“¿Cuántos años tiene?” pregunto gentilmente. Quiero saber que paso, ¿Por qué esta aquí? Pero esa es una pregunta muy fuerte, así que empezare con las fáciles primero, porque eso es lo que me gustaría que las personas hicieran por mí.

“Diez” la dulce voz de Payton dice, puedo imaginarme sus grandes ojos cafés llenándose de lagrimas, su voz débil me da esas pistas.

¿Diez años? No, no puede ser. ¿Por qué una niña de diez años estaría en un hospital en vez de estar disfrutando de su niñez? “¿Cómo se llama?” pregunto aclarando mi garganta. Tengo ese sentimiento en el fondo de mi estomago, de que esta es una gran y mala situación para Payton.

“Su nombre es Delilah, pero yo le digo Lila” dice, puedo escuchar una pequeña sonrisa por su tono como si estuviera recordando algo.

¿Delilah? Es un nombre realmente bonito. Estoy seguro que es igual de hermosa que su hermana. Cada vez que escucho Delilah pienso las letras de la canción de Hey there Delilah de Plain White T’s.

“Payton ¿Qué le paso?” pregunto. Tal vez si habla de eso la ayude a sentirse mejor.

Escucho como toma aire y se acomoda en el sofá. “Cuando tenía ocho empezó a tener una enfermedad que mi madre y yo desconocíamos, pero era tan grave que la llevamos al hospital y esperamos toda la noche. Recuerdo como mi mamá estaba sentada junto a ella, ahogada en lágrimas mientras yo sostenía su mano. Tenía tanto miedo de lo que el doctor diría. El doctor llego a las seis de la mañana y nos dijo que Lila tiene Leucemia, cada vez empeoro su situación más y desde entonces estoy aquí con ella. Mi madre también empeoro. Nunca había visto a mi madre llorar tanto. El doctor le inicio una quimioterapia” se detiene por un segundo y me doy cuenta de que está llorando.  Soltando su mano, dirijo mi brazo hacia su cintura acercándola aun más hacia mí.  Cierro mis ojos y los aprieto, al abrirlos siento como mis mejillas están ahora frías gracias a mis lagrimas que recorren mi rostro.

“Ella era tan viva y feliz, bailando sin parar, yendo al colegio. Tan alegre y brillante. Después comenzó a perder peso y color, la enfermedad la consumía mucho, no paraba de sangrar. La leucemia vino de nuevo y comenzó de nuevo los tratamientos. Termino teniendo una operación y algo ocurrió con la anestesia que no pudo lograrlo, al menos no aun. Así que hemos estado esperando. Me hice voluntaria aquí para estar cerca de ella y recordarme que no importa que tan dura sea mi vida la de los demás esta aun peor” dice llorando, le doy un pequeño apretón aun con mi brazo sobre su cintura. “¡Solo quiero que despierte!” solloza.

Llora en mi pecho y me abraza mientras mis propias lágrimas comienzan a brotar con más velocidad. Dios, ¡Soy un patán!  Su hermana puede morir en cualquier instante y yo tengo una actitud nefasta al estar ciego. Al menos estoy vivo. Con las palmas de mis manos acaricio su espalda dándole pequeños círculos esperando a que se sienta mejor.

“Shh… estará bien Payton. Estoy aquí, todo está bien” le susurro. “Lo siento” le digo mientras continuo susurrándole.

Siento como sacude su cabeza en mi pecho, mi corazón se rompe por ella. Es más fuerte de lo que creí. Payton es realmente una persona y hermana increíble. 

El amor es ciegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora