Los churros de Harry estaban buenísimos, más aún con su chocolate caliente casero. Él me miraba con una sonrisa pícara, mientras yo agachaba la cabeza, ruborizada.
FLASHBACK
-¡¡HARRY, NO ENTRES!! -grito, tratando de esconder mi cuerpo en ropa interior con la toalla.
-Eh..esto...lo siento, Zoe-dice Harry, ruborizado. Pude notar que sus ojos verdes recorrían mi piel desnuda-. Solo era para preguntar si te gustan los churros con chocolate -dice, esta vez a través de la puerta cerrada.
FIN DEL FLASHBACK
Acabamos de almuerzayunar, y Harry se ofrece a fregar los platos. Quiero ayudarlo, pero me lo prohíbe y me empuja, dejándome caer en el sofá. No aguanto allí sentada, así que me dirijo a la cocina. Harry ahoga un grito al sentir mis manos heladas rodeando su desnuda cintura. No puedo evitar reírme. Inmediatamente, Harry gira en su eje, quedando la punta de nuestras narices rozando. Lentamente acerca sus labios a los míos, por lo que cierro los ojos. Antes de fundirnos en un beso, Harry levanta sus manos y me agarra de las mejillas, llenándome de jabón de fregar.
-HAROLD EDWARD STYLES -digo, punto de estallar mientras él ríe a fuertes carcajadas.
-¿Quieres que te deje mi cuchilla para afeitarte? ¿O has decidido dejarte la barba?-dice hiperventilando, riendo y tratando de huir de mí.
Seguimos corriendo por toda la casa, que por cierto es preciosa, hasta que tropiezo y caigo con mi frente en el pico de una mesa. Me toco la cara, a la altura de la ceja, y noto la piel húmeda. Miro mis dedos teñidos de rojo. Me he partido la ceja.
Oigo los pasos de Harry bajando rápidamente las escaleras. Por lo visto había llegado hasta la planta superior mientras huía de mí. Hace una mueca al verme, no debe de tener muy buena pinta la herida. Harry me coge en brazos, enredo las piernas en sus caderas y me lleva al baño. Me sienta en la encimera del lavabo, y saca una cajita blanca con una cruz roja del armario de debajo. Me pone una esponja en la mano, no entiendo el por qué. Saca una bolita de algodón y la empapa en alcohol, y la aplica en mi ceja. Escuece demasiado, y aprieto mis puños con todas mis fuerzas. Ahora entiendo el por qué de la esponja, muy inteligente, ricitos. Me coloca dos tiras blancas adhesivas y une la piel cortada con ellas.
-Se te da muy bien curar -añado.
-Ya, será porque quiero ser médico.
-¿Y por qué no estudias? -pregunto con interés.
-Pff...porque paso de esos rollos universitarios y tal -hizo una mueca de desagrado.
Suena el móvil de Harry. Lo observo curiosa, y él trata de hablar bajo. Mmm...a saber de qué está hablando y con quién. Cuelga el teléfono, y algo sospechoso añade:
-Bueno, ¿te acerco a casa?
-Eh...claro -me veo obligada a responder.
El camino a casa es incómodo. Harry está bastante tenso, prefiero no intervenir. Esa misma noche no consigo dormir del todo bien, ya que no paro de darle vueltas a qué habría ocurrido con Harry desde aquella llamada. Sea lo que sea, lo acabaré averiguando. Al fin y al cabo soy...su mejor amiga.
