Capítulo 27

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HARRY's POV

¿Qué hago ahora? A mi pequeña le han disparado. Joder, Harry. Le han disparado, por mi culpa. Deberían haberme disparado a mí, no a ella. Ni siquiera soy capaz de ir a verla al hospital. Cobarde gilipollas. ¿Qué pensaría ella de mí si estuviese despierta? ¿Qué pensaría si supiese que no he ido a verla en estos tres días? Pero es que no soy capaz de verla en aquella habitación blanca, con los ojos cerrados y conectada a máquinas y sueros. Sin poder hablar con ella, ni oír su voz, ni su risa. Ni besarla. Definitivamente tengo que ir a verla.

Me dirijo al baño y me lavo la cara para disimular el reguero de lágrimas saladas de mis mejillas. Mojo un poco mi pelo y moldeo los rizos. Me arreglo un poco la ropa arrugada, cojo las llaves del coche y conduzco hasta el hospital.

(...)

Odio estos lugares. Tan blancos y agobiantes. Todo huele a medicamentos y me da cosa respirar y coger algún virus. Me acerco a la recepción y espero la pequeña cola.

-¿En qué puedo ayudarle? -pregunta la enfermera, de unos cincuenta y pico.

-Eh...¿podría decirme en qué habitación se encuentra Zoe Hamilton? -pregunto nervioso.

-A ver, a ver, a ver...¡oh! Aquí está. Piso 3 habitación 142.

-Muchas gracias.

Recorro el hospital con la mirada en busca de un ascensor, pero no lo encuentro, así que me veo obligado a subir las escaleras. Otra cosa que añadir a la lista de razones para odiar un hospital. Son jodidamente grandes y hay pocas indicaciones.

Al fin. Piso 3. Ahora a buscar la habitación. A pesar de que recorro el piso entero no encuentro la habitación. Miro un pequeño cartel rectangular atornillado a la esquina superior de la pared.¡Oh, genial! Me he equivocado de piso.

Ahora sí. Habitación 142. Abro la puerta con delicadeza, y lo primero que veo es a la madre de Zoe arrodillada junto su camilla. Pensé que en cuanto me viese me clavaría un cuchillo en las entrañas, pero por el contrario me abraza con toda la fuerza que se puede permitir. Comienza a sollozar, y no soy capaz de reprimir las lágrimas.

-Gracias, Harry -dice con la voz entrecortada.

-No me las merezco, señora. No fui capaz de protegerla.

-Lo has hecho, Harry. Has hecho lo que has podido. De no haber sido por tu inmediata llamada a emergencias, mi hija, por muy duro que suene, ahora mismo no estaría precisamente en esa camilla. Ven siéntate -palmea el asiento que hay junto a la camilla y lo acepto-. No te voy a engañar, Harry. Está muy mal.

-¿Cuánto creen los médicos que durará en coma?

-No es predecible, pero se piensa que entre un mes o dos -el corazón se me encoge, y dejo escapar lágrimas silenciosas.

-¿Le importaría dejarme a solas con ella, señora?

-Por supuesto. Además, ya me tengo que ir a la fábrica. Cuida de ella en mi ausencia, Harry -se levanta, me besa la frente y se va.

Recorro a Zoe con la mirada. Se le ve tan vulnerable, tan pequeña. Recuerdo la forma tan brutal en la que cayó al suelo. Verla ahí, a mis pies, sujetándose el vientre mientras se manchaba sus níveas manos de sangre. Verla sufrir. Sentí que moría en aquel instante.

-Hola, Zoe. Seguramente me odiarás por haber sido tan cobarde y no haberte visitado en estos días. Pero espero que cuando despiertes, ojalá sea pronto, sepas perdonarme. Ojalá entiendas por lo que estaba pasando. No era capaz de verte como estás ahora. De hecho ahora mismo estoy muriendo lentamente por dentro viéndote así. Pero, ¿sabes qué? Que aún así sigues preciosa. Siempre estás preciosa. Incluso cuando te despiertas por la mañana con los ojos rojos y el pelo enredado. De hecho así estás incluso más guapa. Recuerdo cuando te vi por primera vez, en aquella fuente. Cuando vi el zumo de piña en tu mano no pude evitar reírme a caarcajadas. Pero eso no se compara con aquel primer beso. Sigo sin creerme que fuese accidentado, ¿sabes? Sé que en el fondo eres una fiera. Tienes que admitirlo. Y también sé que ese beso te encantó a ti. Es increíble la cantidad de momentos que hemos vivido juntos -las lágrimas vuelven a caer bajo mis párpados-. Lo siento, pequeña. No puedo más por hoy. Pero te prometo que vendré cada día hasta que despiertes. Te lo prometo.

Sólo amigos, dijeron. || Harry Styles || Completada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora