Zoe's POV
Despierto descansada. Llevaba mucho tiempo sin dormir así de bien. Una mano fría me sujeta la cintura, y un aliento cálido choca contra mi nuca. Me giro lentamente, quedando cara a cara con unos ojos verdes. Una hermosa sonrisa se dibuja en el rostro de Harry.
-Buenos días, pequeña -dice con una profunda voz.
-Buenos días, Ha...
La puerta se abre, y entra mi madre con una bandeja en la mano, con mi desayuno. Noto sus mejillas enrojecer cuando nos ve en la cama abrazados.
-Creo que volveré luego -dice incómoda. Antes de cerrar la puerta del todo me guiña el ojo derecho.
Harry cierra los ojos, suspira y vuelve a fijar su vista en mí. Sus hermosos ojos verdes se clavan en los míos, haciéndome sentir incómoda. Tras observarme por unos segundos se acerca a mí más, fundiendo sus labios con los míos en un suave beso.
-Me tengo que ir, pequeña -susurra en mi oído.
-No, no te vayas. Quédate un ratito más -le pido entre pucheros.
-Lo siento, Zoe, pero prometí a mi madre que la ayudaría con...con los preparativos de...la fiesta sorpresa para Gemma...después de su graduación -dice pensativo. No sé si creerlo.
-Está bien... -suspiro con un profundo pesar, aunque dubitativa. Harry sale de la cama, la rodea y me besa la frente. Se acerca al alféizar de la ventana dispuesto a salir-. Harry, mi madre ya te ha visto. ¿No crees que es más fácil salir por la puerta como las personas normales?
-Sí, pero lo que pasa es que yo no soy normal -me sonríe. Le devuelvo la sonrisa.
Con un poco de dificultad se sujeta a las ramas de un árbol cercano, y de un impulso desaparece. Oigo un fuerte golpe y me levanto apresurada. Miro por la ventana, Harry está en el suelo.
-¡¡HARRY!! ¿Estás bien?
-Sí, no te preocupes -dice quitándose ramitas de entre los rizos-. Creo que ésto sólo sale bien en la películas.
No puedo evitar reírme ante su comentario, acompañado de una pequeña maldición. Harry también se ríe, y esos hermosos hoyuelos aparecen en sus mejillas. Se despide con la mano, y me quedo durante unos minutos observando cómo se hacía más pequeño a medida que se alejaba de mi casa.
HARRY's POV
Idiota. Idiota, idiota e idiota. La fiesta sorpresa de Gemma para después de su graduación. Todo un genio, Harry. Sobre todo porque Gemma se graduó hace dos semanas. Lo tuyo no son las excusas, ¿eh, campeón? Ahora a saber cómo hago para que Zoe venga conmigo a la cena sorpresa.
El camino a casa se me hace corto entre tanto pensamiento e ideas inútiles. Nada más abrir la puerta, mi madre me recibe ansiosa.
-¿Qué?¿Cómo ha ido?¿Qué le has dicho?¿Cómo está ella? -pregunta mientras me acosa con pellizcos en el brazo para que le cuente.
-¡Por dios, relájate! -le pido entre risas mientras la sujeto de los hombros-. La he cagado, mamá. No se lo he pedido aún. Es que es difícil pedirle a alguien que salga una noche contigo sin que te pregunte a dónde y por qué, ¿sabes?
-Bueno, yo ya te presté mi ayuda, pero no la quisiste por cabezón. Aunque aún está en pie mi oferta...
-Mmmm...¡bueno, vale, está bien! Ayúdame, por favor -termino desistiendo.
-Tú encárgate de invitarla a salir, que yo hago la reserva -me dice con una sonrisa triunfadora y un pequeño giño de confianza.
Cojo mi móvil y abro los SMS. Me quedo en blanco durante largos minutos, frente a la pantalla táctil del teléfono, hasta que al fin...
Zoe's POV
*Nuevo SMS* >
¿Qué demonios tiene pensado hacer Harry? Aunque esa no es mi mayor preocupación ahora mismo. ¿Qué narices me pondré?
(...)
-A ver, traigo todo lo esencial y en variedad, aunque con todo estarás igual de preciosa -dice Anna casi sin vocalizar, con una gran maleta negra de ruedas-. Bueno, ¿a qué esperas? ¡Vamos a tu habitaciíon!
-¿No exageras un poco, Anna?
-¡No! Para las pocas veces que sales en tu vida habrá que arreglarte, ¿no? -dice mientras me obliga a subir las escaleras a empujones. Sinceramente sus palabras han dolido. Pero tiene razón, mi vida social no es que sea muy...activa.
Entramos en mi habitación, abre la maleta y saca ocho vestidos, un maletín con maquillaje y un joyero de madera grande. Muy grande.
-Venga, primer vestido. ¡Ve sacándote la ropa! -no sé si me arrepiento de haberla llamado para pedirle ayuda.
Me pruebo los ocho vestidos, zapatos, complementos, maquillaje... Hasta que por fin, después de dos horas, sale el look vencedor. Anna deja el vestido y los complementos en mi armario para prepararme mañana, y guarda el resto de sus cosas.
-Eres muy complicada de asesorar, Zoe -dice Anna, mientras hace como si secase el sudor de su frente. Las dos reímos.
-Gracias una vez más, Anna. No sé qué haría yo sin ti -nos fundimos en un fuerte y largo abrazo. Una sonrisa satisfecha invade mi rostro, y tengo la sensación de que ella también sonríe.
(...)
Miro el reloj. ¡Las ocho! Corro a la ducha como nunca antes he corrido. Dejo mi pelo secar al natural para no perder tiempo. Saco el vestido del armario y me lo pongo. Me calzo los tacones, demasiado altos, como siempre. Por último me pongo las joyas y me maquillo. Me acerco al espejo y me observo detenidamente. El vestido azul eléctrico se ciñe a mi cintura, haciéndola ver más pequeña y delicada. El verde de mis ojos destaca más con el maquillaje ahumado, y los labios se me ven más gruesos y marcados con el lápiz labial rojo. El pelo cae sobre mis hombros en unas suaves ondas naturales, aún algo húmedo.
> Vuelvo a mirar el reloj. Las nueve en punto.