{Cap medio hot, no os trauméis jep.}
Narra ____.
Un calor se estaba apoderando de mi cuerpo, cada vez que lo observaba .Solo tuve esa sensación una vez...En la playa...
-Joo, Dani,necesito algo... -Me miró fijamente y lo siguió con una sonrisa.
-¿Qué necesitas, princesa? -Eso me hizo darme cuenta de lo que yo quería pero él ni pensaba.
-Pues... -Me sonrojé como cuál tomate y le sonreí tímidamente. -Pues a ti...
-¿A mí? -Rió un poco y se acurrucó junto a mí. -Y... ¿qué necesitas de mí? -Le besé, jugueteando con su lengua a medida que iba subiendo la temperatura del beso -Uuii, que tontorrona estás tú... -Le mordí el labio y jadeó en mi boca.
-____ estás jugando con fuego... ¿Y sabes qué les pasa a los que juegan con fuego? -Le miré con cara de no saberlo, esperando a que me diese una respuesta, aunque no paré de acariciarle, y le dejé besos húmedos por todo el cuello- ...hmm...se terminan quemando... -Me susurró al oído.
-Dios, Dani...-Adopté una nueva postura, de modo que quedé encima de Dani, y el debajo mía. Le sujeté las muñecas con las manos, aplastándolas contra el colchón. Él se quejó, pero no dejé que se deshiciera de mis agarres. Lamí su cuello y besé cada una de las facciones de su cuerpo. A ver, es extraño, nunca antes lo había hecho con alguien, excepto ese día en la playa, y ya estaba tomando el control de la situación. O soy muy cabezona, o se me da bien todo. También olvidé mencionar que soy muy modesta(?).
Él guió mis movimientos con sus manos, poniéndolas en mis caderas, y me miró de arriba a abajo mordiéndose el labio.-Va Dani...No te cortes... -Le dije con un tono tontorrón, y el tiró hacia abajo y quedó encima mía.
-Ya verás, te voy a meter un pollaz... -Abrí los ojos muchísimo por lo que iba a decir. -Quiero decir, que...bah, da igual. -Se quitó la camiseta y pude ver todos sus rasgos masculinos sobresaliendo. Era tan...tan...perfecto. Me lamió el cuello y ahogué un gemido. -¿Quieres ser mía, princesa? -Me preguntó desafiante. Yo asentí con la cabeza y fué quitandome la ropa poco a poco, al igual que yo hice con él. Todo fue muy rápido, y cuando me quise dar cuenta, un dolor tremendo surgió en mi parte inferior. Gemí de desesperación, pero no por el placer, sino por el dolor. Pero no puse ninguna objección a que siguiera. Quería que lo hiciera.
-¿Quieres que pare? ¿Estás bien? -Negué con la cabeza e hice un movimiento ligero para que él entrara por completo en mí. Era dolor mezclado con placer, y a cada embestida, el placer se “comía“ al dolor, y terminé disfrutando muchísimo, como era de esperar. Rezaba por que David y Rebe no apareciesen, pero terminó por darme igual.
Mientras me embestía, iba susurrando cosas, pero no cosas como las que se suelen insinuar en pleno acto sexual. Era más...¿romántico? No sabría que decir. Y eso me hacía disfrutar más. Terminó saliendo de mí y quedamos rendidos. Me atrajo hacia su cuerpo y me abrazó. Yo puse las manos en su pecho, agradeciendo su calor corporal e inspirando su aroma, todavía vivo.-Creo que no podría haber elegido a alguien mejor para hacer el amor. -¿Hacer el amor? Me sorprendió ese término. Podría ser dulce a la hora de la verdad, por muy malote que quiera ser, siempre será un amor en los momentos íntimos. Por eso lo quiero.
-Te quiero, princesa.