Y labio con labio. Un puñado de mariposas con ganas de marcha empiezan a revolotear por mi estómago, y un cosquilleo recorre cada centímetro de mi cuerpo. Siento que debería levantarme, pero no quiero. Hasta que mi madre interrumpe:
-¡Zoe, ya estoy en...! Emm...creo...creo que voy a entrar por la puerta de atrás -dice sonriendo, aunque incómoda.
Miro a Harry, Harry me mira. Sus ojos brillan y los hoyuelos se le marcan más que nunca. Me muerdo el labio y cierro los ojos. No puedo evitar una risita nerviosa. Nos levantamos.
-Estás hecha una salvaje, eh -dice Harry, entre risas. Le pego y seguimos riéndonos.
Oigo la puerta trasera abrirse, y mi madre silbando, como si nada hubiese ocurrido. Intercambiamos los móviles (si lo he besado, accidentalmente, habrá que verlo otra vez, digo yo), le doy dos besos, esta vez en la mejilla, y le abro la puerta. Lo observo unos segundos antes de cerrar la puerta. Cojo mis zapatos, el abrigo y subo las escaleras, medio alelada. Tiro los zapatos, me pongo de espaldas a la cama y me dejo caer. Oigo pasos acelerados acercándose a mi habitación. Entra mi madre me echa a un lado, se sienta y me dice con una gran sonrisa:
-¿Qué? Cuenta -mi madre también es mi mejor amiga. Tal vez esté mayor, y aparenta mayor edad de la que tiene debido a su duro trabajo en la fábrica, pero yo la veo como otra chica de dieciocho años a la que cuento todo.
-Ha sido un accidente, lo juro, me tropecé -le digo con una risita nerviosa.
-Yaaaa, claaaaro...un accidente.
-¡Mamá! -me río y le doy un suave empujoncito en el hombro izquierdo.
-Bueno, pero estás feliz, ¿no?
-No lo sé. Eso creo. Quizá. Sí. MUCHO -una sonrisa de oreja a oreja aparece en mi rostro y en el de mi madre. Hacía mucho que no la veía sonreír así.
Trato de dormir, pero esa noche no hay forma de pegar ojo. Y al día siguiente me arrepiento, aunque es sábado. Anna no tarda mucho en aparecer por mi casa.
-¡Zoe!¿Me explicas por qué te fuiste ayer? -me dice enfadada.
-Porque Josh es un cerdo, y además, conocí a un chico.
-¡¿CÓMO SE LLAMA?! ¡¿A DÓNDE OS FUÍSTEIS?! ¡¿TE HAS LIADO YA CON ÉL?! -la expresión de Anna cambió completamente, y empezó a acosarme a preguntas-. Cuéntame TODO.
-Eh, eh, eh, relajate...A ver, el chico se llama Harry y me llevó a una cafetería, y no me he liado con él, fue un beso accidentado.
-Ya, claro, accidentado -dice con la misma expresión que mi madre. La fulmino con la mirada.
-¿Y tú?¿Qué pasó con Nick?
-Nada. Absolutamente nada. Bueno, estuvimos hablando, pero eso, sólo hablamos.
-Tranquila, dale tiempo.
Tras un rato hablando, Anna se va, y mi madre viene a mi habitación:
-Zoe, el chico está en la puerta -pone mucho énfasis en 'el chico'.
Intento bajar las escaleras tranquila, que no se note que estoy deseando verlo.
-Hola, Zoe -dice Harry nada más abrir la puerta.
-Hola...¿qué haces aquí? -pregunto.
-Quería invitarte al cine. Y me encanta tu pijama de vaquita, por cierto -sonríe.
-Gracias -digo yo, sonriendo también, sonrojada-. Bueno, pasa y siéntate, que me voy a vestir. En seguida vuelvo.
Subo corriendo, casi me como el suelo. Abro el armario, cojo unos vaqueros, una camiseta básica blanca y una camisa vaquera. Me hago una coleta alta y bajo corriendo. Harry me mira raro, y me doy cuenta de que llevo las zapatillas de andar por casa. Subo corriendo otra vez, esta vez no me caigo, y me pongo las botas militares que me regaló mi madre por mi cumpleaños. Bajo, despacio, revisando si me olvido de algo. Todo listo, cojo dinero y nos vamos.
-Zoe, ¿sabes que estás más guapa sin maquillar? -me dice Harry, muy dulce.
-Gracias -intento añadir algo más para no parecer borde, pero es todo lo que se me ocurre.
Llegamos, me dispongo a pagar mi entrada cuando Harry me da un manotazo y aparta mi mano. Saca su dinero y paga las dos. Lo miro fijamente. Hace exactamente lo mismo cuando vamos a comprar las palomitas. Nos sentamos en las butacas, le miro un buen rato y le digo:
-No tendrías que haber pagado lo mío.
-Me da igual -dice muy seguro-. Pero te aviso de que te voy a dejar sin palomitas -nos reímos los dos y nos mandan a callar.
Tal y como dijo, me deja sin palomitas. Empieza a hacer frío en la sala, y creo que estoy tiritando, porque Harry se quita su chaqueta y me la pone sobre las piernas a modo de manta.
Acaba la película y vamos a una heladería. Sí, helado en pleno diciembre. Esta vez los pago yo, porque he amenazado a Harry.
-Oye, Zoe, tienes...-se acerca y me limpia helado de la nariz con el dedo.
-Pero...¿cómo ha llegado el helado ahí?
Harry coge helado con el dedo y me llena la nariz, otra vez. Se ríe solo, y me empiezo a reír yo, de su propia risa. De repente me llega un whatsapp de Anna: ''¿Puedes venir al parquecito del instituto? Es urgente''. El parquecito del instituto es una placita junto al instituto. Anna y yo íbamos cada día al salir de clase; Nos terminamos el helado y fuimos para allá.
Anna está esperando en el columpio, con un precioso vestido blanco y negro. Nos acercamos a ella y nos mira con cara extraña.
-Oye, vosotros...¿estáis juntos? -dice descaradamente.
-¡No! Sólo somos amigos -aclaro.
-Sí, sólo amigos -añade Harry.
-Bueno, Anna, ¿qué ocurre? -pregunto, cambiando de tema.
-Verás, he quedado con Nick en quince minutos y estoy nerviosa, no sé que hacer. ¿Me lanzo o debería esperar?
-Intenta lanzarte. No lo sabes si no lo intentas -le sonrío.
-¿Pero cómo hago para besarlo? Es que quedaría muy brusco.
-No, es muy fácil -añade Harry-. Mira, así -Harry se gira, me ladea la cabeza con una mano y acerca mis labios a los suyos, dándome un suave beso. Noto su respiración acelerada. Se separa lentamente y me mira a los ojos-. ¿Ves? No es difícil.
Anna se queda boquiabierta.
-Es verdad, es muy fácil -añado, sonriendo y mordiéndome el labio.
-Bueno...eh...¿gracias?-dice Anna, aún sorprendida.
-Suerte, Anna -dice Harry, con una sonrisa en el rostro también.
Me vuelve a acompañar a casa. Debo admitir que me ha encantado el beso.
