No, no, no, ¡NO! Esto no puede estar pasando. Harry y yo nos hemos quedado dormidos y estoy soñando. Sí, es eso, tiene que ser eso. Puedo sentir la mano de Harry agarrar con fuerza la mía, tanto, que duele. Así que no puede ser un sueño.
Josh se acerca lentamente, con una sonrisa maliciosa en su rostro, mientras que hace girar el arma en su mano.
-Os lo voy a poner fácil -dice con la voz ronca y calmada-. Me das a la chica y nadie saldrá herido.
-Eso no va a ocurrir -replica Harry, nervioso.
-Entonces no tendré más remedio que usar a mi compañero -acaricia el revólver en sus manos-. Ah, y no tratéis de llamar a la policía, porque entonces saldréis heridos igualmente.
El corazón me latía en la garganta, a punto de salir a los pies de Josh. Con la poca luz de la zona, puedo ver que Harry mira a todos lados, con el ceño fruncido. Vamos, pequeño, piensa. Piensa, por favor.
-Está bien -dice Harry.
-¡¿Qué?! -le grito.
-Te entregaré a Zoe -Josh sonríe ante el rendimiento de Harry-. Pero no ahora.
-¿Qué quieres decir? -Josh cambia la expresión de su cara.
-Que no te la entregaré ahora. Lo haré a medianoche. En el parque del encuentro de este mediodía. Junto al lago. ¿Aceptas?
-Mmmm...está bien -acepta desconfiado, aunque sigue sonriendo-. Pero debes saber que no vais a poder escapar. Tarde o temprano os encontraré y vais a salir mal parados. A medianoche nos vemos, preciosa.
(...)
Los nervios se han apoderado de mí. Confío en Harry, y lo quiero, pero no sé en qué coño estaba pensando. ¿Cómo saldremos de ésta? ¿Qué hacemos ahora? Y si alguien sale herido, ¿qué hacemos después?
-Harry.
-¿Qué?
-¿Cómo que qué? ¿Qué mierda hacemos ahora? -grito desesperada.
-Pensar.
-¿En qué? ¿En cómo hacemos para que el psicópata no nos encaje una bala en la cabeza?
-Exactamente -responde tranquilo.
-¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo?!
-¿No te han dicho nunca que mantener la calma es esencial para no entrar en pánico? -niego con la cabeza-. Pues deberías tenerlo en cuenta.
-Lo siento...¿S-se te ocurre algo?
-Creo...que deberíamos actuar sobre la marcha -dice en voz muy baja-. Piénsalo, imagina que tenemos un plan, pero cualquier estupidez de aquel gilipollas daría un giro de 180°. ¿Crees que serás capaz, pequeña?
-Lo intentaré.
(...)
23:59. Josh aún no ha aparecido y ya no me quedan uñas que morder.
-Vaya, vaya -0:00. Revólver en mano y sonrisa en el rostro-. Creí que tendría que traeros a rastras. Pero veo que habéis cumplido vuestra palabra.
-¿No confías en nosotros, Josh? -pregunta Harry, burlón.
-No demasiado. Y ahora, entrégame a la chica. Vamos -la sonrisa desaparece de sus labios.
-Esper...
-No, Harry -le digo colocando mi índice en sus labios-. Confía en mí, ¿vale?
Harry asiente nervioso. Sujeto sus mejillas con mis manos y deposito un beso sobre sus labios. Esto no es una despedida.
-¿Quién os ha dado permiso para besaros? -dice Josh-. Ven, preciosa. Ahora ya eres mía -se gira y mira a Harry-. Pero...a ti no te puedo dejar marchar tan fácilmente. Creo que es mejor deshacerme de ti.
-¡¡NOOO!! -un grito agonizante sale de mi garganta, y corro hacia Harry.
*BANG*
Abro los ojos lentamente. Un dolor punzante me invade el vientre. La bala ha impactado en mi estómago, y la sangre de mi cuerpo se vacía por minutos. Harry se agacha como puede y me coge en sus brazos.
-N-necesito ayuda, han disparado a mi novia. Sí, eh...en el parque del centro. Dense prisa por favor -dice Harry entre sollozos. Ha debido de llamar a emergencias. E-espera...¿ha dicho "mi novia"?
-H-Harry... -intento vocalizar.
-Estoy aquí, estoy aquí, estoy aquí, pequeña -me acaricia desesperadamente el rostro.
-Me duele mucho...
-Lo sé, pequeña. No te preocupes, la ambulancia ya llega -se quita la camisa y hace un torniquete en mi vientre-. Me cago en la puta, venid ya.
-Harry, te estoy llenando la camisa de sangre...
-Me importa una mierda la camisa, Zoe, mantén los ojos abiertos, ¿vale? Recuerda, nunca cierres los ojos.
Observo su rostro y su torso perfectamente esculpido por los ángeles. Me pesan los ojos y el estómago me duele cada vez más. Harry continúa acariciando mis mejillas. Oigo las sirenas de la ambulancia acercarse y Harry se sobresalta.
-Ya vienen, pequeña, tienes que aguantar, ¿me has entendido? -se pone en pie y empieza a agitar los brazos- ¡Aquí! ¡Aquí! ¡Deprisa!
Los médicos salen de la ambulancia con el equipamiento necesario y, con mucho cuidado, me colocan sobre la camilla. Observo a Harry, tiene la cara destrozada. Un regero de lágrimas y sudor corre por sus mejillas. Necesito ver sus hoyuelos. Necesito verlos, quizá por última vez. Quién lo diría. La chica que nunca salía y no tenía vida social, ahora con un balazo en el estómago a punto de morir.
-¿Viene con nosotros? -pregunta el enfermero a Harry.
-No. Tengo que...tengo que ocuparme de una cosa importante.
Harry desaparece por el pequeño bosque detrás de las vallas del parque. Justo por donde Josh desapareció tras apretar el gatillo. Su cabello rizado moviéndose al compás de la brisa es lo último que consigo ver, antes de cerrar mis ojos.
