Mi nombre es Zoe Hamilton, tengo 18 años y vivo en Cheshire, Reino Unido. Mi familia no es muy numerosa que digamos, vivo con mi madre y mi hermano Noah, cinco años menor que yo. Noah es adoptado. Mi padre falleció cuando yo tenía apenas catorce meses en un accidente laboral. Él era bombero, y sacrificó su vida por salvar otras. Actualmente estudio en casa, ya que no puedo permitirme pagar la Universidad.
Es un día de invierno nublado y frío, de esos que a nadie le gustan pero que a mí me encantan. Acabamos de almorzar y me dispongo a echarme una breve siesta cuando me suena el móvil; es mi mejor amiga Anna:
-¡¡¡ Zoe, Zoe, Zoe!!! ¡¿A que no sabes qué? - exclama histérica, reventándome los tímpanos.
-¡¡¡Anna, Anna, Anna!!! No, no sé qué -respondo yo, mostrando poco interés -. Lo único que sé es que iba a dormir y no me has dejado.
-Bueno, pues te vas a alegrar de que te haya llamado. ¿Te acuerdas de Nick, el chico que me gustaba el año pasado que está taaaan bueno? Claro, que te acuerdas. Bueno pues mañana por la noche celebramos el baile de invierno en la Uni, ¡Y ME HA INVITADO A IR CON ÉL!
-Y...¿por qué se supone que me iba a alegrar?
-¿Pero me quieres dejar terminar? A ver, pues te vas a alegrar porque resulta que el primo de Nick va a ir, y no tiene pareja, y casualmente tú tampoco - dice con un tono algo sarcástico.
-Anna, ni se te ocurra liarme con el tío ese porqu...
-Tarde, ya le he dicho que te recoja a las 21:30 - me corta.
-Pues ya le puedes ir diciendo que no venga, además yo no estoy en la Universidad, no puedo ir a ese baile.
-Oh, venga ya, Zoe, es la Uni, todo el mundo se cuela en esas fiestas. Además, ya va siendo hora de sacarte de tu casa y mover el culo. Por favor. Hazlo por mí. Tu mejor amiga. Esa que te quiere taaaanto...
Acepto. Soy demasiado ingenua.
(...)
Es la tarde del día del baile, y Anna se presenta en mi casa a las 18:00, con un par de perchas, las cuales supongo tendrían vestidos, en una mano y una caja llena de maquillaje en la otra. Me empuja suavemente hasta mi habitación, cierra la puerta, me mira con una gran sonrisa en la cara y dice con mucho entusiasmo:
-¡Empecemos!
Anna abre su caja, llena de glosses, sombras de ojos, eyeliners y todo tipo de cosméticos de todo tipo de colores y tonos. Empieza a llenarme la cara de potingues insoportables y pegajosos. No estoy acostumbrada a arreglarme mucho. Directamente, no me arreglo.
Me pongo el vestido, blanco, con un toque azul, por encima de la rodilla, tirantes gruesos y espalda descubierta. Complemento el vestuario con unos tacones altos, quizá demasiado, color marrón, a juego con las joyas y el abrigo. Me miro al espejo. He de reconocer que mi amiga ha hecho un gran trabajo.
(...)
Nos dirigimos al coche, no hace tanto frío como esperaba. Llegamos a la fiesta, los chicos esperan en la puerta, muy elegantes. Mi chico, Josh, alto, rubio de ojos marrones, me agarra de la cintura y me lleva dentro.
Me quito el abrigo y lo dejo en una silla. Me dispongo a bailar con Josh, que no deja de mirarme el escote, el muy cerdo. Llega el baile lento, me agarro a su cuello, él me agarra de la cintura, y me acerca bruscamente a él. Baja las manos lentamente hacia mi trasero, y trata de besarme. Lo suelto, le miro con cara de asco y me voy a por una bebida.
Cojo mi vaso, me pongo el abrigo y me voy a un banco, cerca de una pequeña fuente en el exterior. Sabía que no tendría que haber ido; Oigo una voz masculina detrás de mí:
-¿Un zumo de piña? Wow, qué loca. Cuidado a ver si mañana vas a tener resaca -ríe pícaramente el chico. Es alto, moreno y de cabello rizado. Esa estúpida pero sensual sonrisa va acompañada de unos lindos hoyuelos en las mejillas. Sus ojos verdes se clavan en los míos. Lo miro enfadada, pero a la vez sorprendida de su repentina aparición -. Me llamo Harry. Harry Styles.