Capitulo treinta y uno: Todo es diferente

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Reece

¿Qué eh hecho? Solo sé que hubiera aceptado cualquier cosa para conseguir una cita con ella. Cuando declaro la condición, realmente no me puse a pensar en ello, en vez de eso solo respondí. Ahora tendré que regresar al instituto, tengo un mal presentimiento. Pensar en la escuela caminando sobre esos pasillos de nuevo me hace sentir enfermo de miedo. Tan solo un mes ha pasado y mi vida cambio radicalmente, experimentar e imaginarme ser el chico ciego que no sabe realmente hacia donde se dirige y tener que fingir que no escucho los pasos de puntillas detrás de mi . . . ¿De verdad funcionara regresar al instituto y tener a demasiadas personas alrededor mío observándome como un bicho raro? ¡Por supuesto que no! Recordar aquellos que solían admirarme, mostrándome ahora lastima y tratándome como un inválido, o lo más estúpido de todas las opciones; como si fuera especial, ¡Me mata! Ser ciego transforma todo, y cambia la perspectiva de los demás hacia mí, incluyendo a mi familia.

Créelo o no, mi familia no suele ser así de feliz o perfecta. Antes del accidente mi familia de verdad se mostraba amor, pero peleamos. En ese entonces nos gritaríamos, decir nombres ofensivos, pero si yo rompía las reglas o desobedecerá a mis padres, estaría castigado por demasiado tiempo y tendría bastantes problemas. Suponiendo que antes si les hubiera hablado así a mis padres, como les grite hace un par de horas, estaría más que castigado hasta el día que me casara y tener tanto que ordenar que la sirvienta se sentiría mal por mí. Mis padres eran cool, felices, personas que amaban fácilmente y ellos solo exigían respeto, honestidad y claro responsabilidad de sus hijos. Esto da como resultado que si nosotros rompíamos las reglas ya establecidas [realmente no eran demasiadas] tendríamos un argumento y castigo.

Incluso mis padres tenían sus rutinas para ser “buenos policías” y “malos policías”. Mi madre, el tipo de mujer que sería muy flexible en el amor eterno, te causara sentirte mal por lastimarla. Mi padre por el otro lado, el es de armadura de metal. El te atormentara con un argumento intenso y te incomodara hasta que te sientas intimidado, pero no me malentiendan fuera de eso mi papá es realmente carismático y sabe como demostrar afecto. Él le encantaba pasar tiempo con sus dos hijos e hijas. El me enseño a patear un balón de futbol, jugar baseball, lo más increíble era cuando Conner, papá y yo salíamos por las noches a ver un juego de soccer.  

Yo era el buen hijo, comparándome con Conner; Conner siempre fue y será el chico de las fiestas, siempre con nuevos problemas. Yo, en cambio soy más calmado y el chico bueno, tuve mi propia porción de problemas y aprendí a lidiar con ellos.

 Ahora, no peleamos y es como vivir en la tierra arcoíris las 24 horas del día, toda la semana, lo cual es estresante. Todo son voces felices y risas, y pequeñas frases como “está bien”. ¡Quiero gritarles que se detengan! Exijo devuelta mis experiencias, mi antigua familia que a pesar de tener sus bizarros y extraños problemas, seguíamos adelante. Siento como si nadie dice lo que siente, porque tienen remordimientos a ofender mis sentimientos, o algo así. Me tratan como un plato preciado de los que tiene la abuela pegados, estando ahí generación tras generación. Tengo un fuerte presentimiento de que piensan que si ellos actúan felices yo también. Honestamente ¡Eso es mierda! Pretender olvidar que estoy ciego, o que nunca ocurrió, es irracional.

Quiero despertar en una mañana y observar el rayo de sol que atraviesa el cristal de mi ventana. Analizar los grandes ojos de Payton, y besarla. Quiero ver crecer a Rayne y a Juliet cuando vaya  a su graduación. ¡Quiero ver! ¡Necesito ver! ¿Cómo obtendré un trabajo? ¿Cómo viviré solo? ¿Quién se casara con migo? Todas estas preguntas y más, me acechan por la noche conforme cierro mis parpados, como siempre.

**

 “¡No, no dispares!” grito sacudiendo mis piernas y enseguida me siento y comienzo a parpadear solo para enfrentarme a la oscuridad. Solo fue otra pesadilla, creerás que ya me habré acostumbrado, pero no es verdad.

El amor es ciegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora