Capítulo 25

689 34 0
                                    

-Pequeña, ¿qué ocurre? -dice Harry preocupado, aún agarrado a mi cintura.

-Nada, no te preocupes -digo con la voz temblorosa.

-No, pequeña, algo te pasa. Trae eso -dice cogiendo mi móvil. Su ceño se frunce a medida que avanza leyendo el mensaje de texto- ¿Quién es es cabronazo que te ha mandado ésto?

-Déjalo, Harry, de verdad.

-No, no puedo dejar pasar esto, ¿quién te ha mandado esto, Zoe? -los nervios recorren mi cuerpo.

-¿Re-recuerdas el día que nos conocimos? En la fuente -lo piensa y asiente-. Te dije que mi pareja era un cerdo que se había aprovechado de mí -vuelve a asentir, entrecerrando los ojos confundido-. Pues es ese chico.

-Joder, Zoe, ven aquí -dice protegiéndome entre sus brazos.

-Tengo miedo, Harry -le digo en un susurro, al borde de las lágrimas-. Tengo miedo de que pueda hacerte daño.

-No te preocupes por mí, enana. Deberías preocuparte por ti -me acerca más a él, y me siento a horcajadas encima suya. Escondo mi rostro en su cuello, y dejo escapar una lágrima en silencio. Mi móvil vuelve a sonar.

"No deberíais estar tan pegados, preciosa. Ya sabes lo que puede ocurrir."

A Harry se le tensa cada músculo de su tonificado cuerpo. Se levanta de la cama, se acerca a mí y me sujeta el rostro entre sus suaves manos.

-Eh, mírame. Ahora vamos a ir al centro con los chicos, ¿de acuerdo? Apaga tu móvil, y no lo enciendas en ningún momento. Ven aquí -me vuelve a hundir en sus brazos. Termino de arreglarme y salimos hacia el centro.

(...)

-Oye, Louis, deja las intimidades para otro momento, ¿quieres? -dice Niall a su amigo, que le está comiendo la boca a Anna.

-Vamos, Niall, si sé que te encanta. Estoy seguro de que te pone vernos -responde Louis, antes de volver a apoderarse de los labios de mi mejor amiga. Niall sacude la cabeza e intenta sacar tema con nosotros.

-Zoe, ¿qué quieres hacer? -dice Harry, sacándome de mis pensamientos.

-Oh, eh...yo...me da igual, lo que vosotros queráis, chicos.

-Olvídalo, Zoe. Piensa en el aquí y el ahora. Olvida a ese psicópata -me susurra suavemente en el oído. Harry tiene razón. Es difícil olvidar al chalado ése, pero debo centrarme en lo que hago ahora y disfrutar con mis amigos.

(...)

-Harry, Zoe, ¿qué sois? -dice Zayn con la boca llena de lasaña.

-¿A qué te refieres? -decimos al unísono Harry y yo.

-Ya sabéis, si sois novios, si tenéis un rollo o una relación seria, no sé -pregunta esta vez Liam.

-Ah, pues...no sé -dice Harry pensativo-. Supongo que somos amigos -vaya puñalada.

-Amigos...¿con derecho a roce? -aclaro yo, algo dolida.

-Sí, eso es. Amigos con derecho a roce. Suena bien -dice entre risas, a lo que todos reímos, menos Niall, que casi se atraganta bebiendo agua.

-¿Y por qué no llegáis a algo más? -pregunta Anna, sentada encima de Louis. Un poco inapropiado en un restaurante, quizá.

-Bueno, no sé, porque así estamos bien, supongo -respondo, confundida. Busco mi móvil para salir de la situación incómoda, pero recuerdo que, aparte de que está apagado, Harry me lo quitó por si acaso.

Terminamos el almuerzo, cada uno paga su parte y salimos a un pequeño parque. Harry se tumba a mi lado, en el césped. Niall apoya su guitarra sobre su regazo y la empieza a afinar. Toca los primeros acordes y empieza la magia. Los chicos cantan una canción preciosa, que según Anna se titula "Little Things". La muy cerda los ha escuchado cantar antes que yo. Todos tienen algo especial en sus voces que las hace preciosas. Harry me agarra de la cintura y, como puede, me sienta sobre sus piernas. 

-Vaya, vaya -interrumpe una voz masculina en el solo de Harry, que me estaba cantando al oído-. Mira a quién tenemos aquí -todos miramos hacia aquel chico. Aquel chico que me va a arruinar una de las mejores tardes con mis amigos.

-Josh, tú no pintas nada aquí -le digo con la voz notablemente temblorosa.

-¿Que no pinto nada aquí? ¿Estás segura? -vacila sarcásticamente- Yo aquí pinto bastante, a diferencia del melenas éste -señala a Harry.

-Me llamo Harry, y si no te importa me gustaría que te fueses de aquí y que nos dejases tranquilos -dice con voz firme.

-Y a mí me gustaría reclamar lo que es mío, así que, preciosa, ¿qué tal si te levantas y te vienes conmigo? -los chicos miran expectantes lo que está ocurriendo-. O te llevo yo a rastras, tú decides, preciosa.

-Ni se te ocurra ponerle una mano encima, gilipollas -Harry me atrae más a él-. Porque, si no, vas a acabar mal.

-¿Eso es una amenaza? -suelta una aterradora carcajada y se acerca a mí-. Ven aquí, preciosa, que nos vamos a divertir -me tira del brazo y me levanta del suelo, apretándome en sus brazos.

-Hijo de puta -Harry se levanta y se abalanza sobre Josh.

Josh se ve obligado a soltarme, y me refugio con los chicos, intentando asimilar lo que está ocurriendo entre sollozos. Harry estampa su puño contra la nariz de Josh, la que, seguramente, ya esté rota. Josh contraataca y le clava los puños y las rodillas a Harry en el estómago. Zayn se levanta e interviene con ayuda de Liam para agarrar a los chicos. Efectivamente, Josh tiene la nariz destrozada. 

-Cuando amenazo, cumplo -dice Harry, orgulloso y sonriente,  con la vena de su cuello hinchada.

-Esto no quedará así, hijos de puta. Si alguien sale mal parado aquí seréis alguno de vosotros -se dirige a Harry y a mí-. Sobre todo vosotros dos, preciosa.

Josh se suelta con desprecio del agarre de Zayn, y sale del parque sujetándose la nariz ensangrentada.

(...)

-Harry, estate quieto, joder.

-Pero es que escuece -se queja, sujetándose el labio.

-Normal, te has partido el labio -la tentación de besarlo aumenta por momentos mientras sigo dándole toquecitos con el algodón para curarle.

-Sí, tratando de defenderte -me reprocha molesto.

-Oye, que ya te he dado las gracias. No te enfades conmigo, ¿vale?

Harry me abraza, y yo me dejo hundir entre sus brazos, sintiéndome protegida al fin. Mi pequeño. Siempre sale herido por tratar de protegerme. Nos dejamos caer sobre la cama, aún abrazados. Cierro los ojos, tratando de asimilar lo que ha pasado y lo que todaví puede pasar.

-Oye, Zoe, ¿te apetece dar una vuelta? -pregunta Harry.

-¿Ahora? Si son las diez de la noche.

-Ya, pero es que hace calor.

Me veo obligada a aceptar su propuesta tras verlo hacer pucheritos. Como ya dije, soy demasiado ingenua.

Paseamos por el barrio, con una suave brisa chocando contra nuestros rostros. Nos sentamos en un banco de piedra, junto a unos arbustos. La luz de la luna es lo único que ilumina la zona. Observo el perfecto perfil de Harry a la tenue luz. Y pensar todo lo que he pasado junto a él. Tantas lágrimas, tantas risas, tantos enfados y tantas noches en vela viendo películas con la compañía de cubos y cubos de palomitas. ¿Y si Harry es el hombre de mi vida? Un extraño sonido entre los arbustos me saca de mis pensamientos. De la oscuridad aparece un chico. Harry y yo nos miramos mutuamente. ¿Josh? No, otra vez no, por favor. La sangre se me hiela al reconocer un revólver en su mano derecha.

-¿Os apetece jugar un ratito?

Sólo amigos, dijeron. || Harry Styles || Completada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora