Capitulo veinte: Parte uno

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Payton

Observo como Reece sostiene uno de esos bastones que te ayudan a mantener el equilibrio, ahora estoy impactada. ¿Desde hace cuánto aprendió a usarlo?, en seguida mis ojos exploran su gigantesca casa y decir gigantesca queda corto. Me orienta hacia una habitación con una enorme tele plasma, unos sillones largos de piel obscura, una gran chimenea situada cerca de la televisión y un librero que se encuentra en una de las paredes de ladrillos, con todo tipo de libros y películas. Sigo analizando mi alrededor boquiabierta, en algunos sitios hay cuadros con rostros familiares. “Puedes sentarte” la voz de Reece dice interrumpiendo mis fascinados pensamientos pero con un tono dulce, no puedo evitar sonreírle mientras lo veo.

Reece recarga su bastón en uno de los muebles veo como intenta con sus manos explorar el sillón. “¿Necesitas ayuda?” le pregunto algo preocupada, probablemente este confundido si lo que está tocando es realmente el sofá.

“No, puedo hacerlo” insiste, yo asiento observando como con sus ojos cerrados se concentra para lograr sentarse, después de unos minutos se apoya con una mano para finalmente recargarse en el respaldo. Sus ojos azules se abren inmediatamente, como de costumbre me hipnotizo al estudiarlos.

“¿Te vas a sentar?” me pregunta alzando una ceja aunque estaba dirigiendo su vista hacia otra dirección.

“Si” digo simplemente, me dirijo hacia él, dejando mi bolso en el suelo y acomodándome en su lado izquierdo. “¿Cuándo aprendiste a usar el bastón?” le pregunto sin poder contener mi curiosidad.

“Esta mañana, es por eso que aun no soy muy bueno usándolo” dice volteando su cabeza hacia mí.

“Yo creo que lo estás haciendo muy bien” le digo sacando de mi bolso el libro de Braille y colocándolo entre mis piernas.

“Gracias” dice ahora dirigiendo su cabeza hacia otra dirección. “Hay que empezar esta lección” le indico colocando el libro en su pecho, le hago un pequeño test de las letras A-T.

Se queda trabado en algunas de ellas, pero después de reconsiderarlo logra decirme lo que aprendió.  

“Ahora la U” digo guiando su mano en la letra correspondiente.

“Un punto hacia arriba y dos horizontales en el centro” dice mientras cierra sus parpados escondiendo sus ojos y sintiendo los puntos.

“Correcto” le digo dándole unos segundos más hasta cambiar de pagina. “Ahora V” digo presionando su mano en el lugar indicado.

Comienza a mover lentamente sus dedos sintiendo los puntos; sus  parpados aun cerrados. “Tres verticales hacia la derecha y uno en el centro” dice ahora empleando más seriedad. “El que sigue” dice sonriendo.

“X” le digo colocando su mano en la pagina adecuada.

Observo como presiona sus labios en signo de concentración. “Dos puntos hacia arriba y dos en el centro” dice mientras siente los puntos.

“Si” le digo mientras el abre sus ojos y me voltea a ver con un rostro adorable y media sonrisa. Continuamos con las letras restantes, la W duro más de lo acordado porque esta era diferente de las demás.

Después le hago un último test de todo el abecedario, el me contesta todo lo que le pregunto correctamente. Al terminar suspira mientras se recarga en el sofá.  

“Oficialmente he terminado, por favor hay que hacer otra cosa” dice quejándose produciendo que me ría ligeramente.

“Está bien” digo sonriendo. “¿En dónde está tus padres?” le pregunto escaneando la silenciosa casa.

El amor es ciegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora