Capitulo veinticinco: Tal vez

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Reece

El resto de la semana transcurre como de costumbre. Obligue a Conner a que jurara no mencionar nada a mi madre sobre quedarme perdido en la casa. Como sea, la suerte no está de mi lado porque el miércoles me volví a perder y esta vez fue mi madre la que me encontró y ahora nadie me deja estar solo en la casa, es extremadamente estresante. Sorprendentemente Conner me ha ayudado bastante. Me indico que cerrara mis ojos, en seguida que imaginara nuestra casa, menciono que todo el proceso de imaginar los pasillos y cuartos era como dibujar un mapa en mi mente y que si adivino en donde estoy en este preciso momento podre arreglármelas para salir sin ningún problema. También tengo mi bastón de soporte. Lentamente progreso, no impresionantemente pero me conformo con los resultados. Mientras transcurrieron los días tenía ese entusiasmo interno porque fuese viernes, no por las películas, porque Payton viene a visitarnos. 

Abro mis ojos conforme escucho los pisoteos ligeros de mi hermana Rayne en el pasillo. Me siento en mi acolchonada cama, estiro ambas piernas y mi mano derecha para alcanzar el bastón. Al levantarme roto mi torso para que mi espalda truene, utilizo el bastón para dirigirme hacia mi closet. Siento como este topa con la pared, utilizo una de mis manos para sentir la madera del armario, sujeto con cierta fuerza el metal frio de la manija y abro la puerta. Recorro mi ropa de derecha a izquierda Sé que hay diferentes tipos de telas, al acertar con una playera de algodón la jalo del gancho y me la pongo. Fácilmente tomo unos jeans, su textura es la más sencilla de identificar. Con el bastón regreso a mi cama para poder colocarme los pantalones.

Bajo con cuidado los pantalones de mi pijama y con mi mano izquierda me apoyo en la punta de la cama para mantener el equilibrio, desabrocho los botones de los jeans, me siento en los montones de cobijas y con mucha dificultad me pongo estos  pesados pantalones.

Sonrió a mi progreso. ¿Ven? Vaya que estoy mejorando en esto. Nuevamente utilizo el soporte para guiarme hacia el baño que está conectado con mi habitación. Cuando mis pies sienten una sensación de azulejos fríos se que ya entre a este. Doy vuelta hacia la derecha en donde se supone que esta el lavabo y sujeto el peine que reposa en una mesa. Teniéndolo en mi mano  lo utilizo para cepillar mi cabello, ahora está más largo de lo normal. Después sujeto mi cepillo de dientes y la pasta para enjuagarme la boca. Con la mano desocupada abro la llave de agua girándola, entonces escucho el sonido de agua fluir. Coloco el cepillo de dientes debajo del agua y empiezo a enjuagármelos, al terminar regreso a mi habitación y me siento en mi cama.

Knock, knock.

Dirijo mi cabeza hacia la dirección de donde proviene el sonido. “Pasa” le digo a la persona que tiene intenciones de entrar.

Escucho como la puerta se abre de golpe y un par de pisadas. “Hola cariño, ¿Te arreglaste solito?” me pregunta mi madre con su tono carismático aunque para mi es fastidiante.

“Si mamá, créelo o no todavía soy capaz de hacer ese tipo de rutinas” le murmuro en respuesta y sé que es grosero, pero no lo puedo evitar. Su preocupación es muy exagerada para mí gusto.  Me está sofocando.

“Perdón. Estoy lista para llevar a Rayne y a Juliet a sus escuelas. Conner sigue aquí, tu padre ya se fue a trabajar” me informa

“Está bien” le respondo.

“Si necesitas algo, Conner te va a ayudar” me dice y yo asiento. “Te quiero mi amor” dice y de nuevo asiento.

“También te quiero” suspiro y después escucho sus pisadas abandonar mi cuarto. Busco con mi mano mi celular y al alcanzarlo me recargo en mi cama.

“Marca a Carter” le ordeno al aparato y este comienza a reproducir el sonido de espera.

“¡Hola!” Carter dice en un tono feliz.

El amor es ciegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora